El jefe de una unidad secreta de "reconstrucción" del gobierno británico mantuvo reuniones en la capital de Venezuela, Caracas, para planificar la participación del Reino Unido en el sector energético venezolano.
Un registro de reuniones se incluye en los documentos liberados bajo la Ley de Libertad de Información (FOI, sus siglas en inglés) del Reino Unido, pero que han sido muy editados, y fueron dados luego de un año de haberse hecho la solicitud.
Los documentos están relacionados a la Unidad de Reconstrucción de Venezuela (VRU, sus siglas en inglés), un equipo del Foreign Office británico que ya ha sido expuesto en mayo de 2020, y ha estado dirigido por John Saville, ex embajador del Reino Unido en Venezuela.
La unidad fue creada en el otoño de 2019, poco después de que Gran Bretaña apoyara el intento de golpe liderado por Estados Unidos contra el gobierno de Maduro, reconociendo a la figura opositora Juan Guaidó. El Reino Unido también congeló aproximadamente 2 mil millones de dólares en oro venezolano, retenidos en el Banco de Inglaterra.
El gobierno venezolano se manifestó contra la creación de la VRU, alegando que no había sido informado de su existencia.
Hizo convocar al encargado de negocios británico para que explicara lo que era la unidad, y cómo Gran Bretaña estaba planeando la "reconstrucción" de Venezuela, un país soberano.
Reuniones en Caracas
Los nuevos documentos vistos por Declassified UK revelan detalles de las recientes visitas a Caracas, sugiriendo la naturaleza de los planes de "reconstrucción" del Reino Unido.
En enero de 2020, Juan Guaidó viajó al Reino Unido en un intento de apuntalar apoyo internacional y reunirse con funcionarios del Reino, incluidos Saville y el entonces secretario de exteriores Dominic Raab.
El mes siguiente, Saville, como jefe de la VRU, fue a Venezuela. Entonces convocó un "evento del VRU" al que asistió el embajador británico Andrew Soper y ocho funcionarios sin nombrar, incluido uno de la Organización de Inteligencia Conjunta (JIO, sus siglas en inglés) del Reino Unido.
La JIO "es cercana al corazón de la comunidad de inteligencia nacional del Reino Unido", dice el gobierno. Añade: "Proveemos evaluaciones acreditadas y de distintas fuentes para el Primer Ministro, el Consejo de Seguridad Nacional (NSC, sus siglas en inglés) y los altos decisores de políticas para respaldar sus tomas de decisiones en las prioridades de seguridad nacional y política exterior".
El Foreign Office dijo que no tiene "ningún escrito formal o nota del evento".
Pero dos reuniones posteriores fueron arregladas el 11 y 12 de febrero "para informar el expendio del Análisis Conjunto del Conflicto y la Estabilidad (JACS) para Venezuela". El gobierno británico describe el JACS como "una evaluación estratégica usada para apuntalar las Estrategias del Consejo de Seguridad Nacional del Reino Unido".
La lista de participantes incluyó a Saville y Soper, Adam Forbes (por teléfono) y otros 15 funcionarios sin nombrar.
Forbes estaba trabajando en Colombia con el Fondo de Conflicto, Estabilidad y Seguridad del gobierno británico, un cuerpo que financió una coalición antigubernamental en Venezuela y a organizaciones mediáticas.
El primer día de las reuniones del JACS identificaron "el peor caso y más probables escenarios (políticos, humanitarios, securitarios y regionales)" a fin de alcanzar "consenso sobre probables implicaciones para el Gobierno de Su Majestad (HMG, sus siglas en inglés) en relación a escenarios particulares".
El segundo día de las reuniones estuvo dirigido a la "participación del Reino Unido en el sector energético" de Venezuela, sin embargo, la agenda completa permanece clasificada por razones de "seguridad nacional".
Un correo electrónico a Saville da cuenta de que "estamos involucrándonos con externos como parte del proceso". Estos "externos" no están especificados, pero probablemente implicaba a multinacionales británicas como BP.
¿Engañando al parlamento?
Luego de que la Unidad de Reconstrucción de Venezuela fuera expuesta, la ministra de exterior Wendy Morton le dijo al parlamento que la VRU era un "equipo pequeño", consistente de un jefe y tres miembros a medio tiempo, incluyendo a un consultor externo.
Adhirió: "La Unidad ha visitado Venezuela con el objetivo de entender los desafíos y determinar cómo el Reino Unido podría ayudar. El embajador británico aseguró que el régimen estaba al tanto de la visita y habló públicamente sobre la Unidad y su personal".
El encargado de negocios del Reino Unido para las Naciones Unidas, Jonathan Allen, declaró en mayo de 2020 que la unidad había visitado Venezuela dos veces, "obteniendo visas a través de la Embajada del régimen de Maduro en Londres".
Dijo que la unidad tenía "compromisos diplomáticos con el Ministro de Relaciones Exteriores del régimen de Maduro. Em ambas visitas, el embajador del Reino Unido Andrew Soper habló públicamente sobre la Unidad y su personal".
El gobierno venezolano refutó esta versión. Reclamó ante la ONU que solo después de que salieran las noticias sobre la unidad, hizo que el gobierno británico "reconociera la existencia de dicha unidad, mientras intenta, de manera infructuosa, inventar excusas y justificar lo injustificable".
Las declaraciones de Morton y Allen fueron cuidadosamente formuladas. Es cierto que el "embajador del Reino Unido aseguró que el régimen estaba al tanto de la visita" en el sentido de que Saville tuvo que presentar una visa a la embajada venezolana en Londres.
Pero no está claro si se le dijo al gobierno de Caracas que Saville estaba de visita como jefe de una unidad dedicada a la reconstrucción de la economía venezolana, y convocando reuniones de alto nivel sobre la participación del Reino Unido en el sector energético del país.
El Foreign Office aún no ha dado evidencias de que informó al gobierno venezolano sobre sus actividades. En efecto, ningún miembro del gobierno venezolano estuvo presente en las reuniones de Saville en el país en febrero de 2020.
Además, al planificar su visita, Saville señaló en privado que "creo con pesar que debería rechazar la comodidad de la residencia [de la embajada del Reino Unido]", muestra la respuesta obtenida por la Ley de Libertad de Información. Esto sugiere que no quería llamar la atención sobre sus actividades.
A la luz de los esfuerzos del Reino Unido por desplazar al gobierno de Maduro, es improbable que el gobierno venezolano habría permitido que dichas discusiones tomaran lugar.
Altas inversiones
Archivos desclasificados recientemente demuestran cómo el interés británico en el petróleo venezolano se extiende décadas atrás.
Cuando emergió la Segunda Guerra Mundial, el petróleo de origen venezolano formó parte del 40% de las importaciones totales de petróleo. Esto aumentó alrededor de 80% en 1942 luego del cierre del Mediterráneo.
Durante la guerra, Gran Bretaña posicionó tropas en Aruba y Curazao, islas en las afueras de las cosas venezolanas, viendo a las refinerías de allí como una fuente primordial de combustión aéreo.
Para 1969, el Foreign Office estableció que Venezuela era uno de los cuatro principales mercados de Gran Bretaña en América Latina y el tercer más grande productor petrolero en el mundo. Dijo que las corporaciones británicas "tienen varias inversiones considerables… particularmente esas de Shell, cuyas instalaciones fijas solas han sido valuadas de manera conservadores en 200 millones de libras".
Otro reporte hecho en 1976 por el Foreign Office encontró que "Shell es todavía nuestro gran y único interés" en Venezuela. Añadió que "aunque ya no produce petróleo aquí, desde la nacionalización, obtiene ganancias de millones de dólares por sus contratos de servicios y mercadotecnia".
"Un prospecto económico y comercial prometedor"
Entre 1989 y 1993, el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez se embarcó en una reestructuración neoliberal de la economía, haciéndola más atractiva para inversores extranjeros.
Los archivos muestran que en noviembre de 1991, Simon Gass, el asistente secretario privado del secretario de exterior Douglas Hurd, dio cuenta de que "Venezuela recientemente se ha desarrollado como un prospecto económico y comercial prometedor".
Esto fue "gracias al reconocimiento del presidente Pérez en 1989 de que la liberalización y la desregulación eran la vía a seguir, y a su coraje político por apegarse a los difíciles ajustes que las políticas requerían".
Gran Bretaña lanzó la Iniciativa Venezuela, que fue "instalada para penetrar en la economía venezolana en expansión, particularmente en los sectores del petróleo, del gas y la petroquímica".
Gass añadió que "las participaciones por las cuales las compañías se las están jugando son altas: unos 45 mil millones de dólares se deben invertir solo en la industria petrolera".
Luego de que Hugo Chávez fuera elegido Presidente en 1998, estos intereses una vez más se vieron bajo amenaza, particularmente luego de que anunciara los planes de nacionalización de la producción petrolera que permanecía bajo control foráneo.
En años recientes, los funcionarios británicos han continuado destacando abiertamente los intereses del Reino Unido en la industria petrolera de Venezuela.
En 2018, el ministro de estado para las Américas, Alan Duncan, le dijo al parlamento que "el resurgimiento de la industria petrolera [en Venezuela] será un elemento esencial en cualquier recuperación, y puedo imaginarme que compañías británicas como Shell y BP querrán formar parte de ello".
Se le preguntó al Foreign Office si avisó al gobierno venezolano de las discusiones en Caracas durante febrero de 2020 sobre la participación del Reino Unido en el sector energético de Venezuela, y si la VRU aún existía.
Su vocero respondió: "El Reino Unido no reconoce al régimen de Maduro y no lo consulta sobre las reuniones que realiza. La Unidad de Reconstrucción de Venezuela ya no existe".
El Foreign Office no ha respondido aún a solicitudes separadas a la FOI presentadas en enero de 2021 sobre todas las visitas de Saville a Venezuela.
John McEvoy es un periodista independiente que ha escrito para International History Review, The Canary, Tribune Magazine, Jacobin y Brasil Wire. Es miembro de Declassified UK.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en el sitio web de Declassified UK el 20 de enero de 2022, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Ernesto Cazal.