Vie. 27 Diciembre 2024 Actualizado Sábado, 14. Diciembre 2024 - 10:42

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Marcelo Ebrard impugnó Morena ante tribunales (Foto: Mario Jasso / Cuarto Oscuro)

La sombra de la división se cierne sobre el futuro de Morena

Ya definida la sucesión de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para las venideras elecciones presidenciales en México, en julio de 2024, y tras la realización del proceso interno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), han surgido nuevas variables que deben ser consideradas para tener una aproximación nítida de lo que está ocurriendo y ocurrirá en las filas de Morena como partido-movimiento, sobre todo por el enorme apoyo popular que mantiene la Cuarta Transformación (4T) y muy especialmente el presidente mexicano.

Con base en esos resultados, según los que Claudia Sheinbaum —actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México— superó con creces a sus competidores (Marcelo Ebrard, Gerardo Fernández Noroña, Adán Augusto López y Ricardo Monreal) para adjudicarse la candidatura de 2024, y a la luz de los últimos acontecimientos signados por la denuncia de irregularidades realizada por Ebrard, que lo llevó a impugnar el proceso, vale la pena hacer algunas consideraciones sobre las implicaciones de estas acciones de cara al proceso electoral del año que viene.

Especialmente porque, a pesar de las denuncias sobre irregularidades en la fase de encuestas y la impugnación de la misma —que ya escaló a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación debido a la falta de respuesta de la Comisión de Honor y Justicia del partido—, Ebrard no ha "formalizado" su salida de Morena sino que, por el contrario, conformó una vertiente dentro del movimiento llamada "El camino de México".

Estas corrientes o facciones, a pesar de estar prohibidas en esa organización, han sido una constante en los partidos políticos mexicanos, siempre fueron preludio de grandes divisiones.

Una fractura evidente

A la fecha no está claro cuáles serán los resultados de la impugnación ni la viabilidad de la realización de un nuevo proceso; lo cierto es que Morena, en especial su liderazgo —más allá de López Obrador—, no salió fortalecido tras la referida experiencia sino que, al revés, se muestra fracturado y a las puertas de una escisión en la que, sin poder evaluar su impacto electoral, ya muestra signos de confrontación:

  • Recientemente un grupo de 40 diputados pertenecientes a Morena y a la Coalición Juntos Haremos Historia —donde participan también PT y PVEM— ha manifestado apoyo público a Marcelo Ebrard y a la asociación civil que conformó: El camino de México. El excanciller se ha reunido con ellos y han acordado establecerse como bloque a lo interno del partido, lo que de facto implicaría para la coalición la pérdida de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, circunstancia delicada a casi un año de finalizar la legislatura.
  • Si bien este grupo ha declarado que seguirá acompañando en términos generales el movimiento, en lo particular y específico —como las asignaciones especiales a secretarías o estados puntuales— hará valoraciones propias, discriminando apoyos y valorando fracciones o corrientes.
  • Entre los diputados que han manifestado su apoyo a Marcelo Ebrard destacan personalidades de renombre como Yeidckol Polevnsky (exsecretaria general de Morena), Emmanuel Reyes (presidente de la Comisión de Salud) y Malu Miche (senadora y presidenta de la comisión de mujeres del Senado). Asimismo, figuras públicas como Martha Delgado, exsubsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, y el extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, han manifestado apoyo a Ebrard.
  • Además, están por dilucidarse los nueve candidatos a las gobernaciones de los estados, los candidatos a los 500 escaños a la Cámara de Diputados y los 128 en la Cámara del Senado que deberán elegirse en 2024, lo que sumaría aun más elementos para que grupos a lo interno del movimiento se enfrenten y terminen fracturando formalmente el ya golpeado órgano, que se muestra frágil sin el liderazgo y la conducción de AMLO.

Son estos espacios, a escala regional y municipal, donde los pactos y concertaciones entre liderazgos garantizan la posibilidad ya no solo de ganar la Presidencia sino de conseguir las mayorías necesarias en el legislativo para la aprobación de presupuestos y proyectos de ley —Cámara de Diputados y Senadores—, además de la incidencia que tienen en gobernaciones y congresos estadales —posibilidad de reformas constitucionales—, por lo que la cohesión es fundamental con vistas a garantizar la continuidad de un proyecto histórico-político que inició en 2018 con la victoria electoral del actual Presidente.

AMLO como actor clave en el juego interno de Morena

Si bien todavía queda camino por recorrer de cara a la campaña para las presidenciales de 2024 y la oposición mexicana luce cada vez más débil y desmovilizada, la grieta —hasta ahora solo a nivel de liderazgo— que está mostrando el movimiento del presidente López Obrador pareciera el principal escollo que deberán superar si aspiran consolidar el proyecto de la 4T.

No obstante, AMLO se ha mostrado optimista y descarta cualquier fractura dentro del órgano, y asegura que el apoyo popular se encuentra del lado de la 4T y que, en el escenario electoral donde participen Sheinbaum y Ebrard, los votos afectarían directamente a la candidata opositora Xóchilt Gálvez debido al respaldo que tendría el excanciller mexicano de parte de la mayoría de la clase media.

Por encima de las declaraciones y la política de micrófono que irá aumentando con el pasar de los días y meses, la construcción ya no solo de una mayoría electoral que promueva el proyecto sino la unidad de la dirigencia deberá ser la principal tarea que tendría que asumir el propio AMLO para garantizar, como él mismo dice, la continuidad de la 4T.

Y si bien da la impresión de que ya están definidos los contendientes para 2024, no será sino hasta febrero del año que viene, cuando se registren oficialmente los candidatos o candidatas que participarán en las elecciones del próximo 2 de julio, que Marcelo Ebrard Casaubón pueda inscribir su nombre como postulado de un "progresismo" o una "izquierda" más allá de Morena.

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