La operación continua de golpe de Estado en Venezuela ha generado nuevos nudos críticos desde la coyuntura política posterior al 28 de julio.
El sector extremista de la oposición venezolana —auspiciado por Washington— ha procedido a instrumentalizar un cuadro de deslegitimación institucional a partir de la divulgación de supuestas "actas" comiciales, de manera paralela y en violación a la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
En el sitio web resultadosconvzla.com, adquirido a un proveedor en Reino Unido un día antes de los pasados sufragios presidenciales, se han divulgado supuestos comprobantes de voto en un intento de usurpar las funciones básicas del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Conviene precisar que, en el sistema automatizado de Venezuela, todas las actas levantadas por mesa electoral tienen un formato únicamente digital, con un soporte físico en papel que contiene la información de las actas digitales. Estos comprobantes son entregados a los partidos mediante sus testigos con presencia en mesas, y forman parte esencial de la cadena de confianza del sistema.
Tales documentos han sido denominados "actas" en medio de la operación de golpe. Ahora, con la "publicación" —publicar un documento no implica su veracidad— en la página ya comentada, se han planteado dudas y acciones de deslegitimación a las elecciones dentro y fuera de Venezuela.
En las últimas semanas, diversos actores políticos y analistas han revisado las "actas" opositoras y han concluido que hay serias inconsistencias en ellas, algunas tan graves que indican la existencia de falsificación masiva.
Uno de estos estudiosos ha sido el investigador español Román Cuesta, quien desde su cuenta en X (@wiesenthal1632) ha realizado un auténtico trabajo forense sobre las "actas" después del 28 de julio.
Cuesta tiene una prolífica carrera como analista, pero además como guionista. En España ha aportado al público hallazgos en casos de corrupción. En América Latina colaboró en la investigación de la internacionalmente aclamada serie documental Matarife, sobre Álvaro Uribe Vélez. Ha colaborado y colabora para medios de prensa alternativos y de investigación como Crónica Libre y Diario Red.
Misión Verdad entrevistó a Cuesta con el objetivo de profundizar en el tema más discutido, debatido y comentado en el último mes en Venezuela.
En tu cuenta en X te identificas como un "juntadatos", aunque también has trabajado como periodista de investigación sobre política en diversos temas difíciles en España, Colombia y otros países en América Latina. Cuéntanos, ¿cómo llegaste a las "actas" opositoras? ¿Qué te trajo hasta este tema?
Sí, "juntadatos" es un término que define a la perfección mi trabajo. Comencé este devenir elaborando informes sobre casos de corrupción política, almacenando miles de datos de diferentes tramas e investigando las conexiones entre las familias de una auténtica mafia en España, con múltiples conexiones en Latinoamérica.
Los hilos de uno de esos casos, en el que aparecen implicados un expresidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González, y la empresa pública del agua en dicha ciudad, el Canal de Isabel II, me llevaron hasta el Caribe con escala en Colombia, pero fue a raíz de un informe elaborado para la fundación Rosa Luxemburgo sobre la extrema derecha en nuestro país y la secta cristofascista El Yunque, originaria de México, que amplié la investigación sobre la influencia y los contactos de esta organización en todos los países de Latinoamérica.
La pantalla de esta secta, ultracatólica y paramilitar, en España, Hazte Oír, fue pionera, y actualmente es uno de los principales activos de la "batalla cultural" de la extrema derecha, que genera campañas de desinformación y odio, y ha llegado a protagonizar el acoso judicial a la mujer del presidente del gobierno español.
Esta secta desplegó toda su estrategia desestabilizadora durante la pandemia. En aquel momento yo colaboraba con Pandemia Digital, un proyecto vanguardia contra la desinformación dirigido por Julián Macías que me dio la posibilidad de estudiar sus tácticas de guerra psicológica y cognitiva en redes sociales, como las que han aplicado en Venezuela.
La secuencia dictadura-fraude-revuelta ya nos suena familiar por estos lares.
De estos paseos, virtuales, por el Caribe surgió una modesta colaboración con el periodista y abogado colombiano Daniel Mendoza Leal para su premiada serie Matarife, sobre el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Quiero aprovechar para enviar todo mi apoyo a este compañero. A Daniel lo conocí en el exilio y nunca creí que tuviese que volver a abandonar su país por las amenazas de la mafia; hace unos días balearon su vehículo y acaba de anunciar que retoma su éxodo.
Mi faceta como "relator" —no soy periodista, siempre he sido activista— comenzó en la red, balbuceando torpemente hasta que conseguí salir del frío formato del informe y hacerme entender.
Hace un par de años empecé a colaborar con Crónica Libre, un medio digital dirigido por una de las mejores periodistas de investigación de nuestro país, Patricia López. Y esta última temporada he estado colaborando en Diario.Red con una sección, Tirando del hilo, en la que trato, básicamente, temas de corrupción. Ahí ya venía publicando la relación entre María Corina Machado y medios de desinformación vinculados a la familia Capriles, que operaban en España.
A raíz de estas piezas, Jeitson Cabrera, el representante del partido de María Corina en Madrid, asociado con grupos fascistas y paramilitares, llegó a amenazar de muerte a uno de los redactores de Diario.Red.
Esta amenaza me permitió actualizar el panorama virtual sobre Venezuela y poner el ojo en la tormenta tropical que se avecinaba, comprobando que para formarla estaban operando, simultáneamente, todos los activos habituales de la extrema derecha patria e internacional.
Desde los libertarios de Atlas Network a los negacionistas de un gurú político de moda, con patrocinio de la secta El Yunque, Alvise Pérez, quien llegó a realizar un llamamiento de sublevación militar el día 29, andaban alborotados.
Por no hablar de los aliados naturales Vox y el Partido Popular. Estos últimos provocaron el incidente con numerito y bandera incluida en el aeropuerto de Caracas, cuando no habían solicitado los permisos reglamentarios para ingresar como observadores internacionales y que vendieron como "el tirano Maduro y la dictadura venezolana no nos dejan entrar a verificar el fraude". Todos los indicios apuntaban a que se estaba preparando una jugada sucia.
Sobre el caso de las "actas" de la oposición venezolana has afirmado con bases que son fraudulentas. Antes de entrar a detalle, ¿has conocido otro caso de falsificación masiva parecido a este en tu carrera?
Con estas características ya te digo que no, los tiempos cambian, los campos de batalla también y este montaje virtual de las actas con apoyo de artillería mediática y soporte en red ha supuesto un nuevo capítulo en la guerra híbrida que sufre Venezuela. Y que sufriremos todos, o sufrimos ya con diferentes intensidades.
En España es la ultraderecha la que está abonada a esa dinámica que les contaba de dictadura-fraude-revuelta, llegando a protagonizar llamamientos al golpe de Estado con ruido de sables, impensables hace pocos años en esta Europa de las democracias —entiéndanme la ironía—.
He participado en muchos procesos de votación en España, en 2015 fui representante ante la Junta Electoral de zona de mi provincia. En numerosas ocasiones he fungido como apoderado o interventor en elecciones municipales y locales, y salvo incidencias menores son jornadas garantistas, no susceptibles de albergar fraudes masivos.
Está claro que minar sin fundamento la credibilidad del sistema de elección popular significa atacar la raíz de la democracia. Y ese es el objetivo principal.
Hablemos ahora sí del tema en concreto. En tus últimas publicaciones has referido que la oposición usó actas del proceso de instalación de mesas electorales. Explícanos qué encontraste.
Quiero aclarar que mi estudio se limita al primer lote de aproximadamente 9 mil "documentos" colgados en la página de resultadosconvzla.com, los cuales comencé a descargar el 30 de julio. Del total, extraje un lote de 1 200 para un primer análisis, lo que me permitió comprobar, ya en primera instancia, la inconsistencia de aquellas supuestas actas que pretendían avalar una victoria de Edmundo González.
En cualquier proceso electoral en España, la mayoría de aquellos documentos habría sido declarada nula de plena validez; la ausencia de firmas de actores relevantes de las mesas electorales, la evidente manipulación de otras, escaneos incompletos con el escamoteo de datos fundamentales para identificar correctamente el acta… ya desde un primer momento me pareció un trabajo bastante chapucero.
El 3 de agosto publiqué un primer hilo con el resumen del análisis de unos 3 mil documentos, un tercio del total, que me permitía sacar ya ciertas conclusiones sobre los patrones que seguían las irregularidades, y así confirmé que afectaban un número significativo de estos 1 200 como para considerarlo un fraude masivo.
Entonces estaba procesando información de muchos palos y no me había parado a pensar en la metodología del fraude. La pregunta que surgió esos días, que nadie me ha sabido responder, es que si Edmundo y María Corina tenían las actas buenas que proclamaban su victoria, ¿a qué venía colgar estas actas "chimbas"?
Unos días más tarde, el 10 de agosto, Diario.Red publicaba la primera pieza: Graves irregularidades en las supuestas actas publicadas por la oposición en Venezuela.
Para entonces ya había revisado 75% y, aunque me hubiese gustado acabar el informe, los tiempos hay que jugarlos y había prisa por desmontar el fraude de quien gritaba fraude. Todavía andábamos enredados en cuestiones que resultaron secundarias, los fácilmente manipulables códigos QR y Hash, pero en este texto ya adelantaba uno de los posibles modus operandi del proceso de falsificación masiva: el uso de las firmas de las actas de inicialización para elaborar las de escrutinio que quisieron pasar por buenas.
Los rastros de esta práctica podían seguirse por municipios de todo el país, y el trabajo con los documentos restantes lo confirmó.
Para el 15 de agosto titulamos "¿Cómo manipuló las actas la oposición en Venezuela? Desvelamos el mecanismo utilizado". Un análisis completo de las irregularidades en las supuestas actas colgadas por Edmundo González, María Corina Machado y sus socios en la página resultadosconvzla.com permite llegar a ciertas conclusiones sobre el proceso de manipulación de las mismas.
A esas alturas ya había elaborado una hipótesis plausible, sustentada en evidencias recogidas en más de 3 500 documentos que apuntaban al uso de las actas de inicialización, una estrategia que además ofrecía un estimable margen de 12 horas para perpetrar el delito.
Hace poco el diplomático venezolano Samuel Moncada demostró cómo las "actas" opositoras tenían códigos QR de locales comerciales o productos en Estados Unidos. Tú también encontraste desde antes algunas irregularidades en esos QR y los códigos o firmas digitales de las máquinas en las supuestas "actas".
El tema de la seguridad y los códigos provocó un sesudo debate técnico que parece estar zanjado, ¿no? El código que aparecía en la parte superior e identificaba la mesa electoral resultó no ser un código Hash sino un Código UUID (también llamado GUID), que aparecía en las actas de inicialización.
Probamos que el código QR se podía generar a capricho con el programa adecuado. En cuanto al código Hash del final del acta, si los únicos que podían verificarlo eran los técnicos del CNE, ¿qué valor probatorio podría tener para cualquier usuario que visitase la página?
La consistencia de los documentos se caía a pedazos… Encontré cientos de QR manipulados con un programa de edición digital y deficiencias en los escaneos que afectaban, principalmente, los QR y las firmas digitales.
Básicamente refieres que, para dar la apariencia de que se trataba de códigos de máquinas (firmas digitales) y QR de máquinas, presentaron ediciones, lo cual es grave y sofisticado. Pero por otro lado mencionas problemas de firmas. ¿Qué patrones has visto en las firmas de las actas que has evaluado? Hay análisis de metadatos de las imágenes que sugieren que han sido intervenidas o que se ha borrado su registro.
El asunto de los metadatos también podría arrojar luz sobre el proceso de elaboración de estos documentos; me resisto a llamarlas actas, pero no es terreno en el que me haya metido.
En cuanto a patrones en el uso de las firmas, es fácilmente comprobable, como en miles de casos, que las rúbricas de las actas de escrutinio han sido "elaboradas" a semejanza de las que había en las de inicialización, siendo muy usual que aparezcan dos firmas "paralelas" en la misma casilla del acta, una de ellas reseñada con bolígrafo junto a sus datos, y otra supuestamente realizada digitalmente en la máquina de votación y por la misma persona, que difieren totalmente en lo caligráfico. Diferencias que no son atribuibles a la natural distorsión de los grafos al firmar en la pantalla. La firma es un proceso automático que almacena nuestro cerebro y, aunque va variando a lo largo de nuestra vida, la trazabilidad de los rasgos característicos y la tipología de los gráficos que usamos no varían en cuestión de horas.
Hay muchos casos también en los que las firmas ni siquiera corresponden a los ciudadanos que aparecen reflejados como miembros de las mesas, o son firmas planas o elaboradas en serie por la misma mano.
Esto son evidencias, no opiniones.
En un trabajo arduo y acucioso revisaste todos los comprobantes falsos publicados sobre el municipio Tinaquillo del estado Cojedes. En Misión Verdad publicamos una nota basada en tu investigación. Para entonces, determinaste que 85% serían falsos. ¿Piensas que eso puede ser representativo de una situación general?
Ya han pasado por delante de mis ojos las 9 mil varias veces. En el proceso, a medida en que vas aprendiendo qué buscar, resulta más fácil el rastreo. Con la muestra de Tinaquillo quise reducir el perímetro del campo de batalla para resaltar un caso concreto, palpable y abarcable que pudiese entender cualquier paisano: un número limitado de actas que se pudiesen cotejar entre sí y, a su vez, con las que aparecían en la página de la oposición.
El panorama que me encontré en Tinaquillo fue desolador: de los 61 documentos publicados el 30 de julio en la página resultadosconvzla.com, unas 52, más de 85% de esas actas, eran papel mojado —en España esto significa "documento inválido"—.
Las mayores incidencias correspondían a las ausencias de las firmas digitales de las máquinas y del escaneo incompleto de muchos QR, una deficiencia que podría haber sido solventada fácilmente volviendo a subir las actas. El caso es que aquel 17 de agosto todos los documentos que denunciaba como inservibles seguían colgados en la página de la oposición y avalados por dos supuestas auditorias. ¿Negligencia, incompetencia o causalidad?
Las cifras de Tinaquillo apuntalaban los datos que exponían un fraude masivo en todo el país, que afectaba, siendo laxos con los controles, 50% de los documentos presentados como actas.
¿Un trabajo de falsificación de estas características ha debido desarrollarse con suficiente antelación?
Si te digo la verdad, sigo inmerso en el proceso de las 12 horas, no me ha dado tiempo a mirar atrás, pero es evidente que la de las actas era una campaña dentro de la batalla en Venezuela, planeada con tiempo y uno de los puntales estratégicos del golpe.
Considerando que eres investigador de datos y fuentes. Este caso implica el uso de elementos alternativos a contracorriente de instituciones oficiales. Se trata de "actas" falsas y un CNE paralelo. Países como Estados Unidos, los de la Unión Europea y otros en América Latina, en muchos casos, suelen rechazar ese tipo de fuentes. Ahora parece que prefieren afianzarse sobre el uso de esas fuentes no verificadas y además cuestionadas, incluso para construir su política exterior sobre Venezuela. ¿Qué te dice eso? ¿Qué sentido tiene que esos gobiernos se aferren a esas "actas" siendo datos tan endebles?
Esta guerra es global y Venezuela es una pieza fundamental del tablero geopolítico. En muchos gobiernos, incluso catalogados como progresistas, está implantado el relato de que Venezuela es una dictadura. No ven las orejas al lobo, la sombra del fraude ha recorrido ya las campañas de toda la ultraderecha de América Latina sin que escarmienten. Les tocará, y hablo de Lula o Boric.
Pero dicho alineamiento disciplinado, sin fisuras, obedece, sin duda, a los intereses del Departamento de Estado y sus gobiernos satélites en Europa. Para organismos alineados como la OEA o el Centro Carter, dar credibilidad a esta pantomima les ha hecho perder la poca que ya les quedaba.
¿Es posible que en Venezuela se haya ensayado un modelo de fabricación de "pruebas de fraude" que podría ser replicado en otros países? ¿Esto puede considerarse un precedente?
Sin ninguna duda, perfeccionarán la técnica y volverán a actuar. Para ejecutar esta operación no han titubeado en desplegar una cantidad ingente de activos, económicos y humanos. Puede no haberles salido bien, pero no cejarán en su empeño.
Y actuarán de la misma manera en todos aquellos escenarios donde confluyan o hagan confluir sus intereses —se me ocurren varios en Latinoamérica— y logren implementar un relato similar. Si bien el caso de Venezuela, tras años de sufrir las consecuencias de la guerra híbrida, era un terreno abonado para desplegar esta campaña.
También he de decir que esta clase de jugadas suele incluirse en operaciones que necesitan de un desenlace rápido y violento: 24-72 horas. Si no triunfa el golpe, en el momento cuando cualquier proceso electoral acusado de fraude —en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica—, entra en el tracto judicial, acaba dirimiéndose ante un tribunal presentando documentos. Y ese era el punto final de la estrategia de las actas "chimbas", por ello no las presentaron ni las presentarán ante la justicia venezolana.
¿Tienes alguna reflexión o apreciación que quieras agregar?
Nada compañeros, creo que ya estáis alerta y metidos en brega. Soy un servidor encantado de colaborar en lo que pueda; tenemos que unir la lucha de ambos lados del charco. En la guerra futura ya no se trata únicamente de dirigir lo que los ciudadanos deben pensar sino de ir implantando mecanismos de pensamiento destinados a la construcción de ideas, sus ideas. Los medios de comunicación decentes debemos combatir estas campañas de odio del fascismo, campañas globales que hubiese podido firmar el propio Joseph Goebbels. Un abrazo.