Mié. 09 Octubre 2024 Actualizado 6:41 am

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El pueblo chavista dio otra muestra de lo que está hecho en las elecciones del 6D (Foto: Cristian Hernández / AFP)

El filo de nuestra victoria

Depende, dirá cada uno de los sectores participantes en la pasada contienda electoral, incluyendo los abstencionistas que no son igual a los que se abstuvieron. Todo el mundo participó, no hay escape, puesto que quien no votó participó, no haciéndolo.

El abstencionista es quien asume esa opción como política y convoca a no votar. No en todos los procesos electorales participan sectores que toman esa vía y hacen campaña en ese sentido, aún así en todos los comicios electorales hay abstención. Por lo tanto, el abstencionista no puede sumarse toda la abstención.

Existe una abstención histórica en todos los procesos electorales. Basta revisar las estadísticas para comprobar que, según el tipo de comicios, la abstención aumenta o se reduce. En nuestro país, como sabemos, la abstención se reduce en una elección presidencial y aumenta en unas parlamentarias.

En estas del 6 de diciembre, una abstención considerable era de esperarse. En pandemia, el problema de la gasolina que incide en el transporte, junto a tantas penurias que afrontamos como pueblo, son factores que, obvio, tenían que incidir.

La ruda situación económica por la que estamos pasando tenía que influir en quienes votamos por el chavismo, los que votaron en contra o no votaron. ¿Fue una abstención antimaduro y a favor de quienes proponen la salida de Maduro de la presidencia? ¿Mediante cuál vía?

Con el CNE con el cual ganó la oposición en el 2015, hoy reestructurado mediante acuerdos en la mesa de diálogo con ella misma, el presidente Maduro fue enfático al anunciar:

"Si perdemos las elecciones parlamentarias, renuncio".

¿Por qué esa "mayoría avasallante" con la que según cuenta esta oposición extremista que exige la salida de Maduro no se volcó en masa hacia las urnas electorales? A mi criterio, esa abstención no pertenece a nadie en particular. Y mucho menos, ni tantico así, esa abstención le pertenece al imperialismo ni a los vendepatria que ruegan adulantes una intervención militar a nuestro país. Esa abstención no es de Almagro ni de la OEA.

Este pueblo en todas las encuestas habidas y por haber ha reafirmado su condición patriota y de defensa de la independencia y la soberanía de la nación. Esa abstención es de todos. Esa abstención le pertenece a la realidad del país. Buena parte de ella, desde siempre, más allá de este 6 de diciembre, está allí amolando un cuchillo mirando al suelo y no precisamente para cortarse las venas.

La realidad no excluye a nadie. El colectivo siempre será expresión política activa. Los sectores extremistas títeres del Pentágono lo ven como bomba de tiempo y ya no encuentran qué hacer para provocar un estallido que favorezca la entrega del país. Han creído que cosecharán los frutos venenosos del agobio. La arrogancia y la prepotencia los idiotiza. Han fracasado y la aguda conflictividad social de los países donde aplicaron su economía lo demuestran.

¿Hemos fracasado nosotros? No y mil veces no. Cualquiera puede revisar nuestra propuesta de país y cómo hemos intentado con ahínco concretarla. Desde la primera década de la Revolución Bolivariana, cuando a los venezolanos nos tendían alfombras en los comercios de esos países donde íbamos a gastar dólares y hoy sus gobiernos incitan el desprecio hacia nosotros. Desde que iniciamos la construcción e imaginamos un ferrocarril deslizándose amoroso por todo el territorio nacional y llegando más allá de nuestras fronteras como símbolo de amistad por toda la patria grande soñada por Bolívar y Chávez.

Ay, caramba cuánto cuesta / para el pueblo sus propósitos / los enemigos históricos / reaccionaron con violencia / se despliega en el planeta / la arremetida brutal / de la gran transnacional / más un grupo de traidores / vendepatria que proponen / una invasión criminal.

Han sido crueles las agresiones. Los últimos años nos ha correspondido sobrevivir. Propio de la dinámica individualista como parte de la cultura capitalista que nos mueve, ante ese panorama, lógico que exista desmovilización cuando la unidad nacional debería ser total. Eso forma parte de las contradicciones y de las paradojas. Una fuerza política revolucionaria no puede mirar con desdén esa situación.

Real, contundente y verdadera. Legitima y constitucional es nuestra victoria. Existe una fuerza política unificada y cohesionada en torno al proyecto chavista de país. Es una victoria política, un mensaje para el mundo, ello no implica que mejorará la situación económica por arte de magia. Si con la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se contrarrestó la violencia y se consolidó la paz, con esta nueva Asamblea Nacional se debe resolver el problema económico.

Pero urgente y necesario es multiplicar los esfuerzos creativos para encontrar y aplicar la metodología correcta y consolidar la unidad nacional. Ser más pedagógicos para que cada compatriota entienda en su exacta dimensión el momento histórico por el cual estamos atravesando. Escudriñar, ahondar y exaltar la grandeza libertaria del pueblo que somos para que todos los latidos palpiten en el corazón de la patria. Insistir y propiciar escenarios para la participación en el entendido de que "solo el pueblo salva al pueblo".

"El pueblo en un solo pecho", diría Alí Primera.

Combatir y superar la apatía, el escepticismo y la desilusión con alta moral y ética revolucionaria. Virtudes que debemos construir y fomentar día a día. No somos puros, nadie lo es, formamos parte del excremento, pero compartimos la maravillosa tarea de recuperar nuestro país para la alegría de todas y todos sus hijas e hijos.

Con eficiencia y con equidad. Que cada venezolana, que cada venezolano, sienta en nuestras acciones y en la participación con alegría que pertenece a un país por el cual vale la pena luchar y ofrendarle el sudor y los afectos.

Rechazar con todas las fuerzas el egoísmo, el descaro, la trampa, la indolencia y la desconsideración.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<