Mié. 09 Julio 2025 Actualizado 4:27 pm

chips china.jpeg

La guerra tecnológica por el control de semiconductores ha llevado a los Brics a buscar caminos alternativos y, en los próximos años, China puede cambiar el equilibrio de poder en esa industria (Foto: DRAMExChange)
Cooperación y soberanía en auge multipolar

Los BRICS redefinen el Gran Juego de la innovación tecnológica

Durante la XVII Cumbre de los Brics, clausurada el pasado 7 de julio en Río de Janeiro, los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto a los nuevos miembros incorporados –Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita–, ratificaron su compromiso colectivo por "construir una arquitectura global multipolar, justa y equitativa". Dentro de la temática abordada resalta el hecho de que los países miembros reafirmaron la cooperación como clave para romper con décadas de monopolios tecnológicos occidentales.

El planeta asiste a una guerra tecnológica instrumentada por el G7, con Estados Unidos a la cabeza, que busca mantener su dominio sobre las cadenas de valor digitales, energéticas y espaciales.

La Declaración Final de Río resaltó el objetivo estratégico de "promover el desarrollo sostenible, la innovación inclusiva y la soberanía digital como pilares de la integración regional". Esto se corresponde con el esfuerzo desarrollado por el bloque para cubrir la necesidad de fortalecer sistemas educativos basados en la ciencia y la tecnología, así como de impulsar alianzas en salud pública desvinculadas de corporaciones farmacéuticas globales. También se enfatizó la importancia de establecer normas éticas para la Inteligencia Artificial (IA), promoviendo su uso responsable y compartido entre países en desarrollo.

La guerra tecnológica ya no es solo comercial, sino geopolítica. En ese sentido los Brics no solo mantienen la voluntad de abandonar el dólar en transacciones comerciales y tecnológicas, sino de competir mediante el impulso conjunto de capacidades industriales, científicas y militares.

Esta visión apunta a una ruptura financiera con el sistema hegemónico, pero también a una transformación profunda del acceso, control y gobernanza de las tecnologías críticas.

Un frente estratégico hacia la independencia tecnológica

Algunos ejemplos demuestran cómo el bloque multipolar ha consolidado un frente común en el espacio y la IA, áreas donde el G7 ha intentado imponer barreras de acceso, regulaciones restrictivas y estándares tecnológicos sesgados.

Desde 1999, China y Brasil desarrollan conjuntamente la serie CBERS (China-Brazil Earth Resources Satellite), una iniciativa pionera en observación terrestre que provee imágenes satelitales para monitoreo ambiental, agricultura y gestión de desastres. Este programa permite a ambos países reducir su dependencia de plataformas estadounidenses como Landsat o europeas como Copernicus, asegurando autonomía tecnológica y acceso directo a información crítica.

01.jpg

Muchas instituciones vinculadas al ambiente y los recursos naturales utilizan las imágenes CBERS, por ejemplo, para controlar la deforestación y los incendios en la Amazonía Legal (Foto: Geoinova)

Además, en 2021, India lanzó el satélite brasileño Amazonia-1, marcando un hito en la cooperación sudamericana-india en vigilancia forestal. Estos proyectos son parte de un esfuerzo mayor por crear una constelación virtual de satélites bajo el nombre de Brics Remote Sensing Satellite Constellation, un sistema de intercambio de datos que entró en funcionamiento en 2022, permitiendo a todos los miembros acceder a imágenes satelitales sin depender de actores externos.

China y Rusia lideran el proyecto International Lunar Research Station (ILRS), una base lunar prevista para 2028, a la cual Sudáfrica ya se ha sumado oficialmente buscando crear una infraestructura permanente en la Luna para investigación científica, minería de recursos y preparación para misiones tripuladas futuras. Con este tipo de iniciativas, los Brics están redefiniendo las reglas del juego en la exploración espacial, tradicionalmente dominada por Estados Unidos y sus aliados del G7.

India, que aporta su experiencia en lanzamientos de bajo costo, también ha dado pasos significativos con el éxito de su misión Chandrayaan-3, que, en 2023, logró el primer aterrizaje en el polo sur lunar. El gobierno indio ha expresado interés en colaborar con otros miembros del bloque en misiones tripuladas, mientras que Rusia continúa entrenando astronautas de Brasil e India en sistemas de soporte vital y acoplamiento espacial.

El G7 ha intentado imponer un marco regulatorio unilateral sobre la IA, excluyendo a los países del Sur Global del debate sobre gobernanza tecnológica. Frente a ello, los Brics han comenzado a articular una respuesta coordinada. El pasado domingo 6 de julio, en el marco de la Cumbre, el bloque emitió una declaración conjunta en la que aboga por el desarrollo de la IA de código abierto, fomentando el intercambio global de tecnologías y conocimientos haciendo frente a las imposiciones de los monopolios tecnológicos.

La iniciativa fue liderada por Brasil, que ha propuesto el uso de software libre y sistemas de código abierto para evitar la dependencia de tecnologías patentadas por empresas del G7. Esta visión ha sido respaldada por estudios y declaraciones del bloque en favor del desarrollo de IA responsable, basada en derechos humanos, protección de datos y transparencia.

Además, China ha sido pionera en aplicar IA en salud pública mediante plataformas como Tencent Miying, capaz de detectar cáncer y retinopatía diabética; mientras que India ha implementado sistemas como Practo para telemedicina rural. Sudáfrica, por su parte, ha trabajado en modelos de aprendizaje automático aplicados a la astronomía y el pronóstico climático.

Cooperación y liderazgo compartido para una transición energética real

Mientras Estados Unidos utiliza su control sobre tecnologías asociadas a semiconductores, tierras raras y patentes energéticas para limitar el desarrollo tecnológico de los países emergentes, los Brics están forjando un camino alternativo hacia las energías limpias y la autosuficiencia industrial con una óptica de interacción variada que trasciende a lo netamente bilateral.

Según un informe de Global Energy Monitor, los países del bloque tienen suficientes proyectos de energías renovables en desarrollo para casi triplicar la capacidad de cara a 2030. Faster Capital reseña que China, país que controla el 80% de las tierras raras globales, lidera esta transición con su Plan Nacional de Energía Solar y Eólica, mientras que Brasil destaca por su matriz eléctrica altamente renovable (más del 80%) y su uso innovador de IA para predecir generación eólica y solar.

Por su parte, India ha invertido fuertemente en micro-redes solares rurales, y Rusia está desarrollando tecnologías de hidrógeno azul como puente hacia una economía baja en carbono. Sudáfrica, por su parte, lidera en África el desarrollo de parques solares y eólicos conectados mediante sistemas inteligentes. Además, Rusia e Irán impulsan avanzan en proyectos de energía nuclear modular que son una alternativa a los megaproyectos occidentales.

La guerra tecnológica por el control de semiconductores ha llevado a los Brics a buscar caminos alternativos. China ha avanzado en la fabricación local de chips avanzados, mientras que Rusia ha incrementado su capacidad de procesamiento para usos civiles y militares. Brasil, aunque aún depende de insumos extranjeros, está desarrollando políticas nacionales de producción de tierras raras, clave para baterías y motores eléctricos.

La creación de cadenas regionales de suministro de tierras raras ayudaría a evitar la dependencia exclusiva de mercados asiáticos y norteamericanos. Esto representa un paso crucial hacia la soberanía tecnológica en sectores estratégicos como la movilidad eléctrica y la electrónica de alta gama.

En mayo pasado, los países miembros firmaron una hoja de ruta para la construcción de redes eléctricas inteligentes compartidas, con énfasis en almacenamiento de energía, interconexión regional y eficiencia energética. Proyectos como MapBiomas (monitoreo ambiental) en Brasil y el mercado digital Pinduoduo en China son ejemplos de cómo el uso de la IA y Big Data está generando tecnologías menos dependientes y energéticamente eficientes.

Inteligencia colectiva en salud y educación

Ante el acaparamiento de vacunas y medicamentos por parte de países del G7 durante la pandemia global, el bloque ha priorizado la cooperación en salud pública y educación superior como mecanismos de resistencia tecnológica. Desde antes de 2020, año en que se expandió mundialmente el virus SARS-CoV-2, se han creado redes de producción de fármacos, como el consorcio Pharma BRICS, que busca desarrollar vacunas genéticamente editadas y terapias celulares accesibles.

India, con su experiencia en producción farmacéutica genérica, Rusia, con la vacuna Sputnik V, y China, a través de la empresa Sinovac, abastecieron a África y Latinoamérica y han compartido tecnología con distintos países para desarrollar inmunizaciones locales.

Como producto de la Cumbre, los miembros avanzarán en la eliminación de enfermedades como malaria, lepra, mal de Chagas y tuberculosis, mediante una alianza que busca abordar los determinantes sociales de la salud, superar disparidades culturales para garantizar acceso equitativo a servicios sanitarios y fortalecer capacidades científicas y tecnológicas.

El bloque busca desarrollar conjuntamente una vacuna contra la tuberculosis, el 50 % de los casos mundiales está en estos países. También promueve el uso ético de inteligencia artificial y herramientas digitales para reducir las desigualdades y mejorar la respuesta a desafíos sanitarios comunes.

Por otra parte, la Red de Universidades Brics, creada en 2015, cuenta hoy con unas 137 instituciones asociadas y ofrece programas conjuntos de doctorado, becas y cursos en línea. Además promueve la investigación conjunta, la movilidad académica y programas educativos innovadores en 11 áreas temáticas de interés común. Se debate el lanzamiento de una revista científica específica, convocatorias específicas de movilidad de profesores y estudiantes y la introducción de programas de maestría conjuntos con múltiples titulaciones.

Además, la Comisión Estudiantil Brics (BCS, por sus siglas en inglés) funciona como un espacio en el que los jóvenes universitarios se enlazan mediante conferencias, proyectos colaborativos o programas de liderazgo. El objetivo es aprovechar la inteligencia colectiva y participar activamente en debates sobre políticas que influyen en los sistemas educativos globales y regionales.

Otra iniciativa es el impulso de una lista común de revistas científicas, cuyas publicaciones serían reconocidas por todos los miembros del bloque y una red de revistas científicas en abierto, editadas en lenguas nativas, para evitar la dependencia de editoriales anglosajonas. Proyectos como FutureProofSA en Sudáfrica y Diksha en India están utilizando IA para personalizar contenidos educativos, reduciendo brechas digitales y garantizando acceso igualitario al conocimiento.

Virtual-Learning-Image.png

Mediante conferencias, proyectos colaborativos y programas de liderazgo, los Brics consolidan redes académicas enfocadas en aprovechar la inteligencia colectiva de los jóvenes universitarios (Foto: Archivo)

Los Brics no solo están compitiendo en el escenario tecnológico global: están redefiniendo las reglas del juego y construyendo un modelo alternativo de desarrollo basado en la cooperación, la ética y la soberanía. Enfrentan las arremetidas hegemónicas con alianzas pragmáticas, innovación compartida y un compromiso con la soberanía tecnológica.

No se trata de procesos que avanzan solamente el bloque sino que integran los avances de cada miembro a la construcción de alternativas sólidas al modelo de producción científico tecnológica que propone Occidente, siempre basado en la concentración y la dependencia.

El desafío es profundizar la integración e insistir en que las diferencias sean oportunidades para complementarse. Este proceso no solo constituye una respuesta geopolítica, sino una transformación a escala civilizatoria.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<