El presidente Nicolás Maduro se juramentó ante el Parlamento este viernes 10 de enero tal y como está previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; los actos protocolares se cumplieron sin contratiempos y no había espacio para que ocurriera una realidad distinta a la esperada.
Sin embargo, vocerías, influencers y figuras políticas en torno a la figura del excandidato Edmundo González Urrutia impusieron la campaña de que, luego de su gira por varios países de la región, haría una entrada triunfal al país para tomar el Poder Ejecutivo, ilusión alimentada a través de las redes sociales y otros medios de comunicación.
Cronología de la decepción
Se supone que la convocatoria a concentraciones y marchas para el 9 de enero en todo el país sería el preámbulo para legitimar la agenda gopista que tanto proyectaron, pero la realidad demostraba lo contrario y para tratar de mantener el discurso hubo una avalancha de videos acerca de cómo supuestamente se estababan llevando a cabo las manifestaciones en todo el país.
Un día antes la responsable de Vente Venezuela, María Corina Machado, publicó un material audiovisual en el que prometía que el ambiente sería de júbilo y encuentros porque ya el chavismo había llegado a su final. "Serenidad y firmeza. Esto se acabó", afirmó en su post en X.
Por su parte, el candidato perdedor por la Plataforma Unitaria Democrática completaba su gira por República Dominicana celebrando el respaldo de algunos jefes de Estado como aval de su pretendida juramentación como presidente. Además, se le dio gran publicidad al hecho de que "las actas" habían llegado a Panamá y reposaban bajo custodia del gobierno de ese país en las bóvedas de su Banco Nacional.
Llegó la fecha y sí se realizaron concentraciones en varios puntos, pero no con las enormes expectativas que se prometieron. No obstante, aun así se siguió manteniendo el relato de que estaban dadas las condiciones para que Edmundo González tomara posesión, aunque eso significara violar la Constitución.
Lo dicho hasta ahora podría verse como una sistematización de eventos en orden cronológico, pero la intención es mostrar cómo se fue alimentando la idea de que había iniciado el proceso "indetenible" hacia el cambio de régimen en el país. Recordemos que antes de las elecciones del 28 de julio se fijó la idea de que la lucha era "hasta el final", una construcción ambigua sin límites temporales claros, pero condicionada por algunos eventos que sí tenían fecha precisa.
En ese sentido, la juramentación del presidente Maduro significaba que el chavismo gobernaría por seis años más y, también, el fin de las aspiraciones políticas de los sectores radicales que impulsaron la candidatura de González Urrutia.
Si ya venía disminuyendo el poder de convocatoria y la credibilidad, el 9 de enero quedó en evidencia que ni siquiera la presencia de María Corina Machado podía llenar más de una cuadra, lo que sin duda quiebra el relato de que lideraba un movimiento político "sin precedentes" que acabaría con el chavismo.
La fractura más grande de su liderazgo ocurrió cuando luego, al terminar su arenga frente a un reducido número de simpatizantes, circuló en redes sociales y medios de comunicación que había sido privada de libertad por órdenes del gobierno, lo que provocó una masividad de especulaciones y desconcierto, cruce de información sin asidero oficial que motivó el pronunciamiento de varios políticos y jefes de gobierno.
La narrativa del secuestro por parte del "régimen de Maduro" se cayó cuando, poco tiempo después, se publicó un video que servía como fe de vida de Machado y demostraba que no había sido secuestrada. Sin embargo, no fue suficiente para explicar las dudas que quedaron durante su breve desaparición.
El derrumbe de la figura de María Corina Machado
En mitología, la caída de un ídolo se produce con más frecuencia cuando hay expectativas iniciales poco realistas, muy altas, casi fantasiosas, de héroes de leyendas e historias épicas.
No es necesario hacer un análisis sobre el video ni referirse a las inconsistencias de su discurso para entender los efectos negativos que tuvo el hecho para sus seguidores. Y esto pudo verse en la magnitud del descontento, de la incertidumbre, de las frustraciones y los reproches.
"Leyendo las respuestas a este tweet me doy cuenta de que hay un sector que no soporta las críticas a María Corina Machado. Muchachos, no se encierren bajo la creencia de que la líder no puede ser criticada. Si lo hace bien se dice pero, si se considera que comete errores, también se puede decir. Eso también es libertad", refirió un usuario de X conocido por su posición antichavista.
Desde entonces las opiniones quedaron divididas entre quienes creyeron que realmente se trató de un secuestro, pero la liberaron por diferencias dentro del chavismo, y los escépticos que ponen en duda la veracidad del relato debido a sus inconsistencias. Sin importar los extremos y sus matices, lo que quedó fue una profunda resignación porque no se cumplieron los objetivos que se prometieron desde el 29 de julio.
Y es que a pesar de la proclamación del presidente Maduro como vencedor de las elecciones por parte del CNE, se siguió afirmando, sin base alguna y fuera de los marcos legales de la República, que Edmundo González se iba a juramentar como presidente, incluso cuando las concentraciones de María Corina Machado fueron mermando a tal punto de que dejó de convocarlas por falta de asistencia.
Al parecer su reaparición, después de cinco meses de clandestinidad "para ponerse al frente de las protestas del pueblo venezolano", como reseñaron algunos medios internacionales, tampoco causó el impacto esperado.
La aparición fallida, asumida como la última esperanza de que ocurriera algo de cara al 10 enero que cambiara el curso de la historia, coincidió con la inminente toma de posesión del presidente en funciones ante la Asamblea Nacional (AN) para otro periodo constitucional y con el vencimiento del plazo para que Edmundo González ingresara al país como tanto había prometido.
Transcurrió el tiempo y se cumplió el protocolo de juramentación mientras en ese sector de la oposición todavía se debatía si el video de María Corina Machado era real, producto de la inteligencia artificial o su declaración se había dado bajo coacción. No se podía explicar cómo la "líder", quien hasta ese momento se proyectaba como una figura fuerte, ahora aparecía en un video fuera de sí y expresando un discurso inconexo con los detalles de lo ocurrido.
Lo cierto es que durante horas fueron sometidos a un cruce frenético de información contradictoria y errática que significó un desgaste mental y una herida simbólica al movimiento que, desde finales de julio, creyó Edmundo González se posesionaría como jefe de Estado. Llegó la fecha esperada y el clima general era de desesperanza, sentimiento alimentado por la falta de conducción o, al menos, una aclaratoria convincente de lo sucedido un día antes.
La explicación de los hechos llegó un día después, cuando ya se había cumplido el acto ante la AN, pero no se resolvieron las grandes dudas ni acabó con la desorientación que sufría su militancia. Tras su discurso del viernes por la tarde, el youtuber John Acquaviva la calificó como "pendeja" e increpó a quienes por las redes sociales trataban de sostener su imagen.
Esta gente vive en otro mundo, todo siempre es parte del plan, siempre "el chavismo cayo en la trampa", siempre es "ahora SI son usurpadores declarados".
Imaginen el nivel tan bajo de IQ que hace falta para pensar que en Venezuela las leyes, la constitucion o las instituciones… https://t.co/ziskwaJHJM— John P. Acquaviva (@JPAFS) January 11, 2025
Desde el 10 de octubre se ha hecho un esfuerzo por recuperar la imagen de María Corina Machado tratando de apelar a su figura "valiente" y resaltando que ha sido la única que se ha enfrentado al "régimen chavista" a pesar de los peligros que eso acarrea. Pero, al mismo tiempo, hay quienes, al igual que Leopoldo López y Juan Guaidó, la han calificado como cobarde.
Este lunes 13 de enero se conoció que el motorizado de María Corina Machado, Roalmi Alberto Cabeza Cedeño, no está herido como había dicho durante la explicación de los hechos del 9 de enero, lo que termina de confirmar que todo se trató de una mentira que podría terminar de socavar la figura de la coordinadora de Vente Venezuela.
Por ahora no se sabe si logrará recomponer su imagen y seguirá teniendo la misma influencia entre sus seguidores, así como el apoyo que adquirió internacionalmente; proceso análogo por el que atraviesa la figura de Edmundo González Urrutia.