Vie. 03 Mayo 2024 Actualizado ayer a las 7:55 pm
Trabajo especial

Sudáfrica acusa a Israel de genocidio en Gaza: análisis de la demanda

La situación en Gaza ha alcanzado niveles críticos desde que Israel lanzó su guerra total. Los ataques indiscriminados a civiles y objetos protegidos han llevado a muchos líderes mundiales a acusar a Tel Aviv de cometer graves violaciones de derechos humanos contra la población palestina de la Franja. Esta operación militar se llevó a cabo como respuesta a las acciones militares de Hamás y el resto de formaciones militares de la resistencia palestina el 7 de octubre de 2023.

En poco más de tres meses, más de 21 mil palestinos han perdido la vida y aproximadamente 10 mil personas están desaparecidas, presumiblemente fallecidas bajo los escombros. Esto exacerba una situación ya precarizada por el asedio ilegal impuesto por Israel que ha interrumpido gravemente el acceso de la población civil a agua, alimentos, asistencia médica y combustible. La magnitud de la devastación y la destrucción es, cuando menos, abrumadora, especialmente en el norte, donde gran parte de la región ha quedado completamente destruida y 85% ha sido desplazada.

En este contexto, Sudáfrica ha presentado una solicitud ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para iniciar un procedimiento contra Israel por presuntas violaciones de sus obligaciones en virtud de la Convención sobre el Genocidio de 1948. Se desarroll+o una audiencia de dos días, el 11 y 12 de enero, en la cual Sudáfrica elevó el documento con el que acusa a Israel de perpetrar un genocidio en Gaza y mediante el que exige que el máximo tribunal de la ONU ordene la suspensión de emergencia de la devastadora campaña militar israelí en el enclave palestino.

Esta reseña analítica se enfoca en el documento presentado durante dicha audiencia, un hecho histórico que representa un paso significativo en la búsqueda de justicia y ofrece un retrato exacto del nivel de asedio, colonización y agresiones cometidas por Israel, con la complicidad de factores globales en Europa, Estados Unidos y algunos países árabes que lo respaldan.

La solicitud de Sudáfrica

Sudáfrica ha presentado un documento de 84 páginas ante la CIJ para exponer sus argumentos sobre lo que considera violaciones cometidas por Israel sobre sus obligaciones bajo la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, a partir del ataque de Israel contra los palestinos en la Franja de Gaza, iniciado el 7 de octubre de 2023.

El informe contiene la sección "Jurisdicción del Tribunal", en la que aborda la preocupación y condena de Sudáfrica respecto a los actos y omisiones de Israel que constituyen la base de su solicitud, así como la negación de Israel de haber violado el Derecho Internacional en su campaña militar en Gaza.

También se discute la controversia entre ambos países en relación con la interpretación y aplicación del Convenio sobre el Genocidio, y se menciona la gestión diplomática formal realizada por Sudáfrica ante el embajador de Israel en su país, en la que pide que se investigue a los líderes políticos por los crímenes de los que se les acusa. Dichos elementos constituyen la competencia de la CIJ en el asunto.

La parte más extensa del documento es la sección "Los hechos", dividida en varias subsecciones que incluyen el contexto histórico del conflicto, la descripción detallada de la situación en la Franja y en Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental), así como los atentados iniciados por Israel desde finales del año pasado.

En este apartado también se presentan los actos de genocidio cometidos contra el pueblo palestino, como los asesinatos en Gaza, los daños físicos y psicológicos ocasionados, la expulsión y el desplazamiento masivo, la privación de acceso a alimentos, agua, vivienda, asistencia médica, entre otros derechos fundamentales.

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La de Gaza es una guerra contra los niños, afirma Unicef (Foto: Save The Children)

Cabe destacar que el pueblo palestino en Gaza está compuesto esencialmente por descendientes directos del desplazamiento a partir de la Nakba en 1948, cuando la mayoría de ellos fue expulsada o huyó de la violencia armada.

A los refugiados nunca se les permitió regresar a sus hogares y tierras debido a una política declarada por Israel durante la guerra. Fueron destruidas aproximadamente 400 aldeas abandonadas y barrios en las ciudades, o ubicados inmigrantes judíos en su lugar. Las tierras agrícolas que constituían las principales fuentes de ingreso para la minoría palestina que permaneció dentro de Israel también fueron confiscadas por el Estado colonial.

El documento incluye el reconocimiento de la intención de Israel de perpetrar crímenes de lesa humanidad y se destacan las expresiones de intención genocida de funcionarios de alto nivel del Estado israelí y otros.

Puntos claves de la demanda

La denuncia presentada por Sudáfrica se basa en información factual y evidencia empírica recopilada de diversas fuentes, como informes de Relatores Especiales de la ONU, transmisiones oficiales de la ONU sobre derechos humanos, relatos de periodistas en Gaza e informes de algunas ONG.

La solicitud destaca el uso de la posición erga omnes partes, que implica que los principios y normas fundamentales, como la prohibición del genocidio, son obligaciones compartidas por todos los Estados hacia la comunidad global. Las violaciones de estas se consideran delitos contra el orden internacional, y otorgan a cualquier Estado el derecho a tomar medidas para garantizar su protección.

Sudáfrica afirma que, desde el 7 de octubre de 2023 y hasta el momento de presentar el caso ante la Corte, Israel ha matado a más de 21 mil 110 palestinos, más de 70% mujeres y niños, y ha herido a más de 55 mil 243. Se menciona que Israel también ha arrasado vastas áreas de la ciudad de Gaza y ha dañado o destruido más de 355 mil hogares palestinos. El documento contextualiza la demanda enmarcándolo en la línea histórica durante sus 75 años de apartheid, 56 años de ocupación del territorio palestino y 16 años de bloqueo de Gaza.

El enfoque principal de la solicitud es el asalto de Israel a la Franja, aunque se hace referencia limitada al territorio ocupado de Cisjordania y Jerusalén Este, así como a la operación militar de Hamás contra Israel el 7 de octubre. Se condenan los ataques y se destaca que eso no significa una justificación para violar la Convención de Genocidio.

En la denuncia se detallan varias categorías de actos tipificables de genocidio, como el asesinato de palestinos en Gaza, daño corporal y mental grave e imposición de condiciones de vida calculadas para su destrucción física. Se enfatiza que Israel no solo ha fallado en evitarlo, sino que lo está perpetrando activamente.

El análisis del mens rea (conocimiento, intención, ánimo o conciencia que se tiene al momento de perpetrar un acto de esta naturaleza) utiliza declaraciones de funcionarios israelíes como evidencia de intención, incluido el más alto nivel. La solicitud se presenta para que Israel responda plenamente ante el Derecho Internacional por dichas violaciones y para garantizar la protección urgente y más completa posible de los palestinos de Gaza.

El documento presenta una petición de medidas provisionales para salvaguardar los derechos del pueblo palestino contra daños irreparables, graves y mayores. Se busca asegurar que Israel cumpla con sus obligaciones en virtud de la Convención ya mencionada, que implicaría evitar la comisión de actos genocidas y castigar a quienes los cometan.

Las demandas específicas incluyen la suspensión inmediata de las operaciones militares y la toma de medidas para evitar el genocidio contra el pueblo palestino.

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Una vista aérea muestra el caos y la destrucción en Deir al-Balah, Gaza, después de los ataques israelíes el 12 de diciembre de 2023 (Foto: Getty Images)

Se solicita acceso a alimentos, agua, asistencia humanitaria y suministros médicos para la población. El castigo a los responsables de actos de genocidio y las garantías de preservación de pruebas relacionadas con estas acusaciones. Se pide que se presente un informe al Tribunal sobre las medidas tomadas para cumplir con estas demandas. Por último, se insta a que Israel se abstenga de tomar acciones que agraven o dificulten la disputa ante la Corte.

La Organización de Cooperación Islámica (OCI), conformada por 57 Estados miembros, brinda un apoyo crucial a Sudáfrica, país que cuenta con 48 de esos Estados QUE albergan una mayoría musulmana. En América Latina, naciones como Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia, Brasil y Colombia también ofrecen su respaldo a Sudáfrica.

Los hechos

La sección "Atrocidades cometidas contra el pueblo palestino" ofrece una visión general, incluida la matanza de mujeres, niños, médicos, periodistas, funcionarios de la ONU y, como ya se mencionó más arriba, la privación de acceso a alimentos, agua, atención médica adecuada y condiciones de vida, destinadas a provocar la destrucción de los que habitan el territorio.

Los jefes de las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja han calificado lo que está ocurriendo en Gaza como una "crisis de humanidad" y "un fracaso moral" que causa un "sufrimiento intolerable". La situación es descrita como "apocalíptica" y los palestinos de Gaza están "viviendo en un horror absoluto y cada vez más profundo".

Muchas personas desarmadas han sido asesinadas a pesar de no representar ninguna amenaza ni ser parte beligerante, y se han utilizado bombas "tontas" y pesadas que tienen un radio letal previsto de hasta 360 metros cuadrados. La mortalidad en las familias palestinas es tal que los médicos de Gaza han tenido que acuñar un nuevo acrónimo: "WCNSF" (siglas en inglés), que significa "niño herido, sin familia superviviente". Más de 300 familias han perdido al menos diez de sus miembros en los bombardeos.

Los niños son particularmente vulnerados y han sido asesinados a un ritmo sin precedentes la tasa de mortalidad es el doble de letal que la de cualquier otro conflicto de los últimos 15 años, lo que llevó al portavoz de Unicef a calificar los ataques como una "guerra contra los niños". El informe también destaca cómo esa población es la más sensible a graves traumas mentales por los bombardeos.

"80% de los niños palestinos experimentó niveles más altos de angustia emocional, enuresis (79%) y mutismo reactivo (59%), autolesiones (59%) y pensamientos suicidas (55%). Once semanas de bombardeos incesantes, desplazamientos y pérdidas habrán provocado necesariamente un nuevo aumento de estas cifras, especialmente para las decenas de miles de niños que se calcula que han perdido al menos a uno de sus progenitores, y los que son los únicos supervivientes de sus familias".

Médicos, periodistas, profesores, académicos y otros profesionales también están siendo asesinados a un ritmo sin precedentes y de forma sistemática. Del mismo modo, funcionarios de las Naciones Unidas se han convertido en víctimas letales.

Se estima que más de 1,9 millones de personas han sido expulsadas de sus hogares. Israel ha destruido 60% del parque de viviendas, lo que hace que sea prácticamente inhabitable. La evacuación forzosa de hogares es permanente. Estos desplazamientos forzosos, refiere el documento, se consideran actos de genocidio debido a las circunstancias calculadas para provocar la destrucción física de los palestinos.

"El aumento de la densidad polacional como consecuencia de las 'órdenes' de evacuación también está haciendo que los ataques israelíes sean cada vez más letales. El mismo día de Nochebuena, el ejército bombardeó el campo de refugiados de Al Maghazi, en Gaza central —zona a la que decenas de miles de palestinos habían huido del norte—, hecho que mató a unas 86 personas, entre ellas muchas mujeres y niños, e hirió a muchas otras. Un portavoz de la OACDH (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos) declaró que estaban 'profundamente preocupados' por el hecho de que 'este último e intenso bombardeo se produzca después de que las fuerzas israelíes ordenaran a los residentes del sur de Wadi Gaza que se trasladaran a la zona central'".

Un elemento que hay que añadir a lo que relata el informe es el uso de nuevas tecnologías del ejército israelí para hacer más letales sus ataques. Un reporte de +972 Magazine y Local Call señala que ha desarrollado un sistema automatizado para crear objetivos de ataque a gran velocidad. Gracias a la inteligencia artificial, pueden generar más objetivos de los que pueden atacar. Este sistema ha facilitado a los oficiales de inteligencia tomar decisiones durante operaciones, incluido el cálculo de posibles bajas civiles, hasta llegar a conocer el número que podría morir en ataques a residencias privadas.

La guerra contra la Franja de Gaza ha adquirido una naturaleza más devastadora debido a la autorización para agraviar objetivos no militares, la flexibilización de las restricciones sobre víctimas civiles y el uso de inteligencia artificial para identificar nuevos blancos. Estos embates han resultado en la muerte de familias y linajes enteros.

La población está luchando por sobrevivir en medio de una crisis alimentaria cada vez más grave. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que 93% de la población se enfrenta a niveles de hambre crónica, sin posibilidad de acceso a alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades nutricionales básicas. Muchos tienen que vender sus posesiones y recurrir a medidas extremas para poder permitirse una simple comida.

Lo mismo ocurre con la falta de agua potable en el norte de la Franja. Israel ha cortado el suministro de agua corriente, ha bloqueado la energía para mantener en funcionamiento las instalaciones de abastecimiento y distribución y ha dañado la planta desalinizadora del norte.

El Programa Mundial de Alimentos informa que sólo hay entre 1,5 y 1,8 litros de agua potable disponible por persona/día, lo que está muy por debajo del umbral de emergencia de 15 litros para condiciones de guerra o hambruna. La escasez extrema e inducida está afectando gravemente a las mujeres lactantes y a los recién nacidos, que ya están muriendo por causas evitables debido a la carencia de atención médica, alimentos, agua y saneamiento adecuado.

Más adelante, la denuncia de Sudáfrica dedica un espacio al impacto en el sistema de atención médica de la región. Médicos Sin Fronteras y la OMS han documentado más de 200 ataques contra instalaciones médicas, lo que ha dejado a solo 13 de los 36 hospitales y 18 de los 72 centros de salud en funcionamiento.

Han sido impactados generadores, paneles solares y otros equipos vitales, así como ambulancias y personal médico. Se han registrado al menos 570 muertes y 746 heridos en hospitales y centros de salud, incluidos pacientes y desplazados internos.

La escasez de personal y suministros ha llevado a cesáreas y amputaciones innecesarias sin anestesia. Los expertos advierten que el número de muertes por enfermedades y hambre podría superar pronto al de muertes violentas causadas por bombas o misiles que han destruido el sistema de salud del país.

"Solo en los refugios del UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) se han registrado ya más de 360 mil casos documentados de enfermedades contagiosas, provocadas o agravadas por las condiciones insalubres, el hambre y la falta de agua potable, y se cree que las cifras reales son considerablemente superiores".

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(Foto: Misión Verdad)

En el ámbito cultural, el exterminio se ha manifestado en el asesinato de académicos y actores de la cultura. Entre las víctimas que describe el informe se encuentran el profesor Sufian Tayeh, presidente de la Universidad Islámica y distinguido físico, quien murió junto con su familia en un ataque aéreo, y el doctor Ahmed Hamdi Abo Absa, decano del Departamento de Ingeniería de Software de la Universidad de Palestina, posiblemente asesinado por soldados israelíes tras liberarse de tres días de desaparición forzada.

Refaat Alareer, poeta y profesor de Literatura Comparada y Escritura Creativa en la Universidad Islámica de Gaza, destacado por su activismo y sus novedosos programas de escritura para jóvenes, también fue brutalmente asesinado junto a seis miembros de su familia durante un bombardeo.

Días antes de morir, Alareer escribió este poema:

Si he de morir,

tú debes vivir

para contar mi historia 

para vender mis cosas para comprar un trozo de tela

y algunas cuerdas,

(hacedla con una larga cola)

para que un niño, en algún lugar de Gaza

mientras mire directamente hacia el cielo

esperando a su padre que se marchó en un instante 


y no se pudo despedir de nadie 

ni siquiera su cuerpo

ni siquiera de sí mismo
 

vea la cometa, mi cometa que tú hiciste, volando alto,

y piense por un momento que hay un ángel ahí

trayendo amor de vuelta.

Si he de morir

deja que traiga esperanza,

deja que sea un cuento.

Aunque la mayoría de la población pertenece al islam, no es el único grupo religioso que ha sido objetivo de los bombardeos indiscriminados. El informe dice que han sido dañados o destruidos unos 318 lugares religiosos musulmanes y cristianos.

"Entre ellos se encuentra la Gran Mezquita de Omari, originalmente una iglesia bizantina del siglo V, hito emblemático de la historia, la arquitectura y el patrimonio cultural de Gaza, y un lugar de culto para cristianos y musulmanes desde hace más de mil años. Los bombardeos también han dañado la iglesia de San Porfirio, fundada en el año 425 d.C. y considerada la tercera iglesia más antigua del mundo, junto con otras dos iglesias que han sufrido fuego israelí directo".

Israel ha utilizado armamento potente con efectos masivos, lo que ha provocado un número colosal de víctimas mortales y la destrucción de infraestructuras vitales como viviendas, hospitales, escuelas, mezquitas, panaderías, acueductos, redes de alcantarillado y electricidad. Ha atacado el sistema civil fundacional de Gaza, incluidas bibliotecas, editoriales, universidades y centros de enseñanza y cultura. Está borrando la memoria oficial y los recuerdos privados de los palestinos.

Esta táctica desmesurada y devastadora contra las infraestructuras civiles y gubernamentales son parte de la doctrina Dahiya, creada por Gadi Eizenkot, exjefe de personal de las Fuerzas de Defensa de Israel, y basada en la destrucción del barrio Dahiya en Beirut, Líbano, donde se encontraba el cuartel general de Hezbolá en la guerra de 2006. Esta estrategia busca supuestamente obligar a los grupos guerrilleros a poner fin a sus ataques, utilizando como "disuasivo" nada menos que la destrucción de la población civil y su infraestructura.

A pesar del bombardeo indiscriminado, el reporte de +972 indica que el daño a la infraestructura militar de Hamás en el norte de Gaza durante los primeros días de la guerra fue mínimo. Más bien, fuentes de inteligencia indican que los blancos militares fueron utilizados como pretexto para dañar a la población civil, y se reconoce que muchos de ellos carecen de valor militar alguno.

Varios altos funcionarios han dejado en claro su intención de llevar a cabo una masacre en Palestina, lo que es destacado en el informe. Entre las declaraciones más importantes se encuentran las del propio primer ministro Benjamín Netanyahu, quien hizo referencia a la historia bíblica de la destrucción de Amalek y se refirió a los palestinos como "monstruos sedientos de sangre". También se mencionan las declaraciones del presidente Isaac Herzog, el ministro de Defensa Yoav Gallant, el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir y el ministro de Energía e Infraestructuras Israel Katz, entre otros, quienes no solo abogan por la completa destrucción de Hamás, sino de los palestinos en general.

La exjefa del Consejo de Seguridad Nacional israelí, Giora Eiland, describe la orden de cortar agua, electricidad y gas recomendando que se ataquen las plantas de tratamiento. El reservista del ejército israelí, Ezra Yachin, llama al genocidio de los palestinos, y el jefe del Grupo de Operaciones Aéreas del ejército israelí, teniente coronel Gilad Kinan, dice que la Fuerza Aérea está trabajando para destruir todo lo que ha sido tocado por la mano de Hamás en Gaza.

La retórica genocida se extiende a miembros de la asamblea israelí Knesset y la sociedad civil. Estos mensajes incluyen la aniquilación, la eliminación y la muerte de todos los habitantes de Gaza, sin excepción.

¿Por qué es significativo este caso?

En su defensa ante la CIJ Israel ha argumentado que no hay una disputa establecida entre ambos Estados, algo que en términos procesales y leguleyos podría invalidar la jurisdicción del tribunal para escuchar el caso de genocidio presentado por Johannesburgo.

Expertos como John Quigley y Alexander Mercouris sugieren que este tecnicismo podría ser una vía para que la CIJ evite tomar medidas provisionales sin pronunciarse sobre la plausibilidad del genocidio.

Otros, como Norman Finkelstein y Craig Murray, critican esta posición, y advierten que podría desacreditar a la Corte al permitir que un país evite rendir cuentas por genocidio al no reconocer una disputa. Murray destaca que aceptar el argumento de "no disputa" de Israel crearía un peligroso precedente, haría que un país que lo perpetre escape de acciones legales al no responder a un desafío.

Es innegable que, respaldado por la presión de Estados Unidos y países europeos, Israel buscará utilizar mecanismos como los antes mencionados para evitar el juicio, aunque ello tenga como consecuencia la pérdida de legitimidad y credibilidad de la Corte y del propio sistema multilateral de la ONU en general.

En este punto, el autor centrado en Derecho Internacional, Palestina-Israel y asuntos de Oriente Medio, Hassan Ben Imran, del grupo Law For Palestine, ofrece un enfoque que, aunque reconoce la realidad del desequilibrio de poder en el mundo, con Occidente inclinando la balanza a favor de Israel mediante votos en la ONU y distribución de armamento militar a lo que hay que añadir cobertura narrativa y moral, señala que esto no significa que una sentencia a favor de Palestina sea imposible.

Ben Imran recurre al ejemplo histórico, coincidentemente el de Sudáfrica, un país que conoce el verdadero significado de lo que los palestinos están experimentando:

"¿Quién apoyaba a Sudáfrica? Los mismos países que están apoyando a Israel. Apoyaban el régimen racista de apartheid en Sudáfrica. Nadie veía posible que la mayoría no blanca, no afrikaans, iba a poder en algún momento dirigir su país, o al menos ser tratados como ciudadanos con derechos legítimos".

Más allá del desenlace que puedan tener los acontecimientos, el contenido de la solicitud de Sudáfrica a la CIJ y el desarrollo del juicio marcan un momento histórico en la búsqueda legal de responsabilidades en casos de exterminio, limpieza étnica, crímenes de guerra y la voluntad explícita de borrar de la faz de la Tierra a un grupo, nación o pueblo en particular.

La importancia de esta acción se expresa en varios niveles: se está solicitando que Israel sea acusado plenamente de genocidio, no solo por su falta de prevención, o incitación, sino también por su perpetración; se está pidiendo que todos los responsables sean llevados ante la justicia por sus acciones y que se brinden soluciones y reparaciones materiales concretas para las víctimas palestinas.

¿Por qué es relevante enfocarse en el proceso en lugar del resultado? Esto se debe a que nos ha permitido obtener un documento que destaca por su elaboración y organización, con el que se evidencian las atrocidades y masacres cometidas por Israel contra Palestina. Quizás, de forma no intencionada, el documento que le da medida a lo que es la humanidad hoy en día, quiénes denuncian y quiénes defienden las acciones del gobierno en Tel Aviv.

En lo que va de siglo XXI, ningún otro estudio ha sido tan minucioso y completo en la caracterización de este acto criminal con objetivos que van más allá de la simple narración, sino que buscan una acción judicial para luchar contra la impunidad.

Asimismo, este proceso permite retratar por un lado a los Estados del mundo occidental que, de manera cínica, han ignorado esta realidad durante décadas para seguir respaldando al Estado invasor y, por otro lado, a la numerosa cantidad de países representados por el Sur Global que se han pronunciado en contra de esta situación.

En este sentido, cabe destacar la influencia de los Brics en la iniciativa de Sudáfrica. Esta se enmarca en el fortalecimiento de este bloque de países que abogan por la multipolaridad y es probable que no sea la única, como bien señala el analista Pepe Escobar en un artículo sobre el tema:

"Los Brics de los cuales Sudáfrica es un Estado miembro crucial son parte de la nueva oleada de organizaciones internacionales que desafían la hegemonía occidental y su 'orden basado en reglas'. Estas reglas no significan nada; nadie las ha visto siquiera".

La demanda de Sudáfrica contra Israel es una señal de que el Sur Global está asumiendo un papel cada vez más importante en la defensa de los derechos humanos y la justicia internacional. Este acto de coraje y determinación envía un mensaje claro a los países del Norte Global: ya no pueden actuar impunemente sin rendir cuentas por sus acciones.

Esto, a su vez, plantea escenarios negativos para la lógica transatlántica que, paulatinamente, está perdiendo poder de persuasión en un mundo que se dirige hacia una configuración multipolar.

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