Una carta presentada al país el día de ayer por el diputado Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, expuso las pruebas de los acuerdos y compromisos contraídos por el excandidato Edmundo González Urrutia antes de abandonar el país, tras su solicitud voluntaria de asilo en el Reino de España.
La revelación implicó un nuevo terremoto político en una semana que ya ha sido particularmente agitada en el plano informativo por el desmantelamiento de un plan terrorista con vinculaciones internacionales, y el lanzamiento de la iniciativa "Ya Casi Venezuela", mediante la cual se plantea la preparación eventual de acciones armadas contra el país, utilizando la modalidad del crowdfunding con el objetivo de recolectar fondos.
En la carta se evidencian dos elementos importantes.
El excandidato acató la sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que convalidó los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), cuyo ganador es el presidente Nicolás Maduro. En esta misma línea, también expresó su reconocimiento a la legitimidad institucional venezolana, contenida en los distintos poderes que integran el Poder Público nacional, y aseguró que no usurparía funciones de ningún tipo.
Ante la evidencia mostrada por el jefe del Parlamento venezolano, González Urrutia publicó en sus redes sociales un video en el que leía un comunicado con el que argumentaba que fue obligado a firmar el documento presentado: "O firmaba o enfrentaba las consecuencias", indicó el excandidato, sin indicar ningún detalle específico sobre la supuesta coacción a la que fue sometido.
LA FALSEDAD DEL RELATO DE LA "COACCIÓN"
A partir del video publicado, se intentó imponer el relato de la "coacción" contra Edmundo González, como recurso de control de daños para mitigar el golpe a su reputación y credibilidad tras corroborarse que, a pedido suyo, sostuvo negociaciones con la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el presidente de la AN, Jorge Rodríguez, muy probablemente a espaldas de María Corina Machado y, ya como un hecho enteramente comprobado, de todo el público opositor. De esta manera aceptó, en última instancia, el triunfo de Nicolás Maduro.
Tal narrativa ha buscado victimizarlo con el objetivo de suscitar simpatías y solidaridades en el público venezolano e internacional, luego de que su solicitud de asilo y la opacidad en torno a su lugar de residencia y movimientos posteriores al 28 de julio implicaran un golpe severo a su credibilidad, hecho al que ahora se suma el reconocimiento a la victoria de Maduro.
Bajo la premisa de la supuesta coacción se intenta resetear de la memoria colectiva todos los pasos tomados por el excandidato que lo llevaron a la solicitud del asilo, ya que ahí quedó manifestada la intención de priorizar sus intereses personales por encima del compromiso con los votantes y la "transición".
Son varios los elementos que exponen la fragilidad de un relato que ha surgido para diluir el contenido de la carta y sus implicaciones políticas profundas.
Primero, González se mantuvo por iniciativa propia "bajo resguardo" en dos misiones diplomáticas en Caracas, primero en la del Reino de los Países Bajos y posteriormente en la del Reino de España. En consecuencia, su ingreso a ambas representaciones fue voluntario. El primero movimiento ocurrió acto seguido a los comicios del 28J.
Sobre esto último es necesario revisitar las declaraciones del canciller del Reino de los Países Bajos, Caspar Veldkamp, sobre la solicitud expresa del excandidato y su insistencia en trasladarse a la embajada de España, desde donde quería solicitar el asilo diplomático.
"A principios de septiembre, Edmundo González indicó que quería abandonar la residencia y el país. Luego hablé con él sobre la situación en Venezuela, la importancia del trabajo de la oposición y la transición a la democracia, y enfaticé nuestra continua hospitalidad. Indicó que, no obstante, quería irse y continuar su lucha desde España", expresó Veldkamp.
Segundo, desde el 29 de julio hasta el 18 de septiembre, en esos 52 días trascurridos hasta la revelación de la carta, González publicó 71 posts en la red social X, en ninguno de los cuales denunció algún tipo de persecución contra él o su familia. Por el contrario, reflejaron un ejercicio de proselitismo sin presiones. En ninguna de sus publicaciones se refirió a la existencia de amenazas.
Tercero, en la misiva que envió al fiscal general de la República, Tarek William Saab, no hay referencias a acosos o presiones. De hecho, esa carta y la que mostró Rodríguez coinciden en tono, forma y sustancia en el reconocimiento a las insitutciones del Estado venezolano.
De igual forma, en la carta que publica al llegar a Madrid el 9 de septiembre tampoco hizo ninguna clase de mención a las presiones que hubiesen motivado su salida. En el documento se lee de forma textual: "He decidido salir de Venezuela y trasladarme a España, a cuyo gobierno agradezco profundamente que me haya acogido".
Esta afirmación coincide con la realizada por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Reino de España, José Manuel Albares, así como por la vicepresidenta ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, en la que se destacó que la solicitud de asilo fue personal y voluntaria.
Por otro lado, la narrativa general sobre su salida de Venezuela presenta una clara inconsistencia. Inicialmente, el día 9 de septiembre la atribuyó a una "motivación personal". Sin embargo días después, el 18 septiembre, cuando se publica la carta, describió el evento en términos de persecución, amenaza y coacción, conceptos diametralmente opuestos al de una decisión voluntaria. Una contradicción que refleja el esfuerzo por recuperar la credibilidad perdida.
A todas estas, González ha incumplido el compromiso que refrendó en la carta enviada al presidente de la AN, en la que expresó que limitaría su actividad política fuera del país:
"Dejo constancia de mi compromiso de que mi actividad pública fuera de Venezuela será limitada. No pretendo en ningún caso ejercer representación formal alguna de poderes públicos del Estado venezolano. Seré absolutamente respetuoso a las instituciones e intereses de Venezuela, y siempre apelaré a la paz, al diálogo y a la unidad nacional".
elementos alrededor de la revelación
La condición de asilo político exige del asilado ciertos compromisos que no pueden ser esquivados. Más allá del acuerdo al que llegó Edmundo González con las autoridades venezolanas tras el otorgamiento de los salvoconductos, hay responsabilidades internacionales que en su condición debe cumplir.
Dos días después de su llegada a Madrid se reunió con el jefe de Gobierno, Pedro Sánchez. Si bien el mandatario español procuró reducir el nivel del encuentro, presentándolo como una caminata informal en los alrededores de La Moncloa, ese sería el inicio de una actividad pública que ha ido creciendo.
Recientemente mantuvo conversaciones con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y figuras de la política hispana como el exjefe de gobierno José María Aznar.
En paralelo, las Cortes y el Senado español aprobaron un exhorto al gobierno de Sánchez para que lo reconociera como "presidente electo".
Ante el rompimiento de los acuerdos y, más aun, ante el relato fabricado sobre la "coacción", Jorge Rodríguez mostró no solo el documento rubricado sino también la fotografía del momento cuando, en completa calma y en presencia del embajador español en Caracas, leía y firmaba el documento en cuestión.
En este sentido, Rodríguez señaló lo siguiente:
“Porque ya está bueno de mentiras y ya está bueno de chismes. Hasta aquí llegó el chisme, bueno, hasta aquí no: le quedan 24 horas. Si usted insiste en que fue una coacción yo voy a mostrar los entretelones de las conversaciones y digo más: si usted firmó bajo coacción, ¿cómo es que una de sus hijas todavía vive en Venezuela tranquilamente con su familia, como viven todas las venezolanas y todos los venezolanos que pueden pensar de una manera, pueden pensar de otra y todas tienen cabida en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela? Quien no tiene cabida es la violencia ni el fascismo. Entonces, si nosotros somos los salvajes coaccionadores está haciendo usted lo mismo que hizo Juan Guaidó, quien decía todo eso pero dejó a su esposa y a su hija aquí viviendo cuando huyó como un perro por Colombia", señaló el presidente de la AN.
credibilidad en estado de coma y el foco en madrid
Acorde a todo lo reseñado, la versión de la "coacción" tiene evidente perfil victimizador que busca levantar la figura de Edmundo González, cuyo objetivo principal sería recomponer la confianza en un universo opositor, de base y dirigencial, que tras la huida del país del excandidato quedó en la lona en términos anímicos.
El hecho de que haya negociado con altos funcionarios del Estado venezolano y reconocido la victoria de Maduro bien podría enfatizar este cuadro de escepticismo y desesperanza. Por ende, el relato de la presión y las amenazas ha aparecido como mecanismo de compensación, tratando de encubrir, al mismo tiempo, las presiones de María Corina, los objetivos personales detrás de la solicitud del asilo y el reconocimiento a la sentencia del TSJ que convalidó el triunfo del presidente venezolano.
Es pertinente recordar que el fiscal general de la República, Tarek William Saab, comentó que "hubo personas de la oposición, cuya identidad no aclaró, que le prohibieron a Edmundo González Urrutia comparecer ante el TSJ, pese a las intenciones del candidato a asistir".
El foco ahora está en Madrid, donde las ramificaciones y efectos de la revelación son múltiples. Ya va cobrando forma un nuevo impulso de presiones desde la extrema derecha, que acusa abiertamente al gobierno de Pedro Sánchez de contribuir con las "presiones" contra González, en un intento por descarrillar a La Moncloa y elevar las tensiones bilaterales.
En este eje de la cuestión las contradicciones son aun mayores ya que no es sostenible, desde el punto de vista político, afirmar que el gobierno español ayudó a Edmundo González al mismo tiempo que apoya el discurso de una supuesta coacción.