Lun. 14 Julio 2025 Actualizado 1:01 pm

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Los BRICS dieron la bienvenida a Vietnam como su décimo país socio (Foto: Sputnik)

Vietnam en los BRICS

El pasado 13 de junio, el gobierno de Brasil, en tanto presidente pro-tempore del BRICS+, anunció la incorporación de la República Socialista de Vietnam, entre otros países, como miembro asociado. Se trata hasta ahora del último de los más de 15 países que se sumaron a la agrupación en los últimos meses tras la XVI Cumbre de Kazán en octubre de 2024, cuando los miembros fundadores decidieron ampliar la agrupación.

Se trató de una decisión osada, una fuerte señal, ya que, a diferencia de las otras incorporaciones, se dio en el marco de los anuncios de la administración Trump de establecer nuevos aranceles a los países que adhirieran al bloque, que presentan lo que entiende como una amenaza a la hegemonía del dólar estadounidense. En principio, en menos de doce meses, la cantidad de miembros plenos del BRICS se duplicó, mientras que la del total de países participantes se cuadriplicó.

Por un lado, se puede argumentar que este aumento busca convertir al bloque en un genuino representante de las economías emergentes del Sur Global, ya que, salvo Indonesia, ninguno de los nuevos países miembros participa del selecto grupo del G20, ganando así legitimidad. Por otro lado, esto supondrá en lo inmediato cierta tensión interna de la agrupación hasta que los nuevos miembros se sociabilicen en su funcionamiento e interioricen sus objetivos, por más informales y flexibles que sean, para así construir una base de entendimiento común que permita armonizar posturas y elaborar políticas consensuadas. Se entiende que este riesgo fue asumido por los miembros fundadores teniendo presente no solo el escenario actual, sino también futuro del sistema internacional. Basado en informes de la consultora PriceWaterhouseCoopers y el banco Goldman Sachs, se puede decir que a partir del 2050 varias de las economías más grandes del mundo serán miembros del BRICS+.

La Declaración de Rio de Janeiro, como los documentos finales que emanaron de las últimas Cumbres, refleja la intención de hacer de BRICS+ una plataforma geopolítica en pos de la reforma de las actuales instituciones en que se sostiene la gobernanza política y económica mundial, dominadas por Occidente.

Así, se propuso la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que sea más democrático y representativo. También se sostuvo la defensa del sistema multilateral de comercio basado en reglas, centrado en la OMC, a su vez condenando las medidas discriminatorias unilaterales, como aumentos de aranceles comerciales o medidas no arancelarias (en referencia a lo realizado por los Estados Unidos por la administración Trump) o como proteccionismo oculto tras preocupaciones ambientales (en referencia a lo realizado por la Unión Europea).

Es en este contexto que se tiene que considerar la admisión de Vietnam al BRICS ampliado, cuyos miembros fundadores lo admitieron dado el creciente prestigio que este país del Sudeste Asiático tiene en el escenario internacional. Vietnam, como otros países, ha mostrado especial interés en pertenecer a la agrupación por el potencial acceso a nuevos mercados, fuentes de inversión y avances tecnológicos, que se alinean con sus políticas de desarrollo nacional. De esta manera, busca complementar de manera flexible sus relaciones con las principales economías mundiales, muchas de estas potencias occidentales, reduciendo así su dependencia en un panorama geopolítico y geoeconómico internacional cada vez más complejo. Además de estos aspectos económicos, hay que considerar también sus intereses políticos, ya que Vietnam puede reforzar su participación internacional y tener mayor influencia en la definición de normas económicas globales. En el actual contexto donde las estructuras multilaterales de la gobernanza económica y financiera mundial crujen, BRICS ensanchado se constituye en una plataforma alternativa para abogar por la reforma de estas.

Ahora bien, la decisión de Vietnam, como la de otros países del Sudeste Asiático, no se reduce ni limita meramente a un cálculo de intereses, sino que también responde a su profunda tradición de política exterior en defensa del multilateralismo y su compromiso responsable con la construcción de un orden internacional inclusivo y sostenible para los países en desarrollo.

La heroica lucha vietnamita por su autodeterminación

Los más de 30 años de estado de guerra que afectaron al pueblo vietnamita, desde la resistencia a la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial (1941-1945), pasando por la lucha contra las fuerzas francesas en la Guerra de Indochina (1946-1954), hasta la guerra contra los Estados Unidos en lo que se conoció como la Guerra de Vietnam (1964-1975), forjaron una política exterior caracterizada por la resiliencia, lo que dio lugar a su impronta autonomista. A su vez, la lucha de Vietnam durante todo ese periodo elevó la imagen y profundizó los lazos del país con otros pertenecientes a lo que se denominaba en aquellas décadas como el Tercer Mundo.

Terminado el periodo bélico e iniciado el proceso de reforma y apertura, conocido como Doi Moi, a mediados de la década de 1980, la política exterior de Vietnam se basó en los principios de independencia y autodeterminación sostenidos en la diversificación y multilateralización de las relaciones internacionales, fortaleciendo así su inserción autonómica en tanto un socio confiable en el sistema internacional. De esta manera, Vietnam ha buscado incrementar su influencia en el mundo incrementando su presencia en ámbitos multilaterales, primero avanzando en su integración regional, para luego buscar mayor participación en foros y organizaciones extra-regionales, particularmente aquellas que promueven el rol del Sur Global. Es teniendo en cuenta la defensa del multilateralismo equitativo y la promoción de la cooperación Sur-Sur que debe entenderse el interés de Vietnam por incorporarse al BRICS.

Junto con la anterior, la presencia en BRICS se alinea con varios otros aspectos de la política exterior vietnamita. No hay que olvidar que en el transcurso de los últimos 15 años, Hanoi ha asignado importancia estratégica a las relaciones bilaterales con varios de los miembros fundadores de BRICS. En principio, de las 12 relaciones que actualmente reconoce asociaciones comprensivas estratégicas, 5 son miembros de BRICS, a saber: China establecida en mayo de 2008, Rusia en julio de 2012, India en septiembre de 2016, Malasia en noviembre de 2024, e Indonesia en marzo de 2025. Además, de las 21 relaciones que entiende como asociaciones estratégicas, a los 5 de los países ya mencionados, se suman Brasil, anunciada en noviembre de 2024, y Kazajistán, en mayo de 2025. A lo anterior, hay que agregar que entre las 14 relaciones que considera comprensivas, se destacan las mantenidas con Sudáfrica desde 2004, y con Emiratos Árabes Unidos desde 2024. Dicho de otra manera, previo a su incorporación al bloque, el gobierno vietnamita había establecido la prioridad de las vinculaciones con 7 de los 10 miembros plenos, incluyendo los 5 fundadores, y 3 de los 10 miembros asociados.

La importancia del Sudeste Asiático

La participación de Vietnam en BRICS también se corresponde con una visión de los países del Sudeste Asiático, lo que coincide con su compromiso regional. Vietnam ha sido el último, hasta ahora, de los países de esta región en sumarse al nucleamiento fundado por China, Rusia, India y Brasil, al que luego se sumó Sudáfrica y ahora otras naciones asociadas, siguiendo así los pasos de Indonesia, Tailandia y Malasia. Así como Vietnam, cada uno de estos países tiene una vocación de la defensa de un multilateralismo equitativo y la promoción de la cooperación Sur-Sur. Todavía más, aunque al momento no están dadas las condiciones para un acuerdo formal entre la ASEAN y BRICS, sí se está avanzando en un acercamiento pragmático entre ambas iniciativas.

Así, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático mantiene diálogo estratégico con cada uno de los miembros fundadores de BRICS a nivel bilateral, a saber: China desde 1997, India desde 2005 y Rusia desde 2011, como socios de diálogo regional, y con Brasil desde 2022 y Sudáfrica desde 2023, a partir de su reconocimiento como socio de diálogo sectorial. En su calidad de presidente de la ASEAN, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, participó de la Cumbre de BRICS de 2023, el presidente de Laos, Thongloun Sisoulith lo hizo en la Cumbre de 2024, y este año lo hace el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim.

En resumen, Vietnam ve en BRICS+ una plataforma alternativa no solo para reducir dependencia, sino también tener mayor influencia en la definición de normas económicas internacionales. Mientras tanto, BRICS+ encuentra en Vietnam un socio confiable con creciente relevancia geopolítica y geoeconómica internacional para hacer frente a los desafíos que surgen de la actual gobernanza global para construir un orden mundial más inclusivo y sostenible.


Artículo originalmente publicado en Tektónikos el 13 de julio de 2025.

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