El partido ultraliberal liderado por el presidente Javier Milei, La Libertad Avanza (LLA), ha tenido que retroceder al retirar del Congreso argentino el proyecto de ley Ómnibus en su totalidad, hecho que lo regresa al punto inicial del proceso legislativo.
La falta de consenso en aspectos cruciales, como la autorización al presidente para tomar decisiones en áreas económicas, financieras, de seguridad, tarifas energéticas y administrativas sin necesidad de pasar por el Congreso, ha sido determinante en esta situación para Milei, cuyas ambiciones de implementar reformas estructurales se ven frustradas.
La votación de los artículos específicos este martes representó un revés para el bloque oficialista, que había celebrado la aprobación general del proyecto la semana anterior. Durante las doce votaciones realizadas, LLA sufrió seis derrotas.
Justo antes de la votación sobre el tema de privatizaciones, y ante la inminente negativa, el partido oficialista solicitó que la ley regresara a comisiones, lo que implica reiniciar el proceso desde cero.
El proyecto de ley pretendía marcar un giro fuertemente neoliberal basado en la limitación a la intervención estatal. El megadecreto contempla la derogación de 366 leyes que, de ser aprobado, concedería amplios poderes a Milei al establecer un "estado de emergencia pública". Esta medida excepcional podría extenderse hasta el 31 de diciembre de 2025, con la posibilidad de prolongarse por dos años más, lo cual abarcaría todo el período presidencial y otorgaría a Milei poderes legislativos.
El viaje de tres días del presidente argentino al Estado sionista de Israel se vio empañado por esta noticia. Durante su estancia, tras anunciar la intención de trasladar la embajada de Argentina a Jerusalén, Milei se enteró del retiro del proyecto de ley y reaccionó declarando la guerra a la oposición en las redes sociales.
Reiteró que todo fue causado por la "casta" que se opuso al cambio, y tildó a los diputados que votaron en contra como "delincuentes que arruinan el país". Anteriormente, la oficina de la presidencia había publicado una lista con los nombres de los legisladores que votaron a favor y en contra de la propuesta neoliberal. Milei la comentó diciendo que era la lista de los "leales y los traidores", y después recomendó una publicación en la que se podía "mapear algunos de los nombres de la casta empobrecidos con sus caras".
AQUÍ LA LISTA DE LOS LEALES Y LOS TRAIDORES QUE USARON EL DISCURSO DEL CAMBIO PARA PODER RAPIÑAR UNA BANCA...
PASEN Y VEAN A LOS ENEMIGOS DE UNA MEJOR ARGENTINA... https://t.co/OMHwQwEm5a— Javier Milei (@JMilei) February 7, 2024
Entre la ignorancia y la pedantería
Pero al menos, según lo informado por los medios argentinos, fue el propio gobierno, impulsado por LLA, el que llevó a la derrota de la ley.
En un artículo sobre el tema, la Revista Anfibia señaló la falta de estrategia del oficialismo al intentar aprobar leyes, y destacó que no se tomaron medidas básicas como negociar con posibles aliados, permitir modificaciones o seducir a quienes podrían apoyar. En lugar de eso, el gobierno optó por despreciar el trabajo legislativo y sacar la ley "a los empujones", sin tener claro el apoyo necesario.
De una manera similar lo retrató Página 12:
Las negociaciones no habían llegado a buen puerto, el oficialismo hacía oídos sordos a los reclamos y no fue hasta que la oposición amigable le desguazó los primeros cinco artículos que comenzaron a sonar las alarmas. Finalmente, llegó el capítulo de privatizaciones, los números no estaban, y LLA decidió que prefería tirar abajo todo el último mes de trabajo parlamentario, que terminar la jornada con una victoria a medias.
En todo caso, el desastre que significó el regreso de la Ley Ómnibus a las comisiones de la Cámara de Diputados de Argentina devela una trama difícil de catalogar, que pudiera estar oscilando entre:
-
El desconocimiento del proceso legislativo contemplado en el Reglamento Interno de Diputados y que se evidencio en las primeras declaraciones emitidas tanto por el ministro de interior, Guillermo Francos, como con las del jefe del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados, Oscar Zago, donde dejaban entrever que, al haber sido aprobada la ley en lo general, regresarla a comisiones no implicaba iniciar el proceso de nuevo, en un claro desconocimiento al artículo 155 del reglamento y
-
El profundo desprecio por el ejercicio parlamentario que implica negociar con quienes estarían dispuestos a acompañar la propuesta de ley; esto se hizo evidente en la apatía por construir un puente con algunos sectores de la oposición y en especial con los gobernadores a los que no se logró seducir, quedando en evidencia la falta de interlocutores/negociadores de la La Libertad Avanza.
Esta última afirmación no es banal, se ha querido construir la imagen de un Javier Milei con un liderazgo y una popularidad avasalladora y la realidad cada día se encarga de desmontarla. Tanto los resultados de la primera vuelta presidencial, como la conformación del poder legislativo demuestran que para poder gobernar, el presidente Milei deberá fijar una estrategia de negociación que le permita construir mayorías a fin de sacar adelante su proyecto político; y tras el “autogol” de la Ley Ómnibus, tal estrategia dista mucho de verse como posibilidad.