El 2 de febrero de 1999, con la juramentación del comandante Hugo Chávez Frías como presidente de Venezuela, inició formalmente la Revolución Bolivariana, uno de los procesos políticos y culturales más importantes acaecidos en el país, en la región y en el mundo reciente. Constituye, sin lugar a duda, una bisagra entre la centuria pasada, con su "fin de la historia", y esta que se abría paso entre viejas y rejuvenecidas utopías.
En un cuarto de siglo transitado son muchos los logros y aciertos alcanzados, y mayores aun lo retos y desafíos que se plantean de cara al futuro, máxime por el contexto de asedio y hostilidad que no ha cesado ni un solo minuto desde 1999, lo que se ha constituido en una de las características definitorias de este periodo histórico. No hubo época ni gobierno en Venezuela que sufriera los intentos desestabilizadores que padeció y padece la Revolución Bolivariana.
Así, y a pesar de que cueste resumir 25 años de transitar en unas cuantas líneas, resulta complicado disputarle el logro a la Revolución Bolivariana de que haya conseguido, por primera vez en la historia venezolana, direccionar 75% del presupuesto de la nación a la inversión social, hecho que se tradujo inmediatamente en la creación de nuevos derechos, garantías sociales y en el pago de la enorme deuda social que se había cernido sobre el pueblo venezolano desde el mismo momento del nacimiento de la república independiente. Por primera vez en la historia contemporánea del país, se puso la renta petrolera al servicio de toda una nación.
Esto se lograba gracias a la recuperación de las capacidades del Estado, del rescate de sus instituciones, de la posibilidad de que el pueblo venezolano determinara su futuro sin chantajes ni extorsiones, de la reconquista de esa cualidad exclusiva de una nación independiente: su soberanía. Y ese ha sido y es el centro de la pugna.
Este periodo ha transcurrido en un contexto de asedio, sabotaje y vilipendio constante por parte del establishment internacional, liderado por los Estados Unidos, y teniendo como operadores principales una oposición política antinacional subordinada a sus intereses. Las pruebas están allí, las vemos hoy con mayor intensidad cuando se nos impuso un régimen de sanciones que afecta la cotidianidad de la nación y se pretende chantajear y extorsionar a todo un pueblo con su levantamiento.
Esta es la historia contemporánea de Venezuela: golpes de Estado, intentos de magnicidio, saboteo de las industrias estratégicas del país, paros patronales, protestas violentas y desconocimiento a la institucionalidad democrática que creó y fortaleció la Revolución Bolivariana a través del fomento y profundización de la participación y protagonismo del pueblo venezolano. Pero también es una historia signada por el carácter de un colectivo que no deja de creer en sus capacidades de resistencia y transformación.
Nuestro Comandante Hugo Chávez impulsó las transformaciones democráticas, políticas y sociales en un proceso revolucionario de integración encaminado a nuevas historias de lucha y por la Paz de los venezolanos y venezolanas. ¡Seguiremos ese camino! ¡Venceremos! pic.twitter.com/e2uHxbK5Cr
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) February 2, 2024
Ante tal escenario quedarse en la denuncia no es suficiente, el compromiso con la nación exige superar sin demora los desafíos que las mismas lógicas del asedio imponen. En tiempos de sanciones, la eficiencia y la eficacia deben ser el leitmotiv que dirija la gestión pública nacional en un férreo combate contra la corrupción, el burocratismo, la antipatía e inacción que corroe y rompe el vínculo pueblo-gobierno.
La experiencia adquirida en 25 años de revolución ha permitido al gobierno tanto sortear los ataques más feroces sobre la economía venezolana realizados en 200 años de historia republicana, como desarrollar un método de planificación y gestión que en momentos de ataque y acoso constante dan frutos.
Insistimos que nada, absolutamente nada, se le ha concedido o regalado al pueblo venezolano en estos años, todo se ha logrado con esfuerzo y talento propio, con el acervo de 25 años de transitar revolucionario, aplicando técnica y ciencia a la realidad venezolana, creyendo que la Venezuela potencia es posible.
El objetivo debe ser, como ya lo indicó el presidente Nicolás Maduro en su Memoria y Cuenta de 2024, avanzar sin conformarse con lo alcanzado ni inmovilizarse ante las dificultades que se nos presentan. Venezuela quiere y pide seguir adelante, consolidar la completa autonomía de su economía y progreso, robustecer la soberanía política y territorial, y el disfrute pleno de las riquezas nacionales. La unidad nacional es crucial para alcanzarlo, el mantenimiento del diálogo y la tolerancia serán la base para continuar cosechando logros y victorias en los años por venir.