Un análisis presentado por el grupo MapBiomas determinó que El Pantanal, una llanura aluvial que se extiende principalmente por el estado brasileño de Mato Grosso del Sur y partes aledañas de Bolivia y Paraguay, perdió el 29% de la superficie total cubierta por el agua entre la inundación de 1988/89 y la última de 2018.
En la primera inundación que MapBiomas tiene registro satelital sobre esa región del planeta, en 1988 y 1989, las imágenes mostraban que el agua llegó a cubrir 5,9 millones de hectáreas. La última imagen de la serie histórica, que registró la inundación de 2018, muestra que el agua solo alcanzo a cubrir 4,1 millones de hectáreas, lo que convirtió a esa inundación en la menor de los últimos 36 años.
El Pantanal, más seco, también es más susceptible a los incendios. Los periodos húmedos favorecen el desarrollo de plantas herbáceas, arbustivas, acuáticas y semiacuáticas, acumulando biomasa. En la estación seca, la vegetación seca se convierte en combustible para el fuego. De todos los biomas brasileños, el Pantanal es el que más se ha quemado en los últimos 36 años: el 57% de su territorio se ha quemado al menos una vez durante este periodo, es decir, 86.403 km². Las zonas de vegetación de pradera y de sabana fueron las más afectadas, representando más del 75% de las áreas quemadas. En total, el 93% de los incendios del periodo se produjeron en la vegetación autóctona; solo el 7% se produjeron en zonas antrópicas. En 2020 se quemaron más de 2,3 millones de hectáreas, desde 1985 esta cifra sólo es inferior a la superficie quemada de 1999, con 2,5 millones de hectáreas