El pasado 15 de mayo el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegó a China para reunirse con su homólogo Xi Jinping. La visita fue de gran importancia desde el punto de vista simbólico, estratégico y de seguridad dado que es el primer viaje al extranjero del líder ruso tras su investidura para un quinto mandato.
Además del afianzamiento de las relaciones de cooperación y amistad que saltan a la vista, este encuentro es valioso en tanto que ambas potencias son claves para el equilibrio geopolítico regional y global y constituyen un contrapeso para Occidente y su hegemonía en declive.
Esta es una de las reuniones más importantes del año no solo por el estrechamiento de lazos, la asociación global y la interacción estratégica entre ambos, así como por los diez documentos bilaterales firmados por las delegaciones, sino también por el lugar que ocupan estos países en el sistema internacional, la amplia vecindad que los integra y la sinergia que generan en la gigantesca masa continental euroasiática.
Dispuestos a influir en el equilibrio geopolítico, ambos líderes acordaron profundizar la confianza política mutua y contribuir a la seguridad y estabilidad globales. Con ello Beijing y Moscú se estarían proyectando como ejemplos de construcción de un nuevo tipo de relaciones y vínculos entre vecinos.
Pero más allá de alianzas, vale resaltar que las dos naciones tienen la visión común de construir un mundo multipolar, que apueste a la resolución de conflictos sin imposición de agendas imperiales.
En ese sentido, el presidente Xi Jinping se refirió a la urgencia del restablecimiento de la paz en Europa coincidiendo con su par ruso en que la solución del conflicto en Ucrania debe ser político. Por su parte, Putin resaltó el papel equilibrado que debería asumir la ONU y su Consejo de Seguridad al momento de resolver cualquier desencuentro entre naciones.
En el marco del 75º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Rusia, el presidente Xi reafirmó la solidez de esta alianza duradera, enfatizando los siguientes pilares fundamentales:
- El respeto mutuo como principio fundamental de las relaciones.
- Cooperación de beneficio compartido.
- La amistad real y duradera como base de las relaciones.
- China y Rusia están comprometidas con la coordinación estratégica como apuntalamiento de las relaciones y, según el argot oficial, encaminan la gobernanza global en la dirección correcta.
- Compromiso con la equidad y la justicia como propósito de las relaciones y dedicadas a la solución política de los puntos conflictivos.
La multipolaridad como principio
El respeto por la soberanía nacional, los intereses del otro, así como el modelo de desarrollo que eligieron, son principios que han prevalecido en las relaciones entre las dos potencias, lo que se vislumbra como la dirección que deben seguir los vínculos entre los países en el siglo XXI.
Beijing y Moscú en otras oportunidades han dejado claro que, a diferencia de Estados Unidos y la OTAN, no atacarán a ningún tercero y su enfoque está orientado a la búsqueda de la seguridad y la paz. Se espera que desde sus espacios de influencia sigan impulsando la multipolaridad. Recordemos que este año Rusia asumió la presidencia de los Brics y China liderará la Organización de Cooperación de Shanghái.
Desdolarización como necesidad
En el marco del estrechamiento de la sinergia comercial y de inversión, sobre todo dado el panorama financiero que está determinado por la imposición del dólar como instrumento de guerra, el presidente Putin señaló que la inversión bilateral está protegida de la "influencia negativa de terceros países" gracias a que, de manera oportuna y coordinada, ha ido aumentando el papel de las monedas nacionales en las transacciones económicas.
En ese sentido, Moscú y Beijing acordaron "reforzar los contactos a través de instituciones bancarias y de crédito y utilizar enérgicamente los sistemas de pago nacionales".
Para seguir el camino de la desdolarización acordaron avanzar en el desarrollo conjunto de proyectos de inversión. "Hoy en día, 90% de todos los pagos se realizan en rublos y yuanes", afirmó el presidente ruso.
Se puede decir que el tándem China-Rusia representa el futuro de las relaciones entre países en todo sentido, por lo que es posible que otros Estados se sumen a este otro sistema de gobernanza global. Como piezas fundamentales de los Brics, se espera creen su propio sistema de pagos basado en las monedas digitales del banco central de la organización.