Mié. 01 Mayo 2024 Actualizado 4:16 pm

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Quien gane Florida probablemente ganará las elecciones en EEUU (Foto: Archivo)

Venezuela en el centro de la disputa por la Casa Blanca

Para los venezolanos ya es costumbre ver cómo se utiliza el nombre de Venezuela en las campañas electorales de los países vecinos, en donde se ha vuelto práctica común para los partidos y políticos de la derecha acusar a sus adversarios locales de chavistas y de querer convertir a (inserte aquí el nombre de su país latinoamericano de preferencia) en "una Venezuela".

Pero esta práctica no es exclusiva de la derecha: una gran parte del progresismo regional también se "defiende" de estas acusaciones negando que quiera parecerse al chavismo, llegando incluso a atacar al presidente Nicolás Maduro y al proceso revolucionario venezolano utilizando los mismos conceptos prefabricados por la campaña antivenezolana (dictadura, derechos humanos, crisis económica, represión, migración, etc.), creyendo que ganarán votos o titulares atractivos si se desmarcan de quien realmente sería uno de sus principales aliados regionales, si estos partidos o líderes progresistas llegasen a ganar las elecciones.

Hasta ahora, renegar del chavismo le ha funcionado electoralmente muy bien a la derecha, pero a la izquierda y a los movimientos progresistas no tanto.

En Estados Unidos, demócratas y republicanos no se han quedado atrás y también han decidido incorporar con fuerza el tema Venezuela en sus respectivas campañas presidenciales, un hecho que llama poderosamente la atención por las implicaciones que tiene.

Que la principal franquicia de la hegemonía occidental, Washington, se compare con Caracas, habla muy bien de la fortaleza e importancia del proceso político venezolano como pilar regional del antiimperialismo y muy mal de la situación interna del imperio estadounidense, para quien una nación del "tercer mundo", bloqueada económica y financieramente, asediada desde todas sus fronteras y rodeada de enemigos, no debería ser motivo de preocupación.

Antes de señalar las implicaciones que tiene este protagonismo electoral para Venezuela, hagamos un breve repaso a la incidencia del tema venezolano en la campaña electoral gringa.

Más castro-chavista serás tú: acusaciones de lado y lado

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Demócratas han comparado a Trump con Chávez desde la campaña electoral de 2016 (Foto: Archivo)

Recientemente el senador republicano Marco Rubio declaró en la red social Twitter que una victoria de Biden "serían buenas noticias para los regímenes de Venezuela y Cuba", y posteriormente publicó una foto en la que Maduro saluda a Joe Biden en uno de los muchos eventos internacionales en que coincidieron cuando era vicepresidente de Estados Unidos.

No sorprende que sea Rubio uno de los principales promotores de esta campaña, al ser Florida su base electoral y al estar muy vinculado con las operaciones de "cambio de régimen" en nuestro país.

El 12 de octubre, Trump tuiteó que "Nuestro país no puede sobrevivir como nación socialista, y eso es lo que los demócratas quieren que sea. Estados Unidos nunca se convertirá en una versión a gran escala de Venezuela".

Finalizando octubre, definió las elecciones estadounidenses como una elección entre "el sueño americano y la pesadilla socialista", y nuevamente acusó a Biden de querer convertir a Estados Unidos en Venezuela.

Del otro lado tampoco se han quedado mudos. En junio, Biden acusaba a Trump de ser un admirador de Nicolás Maduro, al difundirse la noticia de que el presidente estadounidense estaría abierto a la posibilidad de una reunión con su homólogo venezolano.

En múltiples ocasiones ha cuestionado las políticas de Trump hacia Venezuela, las cuales ha calificado de "callejón sin salida". Según Biden y el Partido Demócrata, el accionar del magnate presidente no ha servido para debilitar o sacar el chavismo del poder, sino por el contrario, lo ha fortalecido.

El 16 de octubre, también lo acusó de no tomar en cuenta el "sufrimiento del pueblo venezolano" ante la negativa de Trump de aprobar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los migrantes venezolanos y las deportaciones de los mismos hacia otros países.

Conceder el TPS es una de las ofertas de los demócratas para captar el voto de los venezolanos residenciados en Estados Unidos, especialmente en Florida, estado al que demócratas y republicanos apuestan fuertemente para poder consolidar una victoria clara este martes 3 de noviembre.

Florida como campo de batalla electoral dentro de un campo de batalla aún mayor

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(Foto: Getty Images)

Conocer el sistema electoral de Estados Unidos nos da una de las claves para entender el por qué del protagonismo de Venezuela en la campaña gringa.

Recordemos que el inquilinato de la Casa Blanca no se decide por elecciones directas, sino mediante unas elecciones de segundo grado. Es decir, los estadounidenses eligen a unos representantes (comisarios electorales) que luego eligen al presidente y vicepresidente.

En total, son 538 electores y están asignados a cada estado de la Unión. El número de electores por estado varía. Utah, Dakota del Norte y Nevada tienen 5 electores cada uno, mientras que Ohio cuenta con 20, Texas 34 y California 55.

Para ganar, un candidato debe obtener al menos 270 electores. Florida, con sus 27 electores, es uno de los estados clave para la campaña, no solo por su alta cantidad de electores, sino porque es uno los "estados péndulo", que no tiene tradición demócrata o republicana, pudiendo inclinarse a favor del mejor postor.

Y en Florida, las mafias cubano-mayameras y la migración de opositores venezolanos se han encargado de que la mejor oferta sea la que comprometa al Departamento de Estado en políticas duras contra los gobiernos de Cuba y Venezuela. Quien prometa botas gringas en Caracas y La Habana tiene mayores chances de ganarse a los electores de Florida.

Esto es lo que incentiva en gran parte las disparatadas declaraciones de ambos candidatos cuando se refieren a la política regional. Ambos saben que para ser presidente hay que ganar Florida, pues desde 1996, y con solo dos excepciones desde 1924, quien gana en este estado, gana la presidencia.

Aunque Florida siempre ha sido escenario de polarizaciones y enfrentamientos en tiempos de campaña (¿recuerdan cómo le ganó Bush hijo a Al Gore en 2006?), hoy lo es aún más porque lo que está en juego en Estados Unidos es mucho más que una silla en Sala Oval.

Hay una fuerte disputa a lo interno de las élites estadounidenses en la cual se están utilizando las mismas operaciones de "cambio de régimen" que la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado suelen utilizar en otros países pero ahora a lo interno de sus fronteras. Esta disputa amenaza incluso con un golpe militar, la balcanización de la Unión y guerra civil, elementos que parecían imposibles de imaginar en territorio estadounidense hace 10 años y que son síntomas de la agonía del imperio norteamericano.

Diego Sequera, analista político y columnista de esta tribuna, lo resume en esta entrevista para Telesur:

Los peligros que esta campaña representa para Venezuela

Que Venezuela esté en el centro de la campaña electoral de un imperio en decadencia representa graves peligros para su población. La necesidad de victorias rápidas, de contentar al electorado mayamero y de cumplir con pactos o negociaciones bajo mesa de ciertos lobbies y mafias (petroleras, armamentistas, etc.), pueden provocar la autorización de la aplicación de elementos de fuerza aún mayores contra nuestro territorio o el aceleramiento de planes, conspiraciones y sicariatos contra los líderes de chavismo, así como lo hicieran en enero de este año contra Irán e Irak, con los asesinatos de Qasem Soleiman y Abu Mahdi al Muhandis.

El recuerdo de los drones explotando en una concentración en donde se encontraba el presidente Nicolás Maduro y gran parte de los principales funcionarios del Estado venezolano aún está fresco en la memoria del chavismo (2018), cuando recibimos noticias de un nuevo ataque con drones, esta vez empleando un misil contra la infraestructura de la industria petrolera nacional.

La incursión armada mercenaria en Macuto y Chuao encargada mediante contrato por Juan Guaidó y coordinada por el ex marine estadounidense Jordan Goudreau contaba con el conocimiento y el apoyo total de la Casa Blanca, lo que mantiene al chavismo en alerta permanente ante cualquier aventura incentivada por los halcones del Departamento de Estado, por lo cual el presidente Nicolás Maduro ha hecho un llamado a toda la población y a todos los organismos de seguridad a no bajar la guardia ante las amenazas que pretenden crear nuevos escenarios de crisis, desestabilización y caos que justifiquen la intervención de fuerzas externas.

Por algo Mike Pompeo, secretario de Estado gringo, ordenó al ejército brasileño a prepararse para un escenario de combate en territorio venezolano.

Amanecerá el miercoles y veremos

Para Venezuela es un absurdo el debate entre cuál candidato favorece o no las relaciones con el gobierno nacional, ya que las políticas contra la República Bolivariana forman parte de una agenda bipartidista.

En el año 2000, la administración de Bill Clinton ya dejaba entrever que las relaciones con Estados Unidos serían tensas luego de la victoria presidencial de Hugo Chávez, con Bush hijo vino el golpe de abril de 2002, el secuestro de Chávez en La Orchila y el paro petrolero. Con Obama se incentivaron múltiples intentos de revolución de colores y la firma del decreto que señala a Venezuela como "una amenaza" para la seguridad nacional de Estados Unidos en 2015, que sentó las bases legales para las medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo que hoy Trump aplica contra el país, apoyado por un "gobierno fake" que facilita el robo de los activos venezolanos en el exterior.

Venga quien venga, Venezuela seguirá resistiendo por su derecho a existir como nación libre, independiente, soberana, y en ello tiene más de 500 años de experiencia.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<