Los países de Latinoamérica y el Caribe están entre los más desiguales del mundo y las posibilidades de salir de esa espiral de pobreza son prácticamente inexistentes. De acuerdo al último Reporte de Economía y Desarrollo (2022) de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina se arrastran de generación en generación y solo 12% de los hijos de padres con bajos o nulos estudios termina la universidad.
"Desigualdades heredadas: el rol de las habilidades, el empleo y la riqueza en las oportunidades de las nuevas generaciones" lleva por título el estudio publicado este lunes 5 de diciembre. En este se compara el acceso a la educación, al mercado laboral y la acumulación de riqueza de las distintas generaciones de latinoamericanos desde principios del siglo XX hasta la actualidad.
Dolores de la Matta, coautora de la publicación y economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF, señala que no hay mucha movilidad entre una clase social y otra, por lo que hay una suerte de condena para los más pobres, herencia lamentable que deja a sus descendientes.
Dicho de una forma más cruda, los ricos seguirán siendo ricos y los pobres no saldrán de su pobreza. En el estudio concluyen que puede deberse a que los progresos educativos en dichos países.
¿Quiénes son los más vulnerables? Los más afectados son los afrodescendientes, indígenas y mujeres, cuya causa de vulnerabilidad se remonta a la época colonial. También hay otros factores como la localización geográfica de los padres que también condiciona las oportunidades laborales de los hijos.
El 10% más rico de la región es dueño del 77% de la riqueza, mientras que el 50% más pobre solo cuenta con el 1%: dato que sin duda refleja la causa de la desigualdad heredada: el sistema capitalista.