Sáb. 29 Junio 2024 Actualizado 11:08 am

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El dólar ya no es la única opción financiera para el comercio de petróleo (Foto: Archivo)

¿Adiós al petrodólar? Exportadores árabes exploran alternativas

En un análisis detallado para el Centro Árabe Washington DC, el experto en energía y geopolítica Jim Krane explora las posibles implicaciones en un escenario donde el dominio del dólar en el mercado petrolero se ve amenazado. Este debate surge a raíz de los rumores recientes sobre la supuesta intención de Arabia Saudita de renunciar a fijar el precio del petróleo en dólares, lo que ha generado especulaciones acerca de un posible fin al "acuerdo de petrodólares de 50 años", noticia nunca confirmada.

Krane destaca que un cambio de esta magnitud sería verdaderamente trascendental, con consecuencias potenciales como la devaluación del dólar, el aumento de la inflación y una eventual liquidación masiva de activos denominados en esta moneda.

El autor destaca la ventaja que el "petrodólar" otorga a Estados Unidos: 

"El precio del petróleo en dólares significa que a las compañías petroleras nacionales se les paga en dólares, que luego podrían terminar en las reservas de los bancos centrales de sus países (...) o invertirse en negocios denominados en dólares".

Esta realidad apuntala la fortaleza del dólar, financia la deuda estadounidense y crea un incentivo para que los exportadores de petróleo inviertan en activos estadounidenses, lo que ata su propio bienestar económico al del país norteamericano.

Si bien Krane reconoce la existencia de riesgos reales ante un escenario donde el petrodólar pierda su dominio, también destaca que la información sobre la decisión de Arabia Saudita resultó ser inexacta, al menos por ahora. 

Petrodólar: Historia de una hegemonía 

En el artículo se explora a fondo la historia del petrodólar y sus implicaciones en el contexto económico global. 

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el dólar se estableció como la moneda de reserva internacional, lo que llevó al precio del crudo a expresarse en la divisa estadounidense. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente en 1971 con la desaparición de los tipos de cambio fijos basados en el patrón oro, lo que impactó significativamente sobre los exportadores de petróleo al ver caer sus ingresos junto con el valor del dólar.

Este evento fue una de las causas que condujo al embargo petrolero árabe de 1973, que cuadruplicó el precio del hidrocarburo y cambió drásticamente el panorama económico global. Posteriormente, países como Arabia Saudita experimentaron un vertiginoso aumento en sus ingresos por exportaciones de petróleo, lo que los empujó a buscar alternativas para canalizar los dólares excedentes generados por la venta de crudo.

"Arabia Saudita, por ejemplo, experimentó un aumento de 40 veces sus ingresos por exportaciones de petróleo: de 655 millones de dólares en 1965 a casi 27 mil millones de dólares en 1975".

En este sentido, Krane destaca cómo muchos exportadores de petróleo, "con el engatusamiento de Estados Unidos", invirtieron sus dólares en este mercado, atraídos por la estabilidad política, alta liquidez y experiencia financiera del país. 

El yuan y la búsqueda de un nuevo orden financiero global 

La tentación de desafiar la hegemonía del dólar se hace cada vez más fuerte, como lo señala Krane al describir el auge del "petroyuan" y otras alternativas.

El aumento del euro y del yuan chino ha conducido a países como Arabia Saudita a explorar la posibilidad de comerciar petróleo en otras monedas. La lógica es clara: "La mayoría de las exportaciones árabes de petróleo fluyen hacia países asiáticos", por lo que tiene sentido diversificar las opciones de pago.  

El autor cita la visita del presidente chino Xi Jinping a Riad en 2022, cuando instó a los países del Golfo a adoptar el yuan para las transacciones petroleras. Aunque Arabia Saudita se ha mostrado cautelosa hasta el momento, las tensiones con Estados Unidos, como la disputa por la cooperación con Rusia, podrían impulsar a Riad a reconsiderar su postura.

De hecho, la desdolarización del petróleo ya es una realidad en algunos países:

"Rusia ha cambiado del dólar al yuan para gran parte de su comercio de materias primas de 88 mil millones de dólares con China, debido a las sanciones de Estados Unidos tras la guerra en Ucrania. Irán ha hecho lo mismo debido a las sanciones estadounidenses. Otros gobiernos están tanteando el terreno. La petrolera francesa TotalEnergies vendió a China un cargamento de gas natural licuado en yuanes. Los Emiratos Árabes Unidos aceptaron rupias indias por un cargamento de petróleo crudo. Pakistán ha estado pagando el petróleo ruso con yuanes. Un banquero de JP Morgan estimó que una quinta parte del petróleo mundial se compró y vendió en monedas distintas al dólar en 2023".

Krane reconoce que Arabia Saudita ha considerado la posibilidad de aceptar yuanes, pero dentro de un enfoque cauteloso, y limitar la cantidad a lo necesario para financiar sus importaciones desde China. Esta estrategia busca mitigar los riesgos asociados a la volatilidad del yuan y los controles de capital chinos.

Sanciones abren paso a la desdolarización 

Entre las razones que impulsan la búsqueda de alternativas al dólar, la práctica estadounidense de imponer sanciones extraterritoriales juega un papel clave. El autor señala cómo la Administración Trump utilizó el dominio de dicho signo para bloquear el gasoducto Nord Stream 2 y transacciones comerciales entre Europa y países como Irán, Cuba y Venezuela, a pesar de que Estados Unidos no participaba directamente en esos acuerdos.

Estas sanciones secundarias obligan a empresas extranjeras a elegir entre el acceso al mercado estadounidense o comerciar con países sancionados. Este escenario ha llevado a Rusia a alejarse del dólar y ha motivado a China a buscar alternativas para asegurar su comercio internacional. Incluso la Unión Europea, aliada de Estados Unidos, se ve obligada a considerar alternativas ante la posibilidad de que futuras administraciones estadounidenses impongan sanciones a su comercio con China. 

Aunque no se muestra totalmente pesimista sobre el futuro del dólar, Kane señala que el creciente proteccionismo y la inestabilidad política de Estados Unidos generan incentivos para buscar alternativas.

La politización de las instituciones financieras estadounidenses y la posibilidad de nuevas sanciones son riesgos reales que los países exportadores de petróleo no pueden ignorar. Ante esta realidad, el autor finaliza el artículo instándolos a diversificar sus opciones y desarrollar la capacidad de operar con otras monedas.

Cita ejemplos concretos como el caso de Kuwait, que en 2007 desvinculó su moneda del dólar para adoptar una canasta de monedas, y la reciente apertura de los Emiratos Árabes Unidos a aceptar pagos en otras divisas. Estas acciones, aunque graduales, representan un cambio de paradigma en la forma en que los países exportadores de petróleo se preparan para un futuro en el que el dominio del dólar no está garantizado.

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