El éxito o fracaso en la gestión de la pandemia por covid-19 se ve reflejado en el número de contagios y decesos por la enfermedad. Si bien se esperaba que la crisis generara un cambio en la dinámica de relación entre los países, incluso en el manejo interno, lo que se percibió fue la proyección de una barbarie en la que operó la lógica del capitalismo.
En el caso de Estados Unidos, el país que hasta el momento lidera la lista de fallecidos a nivel mundial, el manejo de la pandemia ha sido catastrófico y sus efectos han influenciado y trastocado la dinámica global. ¿Quién estuvo a cargo de gestionar la pandemia y por qué se salió de control con las consecuencias que actualmente conocemos?
Las respuestas a estas preguntas y otras calamidades vividas por los estadounidenses tal vez se encuentren en el libro de Robert F Kennedy Jr: El verdadero Anthony Fauci: Bill Gates, las grandes farmacéuticas y la guerra global contra la democracia y la salud pública, quien explica, entre otras cosas, el rol del Dr. Anthony Fauci, que estuvo al frente de la gestión de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y ha sido un personaje clave para entender cómo opera el poder de las corporaciones farmacéuticas en todo el proceso.
El autor del libro, Kennedy Jr., es un escritor y activista ambiental estadounidense, sobrino del expresidente asesinado John F. Kennedy. El texto puede ser consultado en inglés en el siguiente enlace.
De acuerdo a la reseña del libro que hace el periodista y analista geopolítico Pepe Escobar, el trabajo de investigación de este autor, que "se propone deconstruir una Nueva Normalidad que nos invade a todos desde principios de 2020", ya es un éxito pop certificado en Amazon, aun cuando se publicó hace pocos días. Sin embargo, los medios de comunicación de Estados Unidos lo han silenciado. ¿A qué se debe su éxito de ventas y por qué no ha sido noticia lo que allí se describe?
Escobar refiere que el libro ubica al Dr. Anthony Fauci como eje de la mayor historia del siglo XXI en tanto que constituye una bisagra entre un complejo entramado de militarización planificada y, sobre todo, de la monetización de la medicina en Estados Unidos, un proceso llevado a cabo por la Big Pharma, los gigantes tecnológicos y el complejo militar/intelectual en alianza con los principales medios de comunicación.
Todo parece indicar que en este oscuro entramado la gran perdedora es la población estadounidense, pues los que capitalizaron las grandes ganancias durante la crisis han sido las farmacéuticas, las grandes tecnologías y los grandes datos, "con un nicho especial para los gigantes de Silicon Valley".
La reseña indica que el libro se centra en Fauci porque su modo de operar no es nada nuevo, por el contrario refiere que durante cinco décadas ha sido esencialmente un agente de la Big Pharma, cuyo entramado financiero involucra a compañías farmacéuticas y otros organismos estatales, por ejemplo, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), "que se ha transformado en una subsidiaria sin fisuras de la industria farmacéutica", dice el periodista.
Sabotaje a su propio sistema de salud
A Fauci se le acusa de haber seguido estrategias antiéticas desde el inicio de la pandemia, desde la falsificación de la ciencia hasta la supresión y el sabotaje de los productos de la competencia que aportan menores márgenes de beneficio.
"Tony Fauci no hace salud pública; es un hombre de negocios, que ha utilizado su cargo para enriquecer a sus socios farmacéuticos y ampliar el alcance de la influencia que le ha convertido en el médico más poderoso -y despótico- de la historia de la humanidad", extrae Escobar del libro.
De acuerdo a la investigación, Fauci privilegió el modelo que sobreestimó las muertes por covid, que por cierto estuvo financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates. Estrategia posteriormente desacreditada que justificó la histeria del bloqueo en todo el planeta.
Asimismo, se le acusa a Fauci de estar en primera línea para borrar la noción de inmunidad natural, incluso cuando a lo largo de 2020 los CDC y la Organización Mundial de la Salud (OMS) admitieron que las personas con sistemas inmunitarios sanos tienen un riesgo mínimo de morir por covid.
El propio sistema de salud estadounidense, con la dirección de Fauci, por supuesto, privilegió el desarrollo de vacunas tecnológicas mientras no dejaba espacio a los medicamentos reutilizados eficaces contra el covid, situación que fue denunciada por el Dr. Pierre Kory, presidente de la Alianza de Cuidados Críticos de Front Line.
Incluso llegaron a desestimar la utilización de profilácticos como la Ivermectina, Azitromicina, el zinc, la vitamina D y la vitamina C intravenosa.
El 1° de julio de 2020, el cardiólogo Peter McCullough y su equipo enviaron su primer e innovador protocolo al American Journal of Medicine. Se convirtió en el artículo más descargado del mundo para ayudar a los médicos a tratar el covid-19. Contrario a esto, McCullough se quejó el año pasado de que Fauci nunca publicó nada sobre cómo tratar a un paciente con covid.
Todo por el lucro, hay noticias que muy probablemente la Big Pharma no quiere que conozcas https://t.co/QJ9ZJEbqjD
— MV (@Mision_Verdad) December 1, 2021
Asimismo, denunció el bloqueo de cualquier tipo de iniciativa que tuviera que ver nuevos tratamientos a la enfermedad en las revistas científicas bajo su control.
"Todo el estamento médico intentaba acabar con el tratamiento precoz y silenciar a todos los médicos que hablaban de éxito. Toda una generación de médicos dejó de practicar la medicina", refiere McCullough de acuerdo a la reseña.
Ofensiva de la Big Pharma
Pepe Escobar argumenta que hubo una ofensiva por parte de las corporaciones farmacéuticas para acabar con las alternativas de tratamiento. Tal fue el caso de la hidroxicloroquina (HCQ), cuya campaña llevada a cabo por investigadores mercenarios financiados por el eje Gates-Fauci estuvo orientada a falsear los resultados.
Esta campaña contra la HCQ llegó a la OMS debido a que Bill Gates en 2020 prácticamente controlaba todo el aparato de dicha organización, pues era el mayor financiador después del gobierno de los Estados Unidos.
A esta guerra se sumaron las dos revistas principales de divulgación científica, The Lancet y el New England Journal of Medicine, que perdieron credibilidad al publicar artículos fraudulentos y más tarde tuvieron que retirarlos. Pero el daño ya estaba hecho, la campaña fue efectiva contra la hidroxicloroquina y la Ivermectina. La guerra se hizo por el hecho de que la Ivermectina resultara ser un competidor poco rentable.
La relación simbiótica entre Gates y Fauci era demasiado evidente, relación en la que prevalecía el interés monetario por encima del humano. Fauci apoyó un estudio de remdesivir, de Gilead, donde la Fundación Bill y Melinda Gates tiene una gran participación. Resulta que, además de costar 3 mil dólares por tratamiento, es un veneno mortal.
"El libro sugiere que Fauci podría haber querido acabar con la HCQ y la MIV porque, según las normas federales de Estados Unidos, el reconocimiento de la FDA de la HCQ y la MIV acabaría automáticamente con el remdesivir", señala Escobar.
El intocable Bill Gates
Si algo queda claro de todo esto es que los medios occidentales han servido para proyectar el filantrocapitalismo del multimillonario. Ninguno dice, por ejemplo, que su patrimonio creció 23 mil millones solo en 2020, el primer año de la pandemia.
Que la Fundación Bill y Melinda Gates inviertan recursos en el área de salud, alimentación, medios de comunicación, entre otros, es garantía de un considerable control sobre estos sectores, siendo casi incuestionables por su proyección benévola.
Y que sea uno de los principales donantes de la OMS es garantía de que impondrá su narrativa y hasta ponga a dedo a su director general, como es el caso de Tedros Adhanom Ghebreyesus, de cuestionable reputación y quien no pertenece al área de salud.
Por estas y otras razones los Gates han sido acusado de destruir la infraestructura de la salud pública a nivel mundial y de privatizar los sistemas de salud y alimentación para su beneficio, en connivencia con el Dr. Fauci y las grandes farmacéuticas.
Lo acá expuesto sirve para vislumbrar el poder de las corporaciones incluso en el manejo de la pandemia. También revela la razón del fracaso en la contención de la enfermedad en tanto que prevaleció la lógica criminal del capitalismo.