El complejo industrial-militar estadounidense recibe una parte significativa del presupuesto de defensa de Estados Unidos y determina la política de Washington y de sus socios, lo que aumenta el gasto público en la compra de armas caras a las empresas de ese sector.
Boeing, General Dynamics, Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon son las compañías denominadas las Cinco Grandes de dicho complejo.
- El presupuesto sugerido en 2023 para el Pentágono y los trabajos de armamento nuclear del Departamento de Energía asciende a 886 mil millones de dólares, de acuerdo con los académicos Ben Freeman y William D. Hartung, del Quincy Institute for Responsible Statecraft.
- Más de la mitad del gasto anual del Departamento de Defensa estadounidense va a las contratistas militares, incluidos más de 150 mil millones de dólares recibidos por las Cinco Grandes.
- Las empresas del complejo industrial-militar han donado más de 83 millones de dólares a diversas campañas electorales durante los dos últimos ciclos electorales, con Lockheed Martin a la cabeza con una contribución de 9,1 millones de dólares durante ese periodo.
- La periodista Taylor Giorno, de OpenSecrets, descubrió que "los 58 miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes declararon haber recibido una media de 79 mil 588 dólares del sector de la defensa durante el ciclo electoral de 2022, el triple de la media de 26 mil 213 dólares que otros representantes declararon haber recibido durante el mismo periodo".
- Los gastos en lobby del complejo son aún mayores: más de 247 millones de dólares en los dos últimos ciclos electorales. Altos funcionarios del gobierno cambian puestos de trabajo en el Pentágono o el Congreso por cargos ejecutivos en empresas militares o se convierten en sus grupos de presión.
- Según el Instituto de Estudios Políticos, el contribuyente estadounidense medio gasta 1 mil 087 dólares al año en contratistas de armamento, frente a los 270 dólares de la educación K-12 y los apenas 6 dólares de las energías renovables.
- Mientras tanto, se estima que el gasto en educación, energía verde, sanidad o infraestructuras podría producir entre 40% y 100% más de puestos de trabajo que el gasto del Pentágono.