El presidente de Argentina Javier Milei durante la campaña electoral repitió hasta el hartazgo que, una vez que llegara a su magistratura, se iba a alinear con Occidente, cuyos más representativos referentes del liberalismo económico eran Estados Unidos e Israel. Sobre China, como uno de los mayores socios comerciales del país, afirmó que no establecería relaciones con gobiernos comunistas, un enfoque internacional que aplicaría a Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte.
En una entrevista con Bloomberg en agosto de 2023 habló sobre la posibilidad de congelar las relaciones con Beijing, aun cuando el país asiático otorgó a Buenos Aires un swap de 18 mil millones de dólares que usaba para pagar la deuda con el FMI y le concedió créditos por 3 mil millones de dólares para obras de infraestructura, energía y transporte público, tres áreas consideradas claves para el presidente chino Xi Jinping.
Todas las declaraciones delirantes de Milei estaban basadas en mitos sobre el gobierno de la República Popular China: "La gente no es libre en China, no pueden hacer lo que quieren y, si lo hacen, son asesinados", por lo que no comerciaría con un asesino.
Sin embargo, la realidad se impone a la del discurso radical de Milei. Y es que sería inapropiado romper relaciones, por más que busque asociarse solo con gobiernos occidentales, ya que China es el tercer destino de las exportaciones de Argentina (8 %), así como el segundo origen de sus importaciones (19 %), según datos oficiales reseñados en medios.
La realidad económica de argentina está determinada por una creciente necesidad de inversiones, que China está dispuesta a hacer y que servirían incluso para el proyecto de gobierno que quiere implementar el ultraderechista argentino.
A un semestre de que Javier Milei asumiera el poder, queda demostrado que su discurso envalentonado fue pura retórica anticomunista a fin de despertar resentimientos ideológicos, a través de concepciones prefabricadas y alejadas de la realidad. Y todo indica que tampoco conoce cómo se manejan las relaciones internacionales y los negocios cuando se es Jefe de Estado y de gobierno.
En una entrevista exclusiva la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina, Diana Mondino, reflexionó sobre el progreso y los desafíos de las relaciones bilaterales con China. Tras su visita al país asiático le preguntaron cuál sería el futuro de las relaciones bilaterales justo cuando este 2024 se cumplen 10 años del establecimiento de la Asociación Estratégica integral entre ambos países.
La ministra opinó que "estamos en un momento apropiado, por el nuevo gobierno de Argentina y por el actual contexto global. Nuestra relación tiene una base firme y ahora será mejor". En cuanto al impulso de la cooperación entre ambos países en el marco de la iniciativa de la Franja y Ruta resaltó que su país necesitará mucha infraestructura (puentes, carreteras, energía, etcétera), iniciativas que ya están dentro del susodicho proyecto, recursos que necesita la economía argentina "para pegar un gran salto".
Sin duda, el discurso de la Ministra del gobierno de Milei contradice la imagen que se intentó proyectar durante la campaña. Y esto lo sabía el gobierno chino cuando tras la reiterada voluntad de ruptura del líder de La Libertad Avanza, argumentó que sería un "grave error" si Argentina cortara sus lazos comerciales con el gigante asiático.
Cabe destacar que el año pasado las exportaciones a China superaron los 8 mil millones de dólares y las importaciones los 17 mil millones, flujo de divisas necesario para que se sostenga la economía del país sureño. Todo indica que esta advertencia de China fue suficiente para que el gobierno de Milei cayera en cuenta de la profunda conexión que existe entre Buenos Aires y Beijing.
Otro detalle que significó una provocación para China fueron las reuniones de Mondino con representantes de Taiwán en Enero, acercamiento que inició un mes antes cuando miembros del gobierno empezaron a exponer que habían recibido "cajas navideñas" para regalar a los argentinos. En ese contexto, la República Popular respondió que "Taiwán es parte inalienable del territorio de China, y la cuestión de Taiwán es completamente un asunto interno de China". El comportamiento del gobierno generó profundos cuestionamientos relativos a que Argentina estuviera cambiando 300 cajas con dulces que ofrecía la isla por un swap de China que alcanzaba los 18 mil millones de dólares, que sirvieron para rescatar la economía.
Lo que expresa Mondino es completamente contrario a lo manifestado durante la campaña y en las primeras semanas de mandato por Milei. Incluso ha invitado a los inversores chinos a su país y expone que promoverán el lanzamiento de rutas aéreas comerciales para estrechar las relaciones culturales aun más. Esta actitud deja claro que en materia geopolítica y en valoraciones económico-comerciales el pragmatismo termina imponiéndose a las agendas ideologizadas de algunos gobiernos, como el de Javier Milei.