Este martes 21 de marzo concluyó la visita que realizó durante tres días el presidente de China, Xi Jinping, a Rusia. Tras reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, se estrecharon las relaciones diplomáticas y de amistad entre las dos potencias y se establecieron algunos acuerdos comerciales importantes.
Entre ellos está la construcción del gasoducto Fuerza de Siberia 2, con el que Moscú espera que las importaciones chinas se puedan multiplicar. Este convenio de combustibles fósiles es fundamental para mantener niveles altos en el crecimiento de la economía china.
Además del gas y del petróleo ruso, al país asiático le interesan productos agrícolas, madera, mariscos y fertilizantes químicos provenientes del gigante euroasiático.
Por su parte, a Moscú le conviene importar artefactos electrónicos y electrodomésticos desde Beijing. Se estima que el comercio entre los dos países puede llegar este año a los 200 mil millones de dólares.
Desde que se impusieron las "sanciones" contra Rusia tras el comienzo hace un año de la operación especial militar en Ucrania, China se ha convertido en el mayor comprador de gas y petróleo ruso.
Los suministros a través del gasoducto Fuerza de Siberia 1 en el contexto de la guerra alcanzaron el récord de 15 mil millones de metros cúbicos, lo que equivale a un incremento de 49% con respecto a 2021.
También, los acuerdos firmados en Moscú refuerzan la cooperación estratégica existente entre ambos países, la cual tendría al yuan como instrumento monetario de transacción financiera, apuntalamiento que sería beneficio en la arquitectura de la desdolarización que se viene trazando con vistas a robustecer la multipolaridad, así referido por el mismo presidente Putin durante los días cuando el mandatario chino Xi Jinping estuvo en la capital de su nación.