Sáb. 23 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 6:34 pm

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La economía fue el eje del debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris (Foto: Archivo)

Ni Trump ni Harris podrán frenar el declive económico de EE.UU.

El primer debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris estuvo signado por acusaciones, discursos encendidos, y afirmaciones alocadas y poco fundamentadas, según refirieron algunos medios. Fue transmitido el martes en la noche por la cadena ABC News y encuestas indican que la candidata demócrata ganó en el primer encuentro, lo cual no es garantía de que influya el día de las votaciones. 

Harris se refirió a los juicios penales de su rival, así como al mal manejo de la pandemia de Covid-19, mientras que el republicano tocó temas como la inflación y la inmigración, que a su juicio son vulnerabilidades políticas de su administración como Vicepresidenta.

En medio de los intercambios Trump calificó a Harris como "marxista" y planteó que migrantes haitianos estaban robando mascotas para comérselas.  

Durante los primeros minutos del debate la materia económica se convirtió en eje central, y ambos candidatos señalaron algunas de sus políticas fundamentales al respecto. Por ejemplo, Harris prometió recortes de impuestos para la clase media y Trump apostó por extender los que hizo para las empresas cuando era presidente.

En el contexto de la carrera electoral, y en el marco del esfuerzo de los medios en proyectar que se enfrentan figuras antagónicas, el sociólogo Richard Hubert Barton cree que, indiferentemente de quién gane las elecciones, ninguno impedirá que Estados Unidos se quede atrás en cuanto a desarrollo respecto a otros competidores geopolíticos de primer nivel.

En su artículo "Trump versus Harris: las políticas económicas desordenadas no frenarán el declive de EE.UU.", analiza la similitud entre sus planteamientos y cómo ambos candidatos "representan políticas fiscalmente irresponsables e hiperintervencionistas". 

Las políticas de Trump durante su mandato (2016-2020) 

Con su lema "Make America Great Again" se declaró a favor de una transformación del país. Para el autor, Trump defendía políticas de balanza de pagos y no era un aislacionista. 

Realizó los siguientes cambios tributarios: 

  • Redujo varios tramos impositivos a cuatro: 0%, 15%, 20% y 25%. 
  • Eliminó la penalización por matrimonio, el impuesto a la muerte y el Impuesto Mínimo Alternativo.
  • El plan para los ricos fue que grandes empresas devolvieran a Estados Unidos su dinero en el extranjero a una tasa de repatriación de 10%. Argumentó que empresarios preferían paraísos fiscales para evitar pagar impuestos corporativos en Estados Unidos.
  • En cuanto al comercio exterior, refutó la asimetría asociada al comercio con China. Esto terminó en una escalada de aranceles aplicados y el inicio de una guerra comercial. 

La política económica de Biden (2020-2024) y lo que podría heredar Harris si gana 

La administración demócrata anunció varias propuestas fiscales para financiar nuevas inversiones gubernamentales en infraestructura, educación y programas familiares como parte de la agenda "Build Back Better" o B3, juego de palabras que pudiera traducirse en "construyendo mejor a América". 

Durante el mandato de Biden, los ricos pagaron diez veces más en impuestos federales sobre la renta que sus compatriotas de ingresos medios, lo que a juicio de Barton "puede ser una maniobra destinada a distraer a los estadounidenses y evitar que vean cuán grande es la porción que el gobierno federal se está llevando de la economía". 

Sostiene que sus principales ideas en materia de política fiscal incluyen la restauración y ampliación del crédito fiscal por hijo (CTC), la ampliación del crédito fiscal por ingresos y la creación de incentivos fiscales para los compradores de viviendas. También propone cambios regulatorios, como la introducción de controles de precios.

Su objetivo declarado es aliviar la inflación, arreglar el mercado inmobiliario y recortar los impuestos para las familias de ingresos medios.

En cuanto al sector inmobiliario, propuso restablecer la asequibilidad a viviendas mediante una combinación de aumento de la oferta y alivio de las presiones de los precios para algunos compradores.

Sobre el déficit fiscal, Barton recoge del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un organismo no partidista que se centra en la reducción del déficit, que es sumamente importante que se pague. 

"Se estima que a mediados de agosto los planes de Harris aumentarían el déficit federal a 1,7 mil millones de dólares en la próxima década, si no se financiaban. En el caso de los recortes de impuestos de Trump, podrían añadir 7 mil millones de dólares al déficit en una década, de los cuales solo una parte se compensaría con aranceles o con una derogación de las exenciones fiscales firmadas por Biden", señala. 

Similitudes y diferencias entre los programas económicos

Trump aboga por la imposición de un arancel generalizado de 10% y luego de 20 a las importaciones de Estados Unidos, que se sumarán a los ya vigentes. Por su parte, Harris adoptará una política comercial "centrada en los trabajadores" que se asemeja a la estrategia "Estados Unidos primero" de Trump.

Refiere Barton que tanto Trump como Harris aspiran proteger los empleos y las industrias ya existentes y están dispuestos a aceptar precios más altos y perder su ventaja competitiva. 

El republicano dijo que reduciría los precios de la energía a la mitad y, como medida para aliviar el valor de la vivienda, anunció que deportaría a millones de inmigrantes. Harris lo acusa de introducir un impuesto nacional a las ventas —"un impuesto Trump"— que elevaría los precios debido a sus aranceles de 10% a casi 4 mil dólares al año.

Barton destaca dos medidas fiscales que se superponen en Trump y Harris: están contra los recortes en el gasto de la seguridad social y aprueban la eliminación del impuesto sobre las propinas. Asimismo, dice que no prevén ninguna reducción del programa de seguridad social, el ítem más grande del presupuesto anual del gobierno federal, equivalente a 21% (1 400 millones de dólares). 

"El gasto federal sigue una trayectoria insostenible y es el principal factor que impulsa el aumento del déficit y la deuda. El gasto crece más rápido que la economía. Aumentar los impuestos no es una solución viable porque los impuestos no pueden crecer más rápido que la base económica a largo plazo", argumenta.

Se prevé que la característica de una administración Trump-Vance sería guerras comerciales sin precedentes recientes, lo que elevaría el costo de todo lo que compran los estadounidenses.

Sin embargo, los demócratas no están muy lejos de aplicar medidas similares. En mayo la llave Biden-Harris introdujo un arancel de 100% a los autos eléctricos fabricados en China mientras estaba imponiendo restricciones más exigentes a los productos chinos por un valor de 18 mil millones de dólares.

Destino incierto 

Con lo dicho hasta ahora se puede inferir que ningún candidato ofrece cambios estructurales que puedan girar el rumbo que lleva la economía estadounidense y el manejo del Estado en general. 

El presupuesto anual del gobierno federal se desglosa de la siguiente manera: 24% se destina a la salud, 21% a la seguridad social, 13% a la defensa. 10% se usa para cubrir los tipos de interés de la deuda, 5% del presupuesto se va a la educación y solo 1% a la ciencia y la investigación médica.

Es por ello que Estados Unidos se está quedando atrás en materia de avances y desarrollo científico, elementos necesarios para mantener el poder en el tiempo. Esta falta de inversión se ve reflejada en todos los niveles de la educación. Los estudiantes hoy día obtienen peores resultados en los exámenes de aptitud y se quedan atrás respecto a sus competidores extranjeros. 

La financiación federal total de la investigación ha ido disminuyendo con los años, por eso no es de extrañar que actualmente otros países sean más avanzados en el campo tecnológico. El panorama es más trágico cuando todo indica que se aumentará el gasto militar anual mientras la educación y la investigación son descuidadas. 

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