La jornada de elección primaria entre opositores tiene como rasgo de partida su caótico desarrollo. Un proceso manual, logísticamente deficiente, sin soporte tecnológico. La hipernucleación de centros electorales fue una característica clara de que se trató de una "jornada electoral" deliberadamente diseñada para que fuera lenta, desordenada y generadora de colas.
Por lo anterior, es evidente que se trata en realidad de un evento fundamentalmente político-comunicacional basado en un ejercicio de proyección de fuerza de la oposición.
La Comisión Nacional de Primaria (CNdP), bajo señalamientos de una supuesta "perturbación externa" contra su web, no ha dado resultados definitivos y concluyentes. Pululan números de "estimación", entre 1,8 millones a 2,3 millones de electores. En el mejor caso, esto equivale a 11,5% del Registro Electoral Permanente.
Si se compara con las últimas primarias opositoras de 2012, en las que participó 17,5%, hay dudas sobre el éxito político de lo acontecido el 22 de octubre en cuanto a convocatoria. Especialmente si se considera que ese sector de las oposiciones realizó un enorme despliegue mediático, movilizaciones políticas de múltiples candidatos y mucha inserción de recursos para organizaciones políticas durante más de un año.
En otras palabras: el logro general de la primaria es minúsculo frente al esfuerzo para su realización.
La elección no fue competitiva. Era evidente que María Corina Machado ganaría, sobre todo luego del retiro de los candidatos más competitivos al inicio, como Benjamín Rausseo y Henrique Capriles. Por ende, el propósito general de la votación se perdió al final.
Sí logró el objetivo de colocar la vía electoral en el centro de interés entre sus seguidores, aunque ello no se vea reflejado matemáticamente. Más opositores participaron el 21 de noviembre de 2021 cuando se realizaron las megaelecciones regionales y municipales.
Las denuncias contra Vente Venezuela (VV), Súmate y la CNdP son múltiples. Las más relevantes fueron de Carlos Prosperi, quien fungía como candidato de Acción Democrática. Una elección sin incidencia real de los partidos políticos del G3+1 debilita orgánicamente las perspectivas electorales de ese sector opositor en su conjunto para 2024.
Además, en una elección no competitiva y sin beneficios políticos reales para muchos actores, ha creado heridas innecesarias como la desconfianza y la ruptura de la orgánica electoral entre partidos y otros actores —especialmente de la "sociedad civil" cercana a Machado—.
Las preguntas más difíciles vuelven al ruedo ahora, el día después de la "elección".
En Primarias 2012 votaron casi 3 millones de opositores,un 17.5% del REP de entonces.
Esta vez hicieron campaña durante un año, propagandizaron, múltiples candidatos se movieron en simultáneo, usaron recursos robados y el gobierno gringo les hizo el favor del bloqueo.
¿Éxito? https://t.co/O03urAMsZX— FRANCO VIELMA (@franco_vielma) October 23, 2023
Factor: coronación
La posibilidad de fraude para orientar la elección excesivamente a favor de Machado propicia un nuevo escenario, muy complejo por demás: crea heridas y disminuye la posibilidad de que otro candidaro habilitado políticamente ante las leyes nacionales, aunque derrotado y bien posicionado en la elección, pueda asumir la candidatura unitaria en caso de que la inhabilitación contra la política de VV se mantenga.
Por lo anterior, hay obstáculos más grandes de cara a que haya un consenso opositor para elegir un candidato alterno. Esa disputa no se ha resuelto, no han definido un método y se afianza la posibilidad de que, en caso de que Machado no logre inscribirse ante el Consejo Nacional Electoral en 2024, ella designaría un candidato sin consenso con el G3+1.
En caso de que no se logre un consenso entre el G3+1 y Machado para elegir a un candidato alterno, surgiría otro que no haya participado en la primaria. Lo que la hará un evento completamente fallido, inútil y efímero.
El mal sabor de una primaria secuestrada por Machado genera otras aristas, como es el destino todo de la oposición. Ella misma ha dicho querer interferir en las demás estructuras opositoras, como la Plataforma Unitaria Democrática —de la cual ella no forma parte, aunque esta le dio la oportunidad de participar en la primaria—. Quiere incidir en el equipo negociador con el Gobierno Bolivariano mediante el Instrumento de Noruega y hasta en el liderazgo de la Asamblea Nacional elegida en 2015 —sin vinculación política o ascendencia real en la política venezolana).
Así que hay más problemas para el resto de los opositores.
Por lo anterior, se refuerza la posibilidad de que ante una Machado inhabilitada hasta las puertas de las presidenciales, surja otro actor en el G3, si es que aquella quisiera imponer a Delsa Solórzano, Andrés Caleca —los siguientes candidatos más votados el 22 de cotubre— o a alguien que no goce del apoyo del G3.
En términos generales, las primarias opositoras no cumplieron con su objetivo esencial: unir a las oposiciones.