¿Se puede maquillar la reputación de quienes, a la vista pública, ganan millones de dólares todos los años en el negocio de la guerra? Parece una tarea casi imposible de lograr, ni siquiera para el más habilidoso en estrategias de marketing e imagen.
Sin embargo, el asunto está tratando de ser resuelto con la adopción de modelos de justicia social que actualmente tienen mucho peso en la opinión pública, especialmente en las sociedades del capitalismo central.
Para ver cómo las banderas del feminismo, la lucha contra la discriminación y el racismo son tomadas con fines neoliberales, revisaremos los ejemplos de algunas empresas de fabricación de armas e instituciones militares y de seguridad del gobierno del Reino Unido, siguiendo el artículo de la periodista Freya India, publicado en Declassified UK.
la apuesta "feminista" de Raytheon y Bae Systems
Raytheon, empresa estadounidense cuyas bombas se lanzan de manera indiscriminada sobre la población yemení, sin que las mujeres y niños puedan evitarlas, se asocia con organizaciones no gubernamentales para ayudar a cerrar la brecha de género en el sector de ciencia y tecnología.
Raytheon financia un proyecto de la ONG feminista Girls Who Code para que las niñas aprendan sobre programación y aporta recursos para el programa de informática de las Girls Scouts en Estados Unidos.
Mientras tanto, su sucursal en el Reino Unido, Raytheon UK, a través del gobierno británico, ha suministrado armas guiadas de precisión a Arabia Saudita. El contrato fue hecho en 2014, y le garantizó a Riad 2 mil 200 bombas Paveway IV, valoradas en 247 millones de dólares, que han sido desplegadas en misiones de combate en Yemen.
Los constantes bombardeos junto a otros mecanismos de presión han sometido a los yemeníes a una hambruna sin precedentes, lo que ha causado la desnutrición grave en al menos 2.3 millones de niños y 1.2 millones de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, según cifras de la ONU.
"Aparentemente, sin embargo, nada de esto está reñido con el feminismo de la compañía. De hecho, solo dos días después del ataque aéreo de la boda, Raytheon estaba ocupado tuiteando que su nuevo programa era 'toda la inspiración que necesita una niña exploradora'", escribe Freya India en su artículo.
Algo similar ocurre con Bae Systems, fabricante de armas con sede en Reino Unido y uno de las más grandes en los ramos de defensa, tecnología aeroespacial y electrónica.
La compañía comparte una cuota de responsabilidad en el caos desatado en Yemen, gracias a la venta de aviones Typhoon y Tornado a Arabia Saudita, utilizado en los ataques. Lo que sí puede garantizar la empresa es que hay equidad de género en cuanto a los empleados que desarrollan las armas que van a parar en los países atacados, gracias a programas como Clever Coags, que alienta a chicas jóvenes a interesarse por la ingeniería y comparte información sobre "modelos femeninos inspiradores" dentro de la industria de defensa e ingeniería. El programa ha sido completado por 23 mil niñas y mujeres en todo el Reino Unido.
Así, Bae Systems está logrando que sean cada vez más las mujeres que se formen para la destrucción de la vida de otras mujeres y niños en los países asediados por Occidente. Rompiendo estereotipos, por supuesto.
Otra de sus controversias viene del uso de la comunidad LGBTI para ayudar a mejorar sus relaciones públicas y distraer de su participación en las campañas militaristas empleadas por países con ambiciones coloniales.
En los últimos años, Bae Systems ha asumido el patrocinio del mes del orgullo gay en condados de Inglaterra y ciudades estadounidenses. Al mismo tiempo, sin que detecten contradicción alguna, respalda con armas a los regímenes con los castigos más crueles en contra de las personas homosexuales.
En Arabia Saudita, la homosexualidad está prohibida y su práctica se paga con "latigazos públicos, palizas, tortura, castraciones químicas, cadena perpetua y ejecuciones", recuerda India para luego añadir que eso no es impedimento moral para Bae Systems, que desde hace 55 años suministra productos y servicios a la Real Fuerza Aérea Saudí, la Real Fuerza Naval Saudí y otras industrias saudíes.
"Desde que Riad comenzó a bombardear Yemen en 2015, BAE ha vendido armamento por valor de 17 mil 600 millones de libras esterlinas al ejército saudí", dice India.
alzando la bandera del orgullo gay por un lado, decapitaciones por el otro
El científico británico Alan Turing es conocido por su trabajo en la creación de máquinas para descifrar códigos durante la Segunda Guerra Mundial y por sentar las bases de la inteligencia artificial. También es conocido por haber sido castrado químicamente después de ser condenado por mantener relaciones homosexuales. Turing se suicidó a los 41 años, en gran parte debido al estrés que le causó su condena.
La Sede de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido (GCHQ), la agencia de inteligencia más grande de Gran Bretaña, contribuyó con el desenlace de la vida de Turing. "El GCHQ no solo trató horriblemente a Turing, sino que prohibió que las personas LGBTI se unieran a la agencia hasta la década de 1990", explica Freya India.
Pero los tiempos cambian, GCHQ ahora es un lugar que acepta la diversidad y se disculpa por los actos pasados de discriminación en contra de sus empleados. El año pasado, para redimirse con Turing, la agencia presentó irónicamente un mural gigante con temática LGBTI en el centro de su sede en Benhall.
Siguiendo la misma tonalidad, se unió al MI5 y el MI6 en el financiamiento de los premios LGBTI, realizó cursos y charlas a sus empleados para concientizar sobre la diversidad sexual y celebró la semana de concientización asexual.
Aquellas iniciativas parecerían evidencia suficiente de que la agencia ya no comulga con su conducta del pasado. La cuestión es que el trabajo de espionaje que actualmente sostiene en el extranjero no coincide con el nuevo discurso incluyente. Por poner un ejemplo, existen tres bases del GCHQ en Omán, nación donde la homosexualidad es ilegal, y un pacto de seguridad con Qatar, que reprende las relaciones homosexuales siguiendo los dictámenes de la sharia: prisión, azotes públicos y hasta la pena de muerte.
Por su parte, el Ministerio de Defensa británico proporciona parte de su personal militar al ejército de Omán, al igual que el de Kuwait y Brunei, que entre ellos guardan la semejanza de ser represivos con los homosexuales. Al igual que la agencia de espionaje británica, la institución gubernamental toma la bandera LGBTI para blanquear las alianzas a las que no está dispuesta a renunciar.
El año pasado, en el marco de la campaña #TransDayofRemembrance, el Ministerio de Defensa puso la bandera del orgullo transexual en su edificio. En 2020, declaró que defendía como algo vital un "ambiente seguro para todas las personas LGBTI+". Una semana antes había celebrado un contrato de venta de armas a Arabia Saudí, país que, como señala India en su artículo, ha decapitado públicamente a personas homosexuales.
El feminismo también es una bandera que el Ministerio de Defensa británico ondea a pesar de que hace parte de las operaciones militares en, de nuevo el ejemplo más sanguinario, Yemen. Según Oxfam, las consecuencias de la guerra en las mujeres han ido más allá de las muertes y lesiones, que ya constituye una cifra alarmante, puesto que aunque no son combatientes, ellas y las niños representan el 33% de las bajas directas. Una forma indirecta de afectación es que las mujeres embarazadas víctimas de los bombardeos pueden abortar o quedar incapacitadas para cuidar a sus hijos por las heridas. La ONG también indica que el 76% de los 3.65 millones de desplazados yemeníes son mujeres.
La coalición liderada por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos lanzan armas explosivas en zonas pobladas de Yemen gracias al apoyo logístico, entre otros Estados, del Ministerio de Defensa del Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos. Pero no hay que alarmarse, a nivel interno la institución garantiza que se cumpla con un lenguaje políticamente correcto para dirigirse al personal, evitando "términos sexistas" que puedan ser ofensivos. Una cosa compensa a la otra, ¿cierto?
La moda de los señores de la guerra es unirse al desfile de la tolerancia progre
No es la primera vez que, desde esta tribuna, se hace mención a los autores de guerras, torturas y masacres que se unen al desfile de la tolerancia, en un acto de pura propaganda. En 2021, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lanzó una campaña inusual titulada "Humanos de la CIA", que muestra a la agencia de espionaje con una imagen muy distinta a su imagen popular.
En este video, la CIA muestra a una agente de 36 años de edad que se presenta como "una mujer de color", "millennial cisgénero", "interseccional" y diagnosticada con un trastorno de ansiedad generalizada. La mujer también luce una camiseta con el puño levantado. Bastante curioso que lleve aquel símbolo, considerando que ella forma parte del poder, no de la resistencia.
El Pentágono siguió el camino de la CIA. Con la campaña The Calling, cuyo objetivo es atraer reclutas a las fuerzas armadas estadounidenses, se difundieron cinco cortometrajes animados que narran las historias personales de cinco soldados de la vida real. Uno de los dibujos animados habla sobre la cabo Emma Malounlord, que trabaja como operadora del sistema de misiles antiaéreos Patriot, y la historia de su infancia criada por dos mujeres lesbianas. En el transcurso del video, se va a la cabo asistiendo de niña a las marchas de las minorías sexuales, lo que la hizo "defender la libertad desde muy joven", según ella.
Confiamos en la agudeza mental de nuestros lectores para no creer que sea necesario exponer el por qué de la hipocresía y cinismo en las propagandas de estas dos instituciones criminales.
Planificando unos cuantos desfiles por los derechos de la comunidad LGBTI, montando campañas que alientan a las mujeres a "romper estereotipos" y apoyando la diversidad dentro de sus estructuras, el complejo industrial-militar y las agencias de seguridad y defensa de los Estados asociados a los intereses del primero, pretenden que todos pasemos por alto que ellos juntos conforman hipócritamente la mayor máquina asesina del mundo.