Justo cuando en Venezuela los distintos partidos políticos que hacen vida en el país avanzan en una propuesta de cronograma electoral de cara a los comicios presidenciales programados para este año, factores antivenezolanos que ya han arremetido contra la nación vuelven con recatas fracasadas solicitando se mantenga y amplifique el régimen de sanciones que afecta a toda la población.
El pasado martes 20 de febrero el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, popularmente conocido como Wilson Center, organizó un evento llamado Venezuela at a Crossroads: Is the Barbados Agreement on Life Support? en el que participaron William Brownfield, el expresidente colombiano Iván Duque y el prófugo de la justicia venezolana Leopoldo López.
Basta ver la descripción general del evento para confirmar que se intenta proyectar la imagen de Estado fallido y que no hay salida política si no se cumple con la agenda de habilitar a María Corina Machado para las elecciones pautadas este año:
“Venezuela se encuentra en una encrucijada ya que el régimen autoritario liderado por Nicolás Maduro resiste la presión internacional para celebrar elecciones democráticas este año, como se pautó en el Acuerdo de Barbados en octubre pasado. Venezuela no ha fijado una fecha para las elecciones y en enero su Corte Suprema descalificó de la contienda presidencial a la ganadora de las primarias opositoras, María Corina Machado. El fallo judicial llevó a Estados Unidos a volver a imponer algunas sanciones, examinar la posibilidad de revertir sanciones futuras y planteó dudas sobre el futuro del Acuerdo de Barbados. El resultado de este último enfrentamiento tiene implicaciones significativas para los derechos humanos en Venezuela, la crisis migratoria regional y la seguridad energética global”, refiere el Wilson Center.
Por quienes organizan el evento y los que participan como moderadores y panelistas, se puede advertir lo que subyace en su realización. A continuación, unos datos que no se pueden perder de vista.
El Wilson Center es un think tank de los más influyentes en las decisiones que se toman en Washington. En los últimos años se han dado a la tarea de delinear la "hoja de ruta" que debe tomar la Casa Blanca en torno a la situación política venezolana.
William Brownfield fue embajador de Estados Unidos en Chile (2002-2004), Venezuela (2004-2007) y Colombia (2007-2010). De él se recuerda la entrevista en la que defiende las sanciones contra Venezuela y propuso que la mejor solución era "acelerar el colapso de Venezuela" aun cuando las consecuencias resultaran en meses o años de sufrimiento para toda la población. Durante su participación en el evento afirmó que el único camino es la reimposición de sanciones estadounidenses y “toda la comunidad internacional debe influir para fomentar un resultado democrático en Venezuela".
El expresidente colombiano Iván Duque fue unos de los líderes de la región más activos en la agenda de cambio de régimen contra el presidente Nicolás Maduro. Usó su país como plataforma desde donde se planificaron intentos de ingresar a territorio venezolano de forma ilegal, atentados contra el mandatario nacional y otras acciones desestabilizadoras. Por su parte, el expresidente colombiano se refirió a la inhabilitación de María Corina Machado y la inexistencia de garantían políticas para los que se oponen al gobierno.
El prófugo Leopoldo López ha sido impulsor de los escenarios más violentos que se han vivido en el país en los últimos diez años. Fue promotor de “La Salida” en 2014 y en 2019, junto con el exdiputado Juan Guaidó, estuvo al frente del intento de toma de una base militar. Recientemente se ha presentado en este tipo de eventos para que se promueva la profundización de las sanciones. Durante el cierre del evento, que moderó, hizo hincapié en que María Corina Machado es la líder indiscutible de la oposición y por ese hecho se le van a poner todos los obstáculos para que no participe en las elecciones.
La matriz que se intentar fijar es fácil de desmostar. En primer lugar, habría que señalar que las elecciones presidenciales se van a llevar a cabo no porque haya presión internacional sino porque corresponde realizarlas de acuerdo con la duración del mandato del presidente. Los Acuerdos de Barbados se están cumpliendo; el cronograma se está definiendo con la participación de todos los actores políticos y la vida política del país seguirá su curso sin interrupciones aun cuando digan que sin la presencia de María Corina Machado no se harán “elecciones libres y democráticas”.
No obstante, resulta inevitable no pensar que se prepara un escenario parecido al configurado en el marco del gobierno fake del interinato, para que en el ámbito internacional sectores comprometidos con la desestabilización y el cambio de régimen en Venezuela eleven las apuestas y cabildeen en favor de una profundización del régimen de sanciones. Ante recetas repetidas, se erige la experiencia acumulada del gobierno y pueblo organizado para demostrar una vez más que Venezuela no es chantajeable.