Luego de anuncios previos ampliamente difundidos, expectativas fallidas y el control de daños posterior a la última movilización planificada para el 28 de septiembre, la táctica de enjambramiento —o swarming, en inglés— enunciada como novedad por María Corina Machado ha vuelto a comprobar la crisis de inventiva y convocatoria por la que atraviesa la oposición extremista.
La actividad realizada ese día, a dos meses de las elecciones presidenciales, se caracterizó por la dispersión e irrelevancia, mientras que en entrevistas concedidas a Tal Cual, analistas de la oposición resaltaron "el carácter pacífico" del swarming, aunque los fundamentos que lo sustentan apuntan hacia su utilidad en escenarios de conflicto agudo y destructivo, dentro del umbral de las operaciones militares.
El margen de maniobra actual de la coordinadora del movimiento Vente Venezuela pareciera ser extremadamente estrecho, entre su pretendida "clandestinidad" y el déficit de contundencia de sus últimas convocatorias.
Este callejón sin salida también alcanza a la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), cuyo mensaje alineado con la supuesta "estrategia robusta" alienta la parálisis y la desmovilización en términos de agenda y mensaje.
Los análisis halagadores en algunos medios respecto a la táctica de enjambramiento parecieran estar divorciados de la realidad. Los resultados de su aplicación, hasta ahora, no aportan saldos ni en lo político ni en lo narrativo para la operación de cambio de régimen aun en curso, por más que desde algunas tribunas insistan en que se trata de un "giro estratégico" cargado de suspuesta innovación.
Una de las características de dicha táctica, descrita por los estudiosos del tema y analizada en una nota anterior en Misión Verdad ampliamente consultada, es su carácter descentralizado, fluido y abrumador para las fuerzas de seguridad. Para llevarla a cabo, acorde a las premisas téoricas disponibles, se requiere de un comando unificado altamente coordinado, con conocimiento en prácticas de operaciones de sabotaje y enfrentamiento.
No es descabellado pensar que exista asesoramiento extranjero especializado de servicios de inteligencia occidentales para impulsar la agenda del "enjambramiento" desde los círculos más cercanos de Machado.
Sin embargo, su desarrollo efectivo todavía tendría que superar uno de los escollos no resueltos de la oposición venezolana: su dispersión crónica y liderazgo dividido, factores siempre ligados, en mayor o menor medida, a la propia figura de María Corina Machado.
Fallas de manual
Un análisis reciente del opositor Alejandro Armas, quien en su momento fue diputado de la Asamblea Nacional y referente de la ultraderecha venezolana, expresa que "cabe la posibilidad de que el proceso se vuelva una improvisación incoherente y acéfala", mientras critica la ausencia de la dirigencia opositora en las convocatorias.
Esto, más que amenazar la "conexión" entre los líderes y las bases, como señala en su artículo, confirma la poca voluntad de dicha vanguardia a exponerse en eventos cuyo carácter "pacífico" sigue estando en duda.
Además, citando a Gilles Deleuze y Félix Guattari, diferencia los conceptos de "masas" y "manadas" para afirmar que la propuesta de "enjambres" apunta más al de manadas. Aunque con pocas jerarquías, las "manadas" requieren motivación auténtica para su movilización.
Por otro lado, Armas trae a colación lo planteado en el capítulo titulado "El enjambre de batalla" del libro Desenmascarando el siglo XXI: entre las redes y el Estado (2022). Allí los académicos del King's College London, Nicholas Michelsen y Neville Bolt, dicen que en el comportamiento de manada los lobos o las hienas se mueven en pequeñas unidades de caza móviles y requieren una dirección jerárquica limitada.
La táctica de enjambre, vista desde ese ángulo, augura pocos resultados prácticos ante la erosión de los liderazgos, tanto nacional como locales, de la oposición extremista, desgastada tras la intensa jornada de desestabilización postelectoral de finales de julio y principios de agosto.
Armas también recalca que "es necesario un liderazgo unificado para evitar una descentralización demasiado entusiasta", en una crítica a lo ocurrido el pasado 28 de septiembre.
Dicho vacío de referentes potencia la atomización de la masa crítica, a contracorriente del modus operandi propuesto por los investigadores en el tema, que hacen énfasis "en aprovechar fuentes preexistentes de cohesión horizontal dentro de la sociedad".
¿UN NUEVO SALTO AL VACÍO?
La oferta de un inminente cambio de régimen ha generado frustración y ha alimentado la desmotivación en la masa crítica y bases sociales que apoyan a Machado. La narrativa de la "transición" no ha logrado revertir el amplio consenso por la estabilidad política, social y económica existente en amplias franjas de la población y actores políticos.
La presión "desde abajo" es otro de los objetivos que exponen los analistas que halagan la táctica del enjambramiento. No obstante, la profunda implantación territorial del chavismo en comunidades y barrios ha representado un obstáculo díficil de doblegar.
En un marco de presión económica sobre la población, una táctica en la que "todo es flujo y no hay verticalidad", como enuncian Michelsen y Bolt, enfrenta grandes adversidades para su realización. Una de ellas es el desdibujamiento del rol del militante político en la cotidianidad, producto de un ambiente de preocupaciones e incertidumbres materiales que ponen la resolución de los problemas económicos en el centro de la escena de la vida social.
Sumado a esto, en el discurso opositor se han obviado adrede las figuras participativas de la política local, y han limitado su accionar político y visibilidad. Desde finales de julio la estrategia digital de Machado ha convertido a sus seguidores en espectadores de influencers.
Volviendo a Michelsen y Bolt, "deben existir principios, prácticas y una doctrina que guíen lo que una fuerza en red debe hacer y cómo debe comportarse". Esta lógica no se trasladó a las pocas y minúsculas acciones realizadas el 28 de septiembre, que fueron más puestas en escena que eventos demostrativos de una movilización real en torno a una idea.
A causa de los fracasos previos y los motivos ya señalados, estos actores han perdido la capacidad "inspiradora" porque sus discursos no responden a las expectativas altisonantes que ellos mismos han generado.
El manual de la táctica de enjambre, reseñado previamente, plantea que "para lograr el poder de la red es fundamental estar en contacto con el entorno". Es evidente la desconexión de Machado y la PUD con las variables políticas, sociales y hasta culturales de la realidad venezolana actual, por lo que organizar tácticas a partir de vacíos contextuales siguirá abonando el vacío y la desorientación.