Dom. 17 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 11:45 am

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Desacreditando a las autoridades universitarias, Maria Corina Machado y Edmundo González Urrutia protagonizaron un evento en la UCV (Foto: Instagram / @egonzalezurrutia)
Sello del antichavismo

Machado y González en la UCV: desprecio por la institucionalidad y el diálogo

El reciente incidente en la Universidad Central de Venezuela (UCV) ha puesto de manifiesto, una vez más, la marcada tendencia del sector de la oposición venezolana representada por María Corina Machado y el candidato presidencial Edmundo González Urrutia a desafiar la institucionalidad y a desestimar las autoridades legítimamente constituidas. 

En un comunicado emitido por la UCV se explica con claridad que la realización del evento, solicitada por representantes de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) apenas tres días antes de la fecha prevista, se consideró inconveniente debido a criterios técnicos aportados por el Consejo de Preservación y Desarrollo (Copred) y la Dirección de Seguridad de la universidad. 

"Con base en los criterios técnicos aportados por el Copred y por la Dirección de Seguridad de la UCV, estimamos inconveniente que la mencionada actividad se lleve a cabo en la Plaza Cubierta del Rectorado, tanto por motivos inherentes a la necesidad de preservar la condición de patrimonio mundial de la Ciudad Universitaria, como por los relativos a la seguridad que la universidad debe garantizar", dice el texto. 

La narrativa de una supuesta politización de las autoridades universitarias, pretendiendo adjudicarles filiación o preferencia por el gobierno del presidente Maduro, es una interpretación errónea y sesgada. De hecho, el propio candidato de la PUD ha estado en otras oportunidades en el recinto universitario en los espacios de auditorios sin restricción alguna.

Como señala el comunicado, la negativa a realizar el evento en el formato originalmente propuesto no se sustenta en criterios políticos sino en la responsabilidad de proteger el patrimonio histórico de la universidad y garantizar la seguridad de los asistentes.  

Es importante recordar que las autoridades universitarias, lejos de identificarse con el gobierno actual, han demostrado un historial de apoyo a la oposición. En este sentido, el desafío abierto por parte de los organizadores del evento, quienes optaron por convocar públicamente a la actividad sin la debida autorización, representa un acto ofensivo, incluso contra sus propios simpatizantes.

Este comportamiento afirma, sin ambages, la intención de imponer su voluntad por encima de cualquier norma.

"Es necesario señalar que es lamentable que la convocatoria de los organizadores se haya difundido públicamente por diversos medios (redes sociales) antes de contar con la respuesta institucional. Lamento que con ello se hayan creado expectativas que no necesariamente concuerdan con las condiciones que consideramos indispensables para la realización de actividades como la que nos ocupa", expresa el texto de la UCV.

Esta actitud no ha pasado desapercibida dentro de la propia oposición. Críticos dentro del sector han expresado su preocupación por la falta de respeto a la institucionalidad y la autonomía universitaria, señalando que este tipo de acciones solo generan desconfianza sobre un hipotético gobierno liderado por este sector. 

La concentración en la UCV reafirma la profunda fractura dentro de la oposición venezolana. La incapacidad para dialogar y respetar las normas, y la insistencia en un "todo vale" que contradice los principios democráticos que la oposición se jacta de defender, proyectan una imagen de inestabilidad e irresponsabilidad que socava aun más su ya deteriorada credibilidad. La confrontación y la desobediencia parecen ser el sello distintivo de su ADN, una receta para el caos.

En este contexto, el gobierno del presidente Maduro, con un discurso centrado en la estabilidad y la búsqueda de soluciones racionales, se presenta como la única opción que privilegia el diálogo y el entendimiento como pilares para el desarrollo nacional. La propuesta del gobierno se basa en un modelo de reconstrucción y progreso, en contraste con el camino de la violencia y la desestabilización, que solo conduciría al caos y la disolución de las instituciones.

La población venezolana y el país, en su conjunto, requieren de esta oferta política y no de otra para avanzar en la recuperación nacional.

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