Venezuela ha consolidado una política exterior enfocada en el fortalecimiento de alianzas estratégicas con potencias del mundo multipolar. Se trata de un plan que responde a la necesidad de diversificar sus relaciones internacionales, ampliar la cooperación desde un marco soberano y fortalecer capacidades frente al cerco geoeconómico impuesto por Estados Unidos.
Las relaciones con Rusia, China e Irán se han convertido en ejes centrales de esta política, orientada a consolidar Venezuela como un actor de peso dentro del Sur Global.
Lejos de responder únicamente a factores ideológicos, esta línea de acción obedece a una racionalidad acentuada frente a las limitaciones impuestas por el orden occidental y las agresiones financieras ilegales.
Alianza estratégica: Rusia
Luego de la firma del Tratado de Asociación Estratégica y Cooperación entre el presidente Nicolás Maduro y el presidente Vladímir Putin, el pasado 7 de mayo, la agenda bilateral ha comenzado a avanzar con una notable celeridad.
Las recientes reuniones sostenidas por altas autoridades de ambos países reflejan no solo un compromiso renovado sino también la ejecución concreta de una hoja de ruta compartida en múltiples áreas relevantes.
La asociación con Rusia constituye uno de los pilares más sólidos de la política exterior venezolana pues, a la fecha, Caracas y Moscú han suscrito más de 350 instrumentos de cooperación, y tan solo en noviembre pasado se firmaron 17 nuevos documentos que sientan las bases de un plan conjunto de desarrollo hasta 2030.
Esta alianza no se limita a los mecanismos tradicionales de inversión, comercio y energía, sino que ha adquirido una dimensión de seguridad que refleja una visión común sobre el equilibrio geopolítico.
Hace semanas, en la XIII Cumbre Internacional de Seguridad celebrada en Moscú, se relanzó la propuesta de consultas multilaterales en materia de defensa, con la participación de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia, como parte de una arquitectura hemisférica de seguridad alternativa, cuestión que confirmó José Adelino Ornelas Ferreira, secretario general del Consejo de Defensa de la Nación (Secodena): "Además de las negociaciones bilaterales, pretendemos retomar la práctica de celebrar consultas a cinco bandas en el formato Rusia-Nicaragua-Bolivia-Venezuela-Cuba".
Asimismo, el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Serguéi Shoigú, afirmó que "estamos enfocados en el cumplimiento de los acuerdos alcanzados. Por nuestra parte confirmamos nuestro interés en organizar el diálogo a nivel de consejos de seguridad".
La intensificación del diálogo político al más alto nivel ha reforzado esta dinámica, en particular en áreas como la cooperación tecnológica y la transferencia de capacidades estratégicas.
Un ejemplo concreto es la instalación de una estación terrestre del sistema ruso de navegación satelital Glonass en el estado Guárico, que entrará en operaciones en el mes de julio, según informó el director general de Roscosmos, Dmitri Bakanov.
Este avance representa un salto cualitativo en soberanía tecnológica ya que permite a Venezuela acceder a un servicio propio de navegación, posicionamiento y temporización como alternativa al GPS, con aplicaciones directas en sectores sensibles como defensa, transporte, agricultura de precisión, monitoreo de riesgos y cartografía avanzada.
Esta infraestructura forma parte de una red global operada por Roscosmos, ya presente en países como Brasil, Cuba, Nicaragua y Sudáfrica, y cuya expansión en América Latina contempla nuevas estaciones en territorio venezolano.
Se trata de un componente operativo de alto valor estratégico, con impactos tangibles en el desarrollo económico y en la consolidación de la soberanía nacional frente al monopolio occidental en el ámbito espacial.
Simultáneamente, Venezuela ha venido consolidando una plataforma científica nacional con vocación internacional.
En el centro de esta apuesta se encuentra la Universidad Nacional de las Ciencias Doctor Humberto Fernández Morán, concebida como un espacio de convergencia para la investigación y la innovación, bajo un enfoque soberano, anticolonial e inclusivo.
Durante el primer Congreso Internacional de Convergencias Científicas para un Futuro Compartido, realizado en el IVIC, participaron 25 expertos de países como China, Irán, Rusia, Serbia, Cuba y Vietnam, muestra que evidencia una voluntad colectiva de construir un ecosistema científico entre países del Sur.
Esta articulación no solo busca el intercambio académico sino también el desarrollo conjunto de soluciones tecnológicas adaptadas a realidades compartidas, con aplicación directa en la salud pública, la producción, la educación y la defensa del conocimiento frente a las lógicas extractivas del capitalismo absoluto.
En este marco se han desplegado iniciativas como el Semillero Científico, con más de 600 mil niños y jóvenes participantes, y la Gran Misión Ciencia, Tecnología e Innovación, que impulsan una revolución científica con base popular.
En el terreno económico destaca la reactivación del turismo receptivo ruso. A partir de agosto de 2025 se prevé un vuelo chárter semanal Moscú-Porlamar con capacidad de 430 pasajeros, lo que representa un potencial de más de 15 mil turistas rusos anuales. Esta ruta será operada por Venetur y Pegas Touristik, como parte de un acuerdo de tres años orientado a dinamizar destinos claves como Margarita, Canaima y el oriente venezolano.
Además, se ha iniciado la exportación directa de café venezolano a Rusia, lo cual fortalece la estrategia de sustitución de importaciones y reafirma los vínculos comerciales en sectores no tradicionales.
Estos procesos se articulan con la cooperación internacional, y con los esfuerzos del gobierno venezolano por superar el impacto de las medidas coercitivas unilaterales mediante soluciones con esfuerzo propio, pero interconectadas con experiencias exitosas de Asia Occidental y Eurasia.
China: A Toda Prueba y Todo Tiempo
La última visita de trabajo de la vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, a Beijing el pasado 23 de abril representa un momento clave en la profundización de la Asociación Estratégica a Toda Prueba y Todo Tiempo entre Venezuela y China, consolidada en septiembre de 2023 por los presidentes Nicolás Maduro y Xi Jinping.
En este marco de cooperación estratégica China se ha pronunciado contra las medidas arancelarias que Estados Unidos ha aplicado a Venezuela, considerándolas una interferencia en los asuntos internos de un país soberano.
El gobierno chino ha criticado las sanciones, así como las amenazas de imponer aranceles a países que compren petróleo venezolano, y ha acusado a EE.UU. de violar principios fundamentales del derecho internacional.
Esta posición se alinea con la misión que, según lo indicado por Rodríguez, llevó propuestas concretas ajustadas a los desafíos actuales de la economía global, guiadas por el principio de la complementariedad, el desarrollo compartido y la construcción de un destino común, en consonancia con las 7 Transformaciones del proyecto nacional venezolano.
En su agenda se destacó el respaldo de China frente al bloqueo económico, la defensa de la soberanía y la necesidad de adaptar la agenda bilateral a nuevas dinámicas geopolíticas, como parte de un mundo que se libera progresivamente de la hegemonía estadounidense.
En esta gira estratégica la vicepresidenta sostuvo encuentros de alto nivel con el vicepresidente Han Zheng, con el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y con el titular de la Corporación Nacional de Petróleo de China, en los que revisó avances en materia financiera, energética, tecnológica y de salud, además de proyectar nuevas inversiones, incluida inteligencia artificial soberana y cooperación en medicina tradicional.
En un contexto donde la guerra comercial impuesta por Washington ha obligado a China a reorientar su comercio hacia el Sur Global, Venezuela emerge como un socio confiable y estratégico para Beijing, crucial para su seguridad energética y como punto de apoyo para su proyección multipolar.
Esta sinergia responde también a los intentos de Estados Unidos por socavar la cooperación bilateral, lo que refuerza el carácter político y geoeconómico de una relación que se ha convertido en uno de los vínculos más sólidos de China en América Latina.
Aunado a ello, tras el reciente encuentro bilateral celebrado en mayo entre los presidentes Nicolás Maduro y Xi Jinping en el marco de las conmemoraciones por el 80º Aniversario del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria, el presidente asiático reiteró que China y Venezuela son "buenos socios de confianza mutua y desarrollo común", y ratificó el respaldo firme de su país a la defensa de la soberanía, la dignidad y la estabilidad social de Venezuela.
Esta declaración se inscribe en una relación estratégica sustentada en más de 600 acuerdos suscritos en el marco de la Comisión Mixta de Alto Nivel, y que ha adquirido en los últimos años una dimensión estructural, con implicaciones directas en áreas claves para el desarrollo nacional.
Ahora bien, durante la visita a Caracas de una delegación de alto nivel del Partido Comunista de China (PCCh) y del Ministerio del Trabajo Social, encabezada por Wu Hansheng, se reafirmó la voluntad de ambos gobiernos de avanzar hacia una cooperación que tiene como ejes centrales la justicia social, la soberanía y la transformación de la gobernanza global.
En dicha reunión, sostenida con el presidente Maduro en el Palacio de Miraflores, se discutieron nuevas iniciativas en los sectores diplomático, económico y social, con énfasis en la articulación de políticas públicas orientadas al desarrollo integral.
Uno de los aspectos más relevantes del diálogo ha sido el fortalecimiento de las relaciones entre el Partido Comunista de China y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), como expresión política de una alianza ideológica que trasciende los marcos gubernamentales.
En el encuentro entre Wu Hansheng y el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, se acordó profundizar la cooperación en la formación de cuadros políticos y movimientos de trabajadores, como respuesta común a los ataques del imperio estadounidense. Ambas delegaciones coincidieron en la necesidad de consolidar una plataforma política unificada frente a los desafíos que enfrentan sus modelos de desarrollo y sistemas de gobernanza.
Esta dimensión político-partidista ha sido complementada con el desarrollo de seminarios, simposios y espacios de formación conjunta. Incluso, en Caracas se celebró el primer simposio político entre el PSUV y el PCCh, así como un seminario teórico destinado a reforzar los mecanismos de intercambio y aprendizaje mutuo.
Estas instancias permiten no solo el fortalecimiento de capacidades sino también la armonización de visiones estratégicas orientadas a la defensa de esa agenda común multipolar.
A ello se suma la voluntad compartida de impulsar una alianza "a toda prueba y todo tiempo", planteada en un encuentro previo sostenido en la Federación de Rusia, que proyecta un modelo de cooperación integral para promover la soberanía y la equidad a escala global. El diálogo continuo entre las partes está orientado a la creación de un nuevo orden internacional, basado en la no injerencia, el respeto mutuo y la multipolaridad efectiva.
En resumen, la alianza entre Venezuela y China se afianza como un eje estratégico multidimensional, con avances concretos en el ámbito económico, político y social.
Irán: Cooperación para más de 20 años
Venezuela e Irán mantienen una alianza estratégica de largo alcance, sustentada en un Convenio de Cooperación Integral de 20 años suscrito en junio de 2022 durante la visita oficial del presidente Nicolás Maduro a Teherán.
Este acuerdo histórico estableció las bases para una cooperación multidimensional, con énfasis en sectores cruciales como la energía petroquímica, el gas, la defensa, la tecnología, la salud y la soberanía alimentaria.
En ese espíritu, ambos países ultiman actualmente los detalles de un Tratado de Libre Comercio (TLC), cuya firma está prevista en las próximas semanas a nivel ministerial, según anunció la Organización de Promoción Comercial de Irán.
Este instrumento jurídico reactivará un antiguo pacto comercial de 2004 y representa un salto cualitativo en los vínculos económicos entre Caracas y Teherán. El acuerdo contempla normas de origen, estándares sanitarios y fitosanitarios, y listas de productos agrícolas, pesqueros e industriales con acceso arancelario preferencial, lo cual dinamizará las exportaciones venezolanas al mercado iraní y viceversa.
El director de la organización iraní, Mohammad Ali Dehghan Dehnavi, destacó que el convenio representa una visión "de igualdad y amistad", que proyecta a Irán y Venezuela como centros comerciales recíprocos en Asia y América del Sur.
El viceministro venezolano de Comercio Exterior, Johann Álvarez, coincidió en que los volúmenes comerciales actuales no reflejan el verdadero potencial de esta alianza, y calificó el TLC como un "primer paso" para una integración económica más profunda. Ambas partes subrayaron la importancia de las exposiciones conjuntas, foros empresariales y misiones comerciales como instrumentos dinamizadores del comercio bilateral.
Este renovado impulso económico se produce en un contexto de creciente acercamiento político.
En noviembre de 2024 se celebró en Caracas la X Comisión Conjunta de Cooperación Económica, que reunió a altos funcionarios de ambos gobiernos y representantes de más de 80 empresas e instituciones.
En ese entonces, el canciller Yván Gil subrayó que ya se han suscrito 289 acuerdos bilaterales en sectores estratégicos, con al menos 80 contratos firmados solo en los últimos dos años, resultado de la intensificación del diálogo desde la presidencia de Hugo Chávez hasta hoy.
La alianza también ha tenido un fuerte componente militar debido a que en abril de 2025 la Armada venezolana incorporó misiles antibuque CM-90 fabricados por Irán, una muestra del creciente intercambio en defensa estratégica, confirmado por el ministro de Defensa, Vladímir Padrino López, en una visita oficial a la base naval de Puerto Cabello.
A escala diplomática Irán ha respaldado de forma sistemática la soberanía venezolana frente a las sanciones ilegales de Estados Unidos. En enero de 2025 el portavoz de la cancillería iraní, Esmail Baghaei, reiteró el respaldo de su país a Venezuela y condenó las "intervenciones malignas y sanciones ilegales" impuestas por Washington.
Entonces, esta reactivación del componente económico de la mano con el Tratado, sumada a la cooperación en defensa y el respaldo diplomático continuo —reforzada con la solidaridad venezolana ante los ataques israelíes sobre Irán que violaron las leyes internacionales y cometieron crímenes de guerra—, confirma que esta relación estratégica no solo resiste los embates del cerco geopolítico sino que avanza con objetivos claros y compartidos.
Frente al recrudecimiento de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos, la política exterior venezolana ha puesto a prueba la solidez de sus alianzas estratégicas.
Rusia, China e Irán han reafirmado, con acciones concretas, su compromiso en la cooperación con Venezuela, es decir, la respuesta articulada de estos tres socios estratégicos frente a los desafíos impuestos por Washington se ha traducido en avances tangibles que se han acelerado en los últimos meses.
En lugar de aislar al país, las presiones externas han catalizado una mayor sincronía con estos actores clave del Sur Global, y sitúan Venezuela como un nodo activo en América Latina para articular las nuevas formas de cooperación internacional que privilegian la soberanía y la resistencia común ante las prácticas de coerción.