Este lunes 5 de septiembre, fue elegida la conservadora Liz Truss cómo Primera Ministra de Gran Bretaña. La política es señalada de emular la figura de Margaret Thatcher, que no es precisamente uno de los referentes más queridos de Reino Unido y más allá del archipiélago.
Liz Truss interpretó el papel de Margaret Thatcher en las elecciones generales simuladas de su escuela cuando tenía siete años. No sacó ningún voto, ni siquiera votó por ella.
Pero no todo quedó allí, actualmente sigue tratando de emular la figura de la "Dama de Hierro". Y es que su agenda económica neoliberal, "Trussonomics", parece estar basada en una caricatura de lo que el thatcherismo en realidad lo era.
Estas medidas beneficiarán a los hogares más ricos y a las empresas más grandes, pero poco o nada harán por los pobres, los más golpeados por la crisis.
Sigue creyendo en el mito de que, si se beneficia a los ricos, esa riqueza se filtrará hacia abajo: uno de los pilares del thatcherismo derrumbados por la realidad.
Es por ello que la afirmación de Truss de que abordará la crisis del costo de la vida "reduciendo la carga fiscal, sin dar dádivas" no solo es brutalmente cínica, sino también económicamente inviable y puede activar los disturbios en las calles.
A Thatcher también se le atribuye el lanzamiento de la "Revolución de la privatización". En el Reino Unido, la "Dama de Hierro" supervisó la venta de varias empresas públicas importantes.
Contrario a lo esperado, las privatizaciones empeoraron la situación de los trabajadores. ¿Qué pasa 40 años después? El experimento de privatización se ha caracterizado por la falta de inversión, la falta de transparencia financiera, la mala calidad del servicio y los precios más altos.
¿Cómo abordar la crisis? Sus asesores opinan que "es mucho mejor dejar que el déficit se haga cargo de la tensión".
Aún no se puede predecir cómo reaccionará la población cuando se dé cuenta de que Truss está usando el poder de la bolsa del estado para ayudar a los ricos a hacerse más ricos en lugar de ayudar a los británicos comunes.