Una de las revistas más influyentes del establishment estadounidense, Foreign Affairs, publicó recientemente un artículo que detalla cómo las sanciones están perdiendo rápidamente su eficacia como arma en el arsenal global de Washington.
Se llega a esta conclusión luego de una evaluación de las recientes sanciones de Estados Unidos a países como China y Rusia, cuya salida para sortearlas fue "crear estructuras financieras globales alternativas para protegerse a sí mismos y a otros de las acciones punitivas, y que Washington y sus acólitos ya no podrán forzar a los países a cumplir sus órdenes, y mucho menos destruir a los estados disidentes, a través de tales medidas en un futuro muy cercano", reseña RT.
El artículo resalta que las sanciones durante mucho tiempo fueron poderosas armas diplomáticas, pero que actualmente se encuentran en el ocaso de su efectividad. "Los días dorados de las sanciones estadounidenses pronto terminarán", refiere.
Esta época dorada coincide con el momento de mayor crecimiento económico estadounidense, posterior a la Segunda Guerra Mundial, tiempos en los que, por su gran influencia geopolítica, podía paralizar todas y cada una de las economías extranjeras.
¿Qué pasó ahora? Durante el tiempo que duró el reinado, se impuso el dólar como moneda de intercambio global, por lo que no costó dominar la escena; sin embargo, los Estados sometidos a tales presiones comenzaron a buscar alternativas, incluso los impulsó a establecer intercambios entre los "sancionados" con monedas distintas al dólar. En este camino Beijing y Moscú lideran el impulso para crear innovaciones financieras que disminuyan la ventaja estadounidense.
Algunos ejemplos:
- En 2020, Beijing liquidó más de la mitad de su comercio anual con Moscú en monedas distintas al dólar.
- Ese año la Organización de Cooperación de Shanghái, liderada por China y Rusia, priorizó oficialmente el desarrollo de pagos en las monedas locales de sus miembros.
- Se creó la alternativa a SWIFT, el Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo.
- De manera similar, China está ampliando el alcance del renminbi digital, la moneda emitida por el banco central de Beijing, en el país y en el extranjero.
La revista concluye amargamente que esta tendencia es irreversible. Los países se están volviendo cada vez menos dependientes del dólar y la multipolaridad es una alternativa a la visión imperial aniquiladora.