LAS TENDENCIAS ACTUALES DEL LAVADO
En Estados Unidos, el lavado de dinero proveniente del narcotráfico puede considerarse como una actividad criminal que ha permeado estructuralmente el sistema bancario y financiero del país norteamericano.
Comúnmente, las autoridades estadounidenses suelen negar la vinculación del país con este fenómeno, externalizando la responsabilidad en actores externos como los cárteles, acusados de explotar el sistema financiero estadounidense para blanquear sus ganancias.
No obstante, como se ha analizado en la primera parte de esta investigación, entidades como el Departamento de Justicia o el Departamento del Tesoro se han visto obligadas a reconocer que el negocio bancario norteamericano ofrece múltiples ventajas y facilidades para el lavado de capitales del narcotráfico, ya que cuenta con aspectos regulatorios y tecnológicos ampliamente beneficiosos para esta actividad criminal.
Esto implica admitir, por conciencia u omisión, que Estados Unidos es un lugar propicio para blanquear ganancias del narcotráfico, cuyas facilidades de carácter transaccional convierten a este país en un emporio mundial del lavado sin competidores.
Un reciente informe de la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés), oficina dependiente del Departamento del Tesoro de EE.UU., bajo el título "Financial Trend Analysis. Fentanyl-Related Illicit Finance: 2024 Threat Pattern & Trend Information", expone los lazos estructurales entre el lavado y el sistema bancario estadounidense, con relación al fentanilo.
El informe revela que las empresas de servicios monetarios (bancos tradicionales y plataformas para cambio de divisas y remesas estadounidenses, conocidas en inglés por sus siglas MSB) "representaron el 57% y el 32% de los informes BSA relacionados con el fentanilo". Las siglas BSA hacen referencia a la Ley de Secreto Bancario en EE.UU., bajo la cual se detectan y reportan incidentes sospechosos de lavado o crímenes financieros. El dato sugiere que las operaciones de blanqueo de capitales ligados a las ganancias del fentanilo ocurren fundamentalmente en este segmento del sistema financiero.
Siguiendo las premisas del informe, la amplia flexibilidad tecnológica y los múltiples mecanismos de pago de estos servicios financieros han facilitado el lavado de capitales de narcotraficantes, garantizando una conectividad segura con países extranjeros y facilitando el blanqueo mediante el uso de diversas monedas y opciones transaccionales. Dicho de otra manera, esta eficiencia operativa y transaccional potencia al máximo las posibilidades de lavado de dinero del narcotráfico.
Más adelante, el informe de la FinCEN destaca que estados de gran densidad poblacional como California, Florida y Nueva York registran la mayor cantidad de incidentes relacionados con actividades de lavado de ganancias del fentanilo. La oficina del Tesoro encuentra una lógica en este hallazgo: en dichas ciudades operan redes estables de tráfico de fentanilo, por lo que realizar la actividad de blanqueo en entidades bancarias de estos estados representa un incentivo de reducción de riesgos.
Además de las empresas de servicios monetarios, las entidades de depósito son otro instrumento clave del lavado de capitales. "Las instituciones de depósito presentaron el 57% de los informes BSA relacionados con el fentanilo del conjunto de datos, y las MSB presentaron el 32% de los informes. Otros tipos de instituciones financieras, incluidos los casinos y las que se dedican a valores y futuros, presentaron aproximadamente el 11%", afirma el informe de la FinCEN.
Volviendo a la distribución geográfica de los incidentes relacionados con blanqueos de capitales, el informe asegura lo siguiente:
"Las instituciones financieras informaron sobre actividades financieras relacionadas con el fentanilo o sujetos de informes BSA vinculados a todos los estados de EE.UU. y Washington D. C. El análisis de FinCEN de los informes BSA en el conjunto de datos identificó a sujetos con direcciones principalmente en California, Florida y Nueva York. Además, otros estados con grandes áreas urbanas que han establecido redes de distribución de drogas y pueden servir como puntos de recogida para el blanqueo de ganancias ilícitas, como Texas, Massachusetts, Georgia, Washington e Illinois, también figuraron de manera destacada en los informes BSA".
Si bien la FinCEN es enfática en señalar a la República Popular China y a México como epicentros de redes ilícitas de lavado, esta acusación no opaca del todo los vínculos estadounidenses. Por ejemplo, en un listado de países con mayor número de identificaciones bajo la BSA, Estados Unidos aparece liderando como la nación con mayores incidentes de lavado.
El reporte también indica que las operaciones de lavado de capitales en EE.UU. se han expandido con el uso de criptomonedas (fundamentalmente Bitcoin), mecanismos de pagos P2P y el empleo de dinero en efectivo, mecanismo que continúa siendo el más relevante para las operaciones de blanqueo. Se trata, de acuerdo con la FinCEN, de nuevas tendencias que están elevando el nivel de sofisticación de los narcotraficantes.
Hay un tipo de caso de suma relevancia que aborda el informe. Bajo la denominación de "lavado de dinero basado en el comercio" (TBML, por sus siglas en inglés) el reporte revela que empresas domiciliadas en EE.UU. dedicadas al comercio utilizan diversos mecanismos, desde "depósitos en efectivo y cheques, transferencias automáticas (ACH), transferencias electrónicas y transferencias P2P de numerosos terceros", para procesar pagos y blanquear el dinero de las drogas.
Si bien se vuelve a mencionar a China y a México como destinatarios de los fondos, es innegable la complicidad del sistema financiero estadounidense y cómo su estructura pareciera estar diseñada para permitir que las operaciones de lavado se realicen con facilidad a través de operaciones de comercio exterior ordinarias.
CARACTERÍSTICAS Y PERFILES DEL LAVADO
Una publicación reciente (año 2024) de la Comisión de Sentencias de EE.UU. (instancia oficial del gobierno federal), revela datos interesantes sobre las características del delito de lavado de activos, en un arco temporal que abarca desde el año 2020 hasta 2024.
Lo interesante de la publicación es que aborda el fenómeno a partir de estadísticas de los casos judicializados. Aunque el parámetro de análisis de la publicación no discrimina exclusivamente por lavado de dinero del narcotráfico, el registro es útil para comprender la amplia trama que vincula a EE.UU. con este delito.
De acuerdo con la Comisión, el 73,7% de las personas enjuiciadas por lavado fueron ciudadanos estadounidenses. El 73,8% tuvo pocos o ningún antecedente penal previo. Los cinco distritos con mayores delitos de blanqueo fueron California, Nueva York, Texas, entre otros, datos que están en sintonía con las revelaciones de la FinCEN sobre los puntos geográficos más álgidos en cuanto a redes de blanqueo de dinero proveniente, específicamente, del fentanilo.
Como se mencionó en un trabajo especial anteriormente publicado en esta tribuna, el Departamento del Tesoro ha admitido que alrededor de 300 mil millones de dólares de dinero sucio se lavan en EE.UU. anualmente, según el informe "National Money Laundering Risk Assessment" del año 2018. La cifra se trata de una estimación, por lo que se reconoce implícitamente que el monto es superior. Al menos un tercio de este lavado se relaciona con el narcotráfico.
Global Financial Integrity (GFI), un think tank con sede en Washington, publicó un informe en el año 2020 donde alertó sobre el crecimiento de los flujos financieros ilícitos relacionados con drogas entre Estados Unidos, Colombia y México. La entidad expuso cifras bastante similares a las reconocidas por el propio Departamento del Tesoro, ubicando los movimientos de dinero en un arco que va desde los 40 mil hasta los 120 mil millones de dólares anuales, en los que EE.UU. actúa como un preocupante polo de lavado y blanqueo de narco-capitales.
Además de la cifra y del análisis del fenómeno del lavado en el hemisferio occidental, el GFI ofreció recomendaciones a las autoridades de EE.UU. para reducir el impacto del blanqueo de capitales en su sistema financiero.
La entidad recomendó a EE.UU. promulgar leyes específicas para recopilar información real sobre entidades susceptibles de operar en tramas de blanqueo; también recomendó un registro más eficiente de propiedades de empresas transfronterizas y propietarias de aeronaves, además de abordar con mayor cooperación los desafíos del esquema TBML, comentado con anterioridad.
Las autoridades estadounidenses no han realizado un esfuerzo consistente para llevar a cabo estas recomendaciones, en una muestra de complicidad con las operaciones de lavado de dinero del narcotráfico en su sistema financiero. En última instancia, es la economía estadounidense, mediante la inyección de recursos e inversiones en sectores de alta rentabilidad como el inmobiliario, la que se beneficia del blanqueo del narcotráfico.
Interpretando las recomendaciones del GFI, reformas regulatorias contundentes y una mayor voluntad política podrían reducir sustancialmente el lavado de capitales en EE.UU., ya que el meollo del asunto se encuentra en la flexibilidad en términos de controles y supervisión con la que opera el sistema financiero.
Una muestra de esta falta de supervisión (consciente para poner el negocio bancario al servicio del lavado) fue la multa histórica, mencionada con anterioridad, de 3 mil millones de dólares al banco estadounidense TD Bank, acusado de facilitar el lavado de millones de dólares provenientes de cárteles de la droga a finales del año pasado. Este tipo de institución financiera, dedicada a ofrecer múltiples servicios de préstamos y gestión de activos, juega en la categoría de los "blanqueadores profesionales": grupo de delincuentes de cuello blanco que operan en el mundo financiero, con contactos de alto valor y capacidad de influencia directiva en las instituciones bancarias.
Lo destacable del caso del TD Bank es que, durante más de cinco años, más del 90% de las transacciones no fueron supervisadas. Esto permitió que cárteles del narcotráfico lavaran más de 600 millones de dólares en cuentas de este banco, con la omisión cómplice y planificada tanto de la institución como de las autoridades reguladoras estadounidenses.
Las multas contra los bancos involucrados en operaciones de blanqueo no atacan la raíz del problema, ya que, mientras se realizan investigaciones o se desarrolla el proceso judicial, el dinero del narcotráfico se continúa lavando con regularidad e inyectándose a la economía estadounidense.
Además, es bastante probable que los "blanqueadores profesionales" adviertan a los cárteles de investigaciones en curso (dentro y fuera del banco) para que desplacen sus fondos a otros bancos y cuentas para seguir operando dentro del sistema bancario, lo que invalida el poder de disuasión de las multas, caracterizadas por ser extemporáneas, muchas veces simbólicas y sin consecuencias penales posteriores para las directivas de las entidades financieras.
De esta forma, el lavado de capitales del narcotráfico se defiende así mismo.
DATO COMPLEMENTARIO
Ahondando un poco más en el fracaso sistémico de la supervisión bancaria en EE.UU. para contener el lavado de capitales del narcotráfico, el famoso criminólogo y experto en blanqueo, Peter Reuter, publicó un interesante artículo académico en la revista Crime and Justice, a cuatro manos con el posdoctor Mirko Nazzari, en el que se expone cómo las regulaciones impulsadas en EE.UU no están logrando ningún efecto positivo significativo.
En dicho trabajo, reseñado por Maryland Today, Reuter y Nazzari descubrieron "que las medidas de control de los bancos se han vuelto más sofisticadas, costosas e intrusivas, pero no hay evidencia de que el lavado de dinero haya disminuido desde 1989, cuando se estableció el sistema de supervisión. Los países que impulsaron su creación, en particular Estados Unidos, no han implementado elementos críticos del plan, y mientras algunos bancos se exceden en sus tácticas de control, otros ignoran las transacciones dudosas".
Uno de los principales hallazgos de la investigación se encuentra en el alto costo que supone la vigilancia bancaria y sus escasos impactos:
"Cada año, los bancos gastan cientos de miles de millones de dólares para interceptar el dinero depositado por narcotraficantes y otros delincuentes, pero menos del 5% se recupera, lo que deja billones sin contabilizar. El coste recae en los titulares de las cuentas bancarias".
Según la reseña de Maryland Today: "Los bancos pueden optar por arriesgarse a esas sanciones por diversas razones: las regulaciones federales carecen de fuerza, los procesos penales son poco frecuentes y las investigaciones toman tiempo, lo que permite a los ejecutivos transferir sus puestos de trabajo en el ínterin".
El estudio de los investigadores señala que EE.UU. es el principal destino de dinero lavado del mundo, donde el narcotráfico tiene un peso sustancial. La simbiosis entre los capitales ilícitos y el sistema financiero estadounidense denota un grado de complicidad sistémica que se hace evidente por el peso mismo que tiene el gran capital que circula en Wall Street en la cada vez más deteriorada "salud económica" del país norteamericano.