De acuerdo con proyecciones de Bloomberg, para 2030 el gobierno alemán tendrá que asignar más de 1 billón de dólares para hacer frente a los riesgos y desafíos que han surgido debido a la crisis energética, producto de los esquemas "sancionatorios" de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) contra Rusia.
El enorme costo incluiría inversiones en la modernización de las redes eléctricas del país y una eliminación planificada de sus plantas nucleares y de carbón. ¿Por qué?
Berlín se enfrentará a una creciente demanda de vehículos eléctricos y sistemas de calefacción. A esto hay que añadir que las autoridades alemanas están obligadas a cumplir compromisos climáticos.
Según datos proporcionados por el regulador de redes y think tank del país, Agora Energiewende, el aumento de la demanda de energía en 30% del consumo actual del país llevará a unos 250 gigavatios la nueva capacidad proyectada a instalarse para 2030. También se espera que la transición requiera la instalación de paneles solares, así como parques eólicos en tierra y cuatro en alta mar construidos por semana.
A principios de este mes, el grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas, informó que las naciones de la UE habían gastado casi 800 mil millones de euros en medidas de apoyo ante el aumento de los costos de la energía. Según el registro, Alemania encabezó la tabla de gastos de Bruegel, habiendo reservado casi 270 mil millones de euros, mientras que los siguientes tres más altos: Reino Unido, Italia y Francia, gastaron cada uno alrededor de 150 mil millones de euros.
La actual crisis energética y la transición a procesos "verdes" tendrán un alto costo para el gobierno alemán en los años por venir. Sin embargo, esto no garantiza que puedan sortear la coyuntura, tampoco que logren un cambio en el uso más eficiente y menos contaminante de la energía.