Un vocero de la Casa Blanca afirmó recientemente que no hay planes de suavizar las "sanciones" de la Ley César contra Siria ni de retirar las fuerzas de ocupación ilegal del país. Esta ley criminaliza al gobierno de Damasco y todos los que estén involucrados.
El encargado de las declaraciones fue John Kirby, coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de Washington, quien dijo que "solo mil soldados estadounidenses" estaban estacionados allí, cuya misión es "únicamente combatir a ISIS".
Asimismo, añadió que Washington no desea cambiar "el equilibrio de poder" en Siria, sugiriendo que ha abandonado su política de cambio de régimen contra Damasco. Sin embargo, hay evidencias que indican lo contrario: sigue apoyando con armas a la oposición del país, incluida la facción antigubernamental entrenada por la CIA, Maghawir al-Thawra (MaT).
Pero más allá de perseguir al ISIS, las tropas estadounidenses tienen otros intereses. Desde hace tiempo se viene dando un saqueo petrolero en Siria llevado a cabo por las propias fuerzas de ocupación. Cabe preguntarse si este robo serviría para hacer frente a la crisis energética, así como para aliviar el efecto de la última decisión de la OPEP+ de reducir los niveles de producción.
Según el Ministerio del Petróleo de Siria, recoge The Cradle, las fuerzas estadounidenses han robado más de 80% de la producción diaria de petróleo del país. Algunos concuerdan que la retirada de Estados Unidos de Siria facilitaría el fin del terrorismo, ya que son sus principales promotores.