Este miércoles 26 de octubre, un hombre armado perpetró un atentado contra un santuario chiíta en el sur de Irán. En la masacre, que se llevó a cabo en una hora de gran concurrencia, murieron al menos 15 personas y otras 40 resultaron heridas.
Medios locales habían informado inicialmente que habían detenido a dos responsables del ataque, pero luego determinaron que se trataba de un solo atacante. "Los terroristas detenidos no son iraníes", dijeron.
El grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado la autoría del ataque contra la mezquita. "Un combatiente del EI abrió fuego contra los fieles en el santuario de Shahcheragh, 'matando al menos a 20 chiíes e hiriendo a decenas más'", dijo Amaq, el brazo de propaganda del grupo yihadista musulmán suní en Telegram, recoge France24.
Por su parte, el gobierno iraní emitió un comunicado en el que acusaba a "los enemigos de Irán que pretenden dividir las filas unidas de la nación (...) mediante la violencia y el terror", y prometió una respuesta severa de las fuerzas de seguridad "a los patrocinadores y diseñadores de este crimen indiscriminado".
Este atentado ocurre en un contexto de protestas azuzadas desde fuera de Irán, incluso por diplomáticos europeos, organizaciones no gubernamentales y otros actores conocidos, en el marco de una ahora fracasada revolución de color.
Shahcheragh alberga la tumba de Ahmad, hermano del imán Reza, el octavo imán chií enterrado en Mashhad (noreste). Es el lugar de culto más venerado del sur de Irán. Tradicionalmente, los miércoles recibe a muchos visitantes.