Este domingo 12 de noviembre se llevó a cabo el último debate presidencial en Argentina previo al balotaje del próximo fin de semana. En el encuentro cara a cara entre Javier Milei, del partido ultraderechista La Libertad Avanza, y Sergio Massa, de Unión por la Patria y actual ministro de Economía, la discusión giró en torno a temas fundamentales como educación, economía, derechos humanos, relaciones con otros países, entre otros.
La mayoría de los medios coinciden en que el debate fue dominado por Massa, incluso los opositores al candidato de Unión por la Patria reconocieron que Milei fue derrotado. Los escándalos y las provocaciones han sido una constante desde que empezó la campaña.
Más o menos todos concuerdan en que Massa logró imponer su agenda en la discusión y Milei se vio incómodo durante el debate. Para la opinión pública fue mal visto que el candidato ultraderechista mostrara su admiración por Margaret Thatcher y la comparara con Mbappé, dos referentes negativos para la cultura argentina.
Las cosas indican que nada le salió bien a Milei. Como expresó La Nación, no logró incomodar a Massa con la crisis económica que atraviesa el país, aun cuando lo proyectan como responsable. Por su parte, el candidato oficialista lo obligó a disculparse con el Papa por haberlo llamado "el representante del maligno sobre la tierra".
Para finalizar, Massa hizo hincapié en las razones por las que el Banco Central despidió hace décadas a Milei. Sobre la reprobación de la prueba psicotécnica dejó entrever que el líder de La Libertad Avanza no está capacitado mentalmente para asumir la conducción del país. En todas sus apariciones se ha mostrado como un sujeto agresivo que increpa a sus adversarios con gritos e insultos.