Mar. 30 Abril 2024 Actualizado 1:51 pm

Venezuela y la UE mantienen conversaciones sobre garantías electorales para el 6D



Los acercamientos entre Venezuela y la Unión Europea (UE) continúan, proyectándose hacia el destrabamiento del cuadro político venezolano y así favorecer la participación de más actores del antichavismo en las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Recientemente el gobierno venezolano hizo efectivo un indulto a más de 100 dirigentes antichavistas y operadores responsables del caos, la desestabilización y el terrorismo en continuidad con la hoja de ruta Oslo-Barbados que se había conversado con los opositores hace meses.

Ahora, tras bastidores, dirigentes como Henrique Capriles y Stalin González han articulado con el chavismo estas liberaciones agrupándolas en un conjunto de demandas, junto a otras que denominan “garantías electorales”.

Parece evidente que más sectores de la oposición se inclinan a participar en las elecciones entendiendo que su cuadro de inamovilidad y abstención podría resultarles perjudicial. Han asumido que un escenario de resignación sin ir a elecciones deslegitimaría el actual proceso de diálogo y perpetuaría el relato ficticio de la “presidencia fake” de Juan Guaidó en la Asamblea Nacional (AN) y su condición “interina”, fuera de funciones, pese al fin del vigente ciclo parlamentario. Estados Unidos pretende un cargo vitalicio para Guaidó en Venezuela, inaceptable a los ojos de la institucionalidad y la política nacionales.

Los opositores, tras bastidores, han dialogado con el chavismo y su posible presencia electoral fue allanada previamente por un llamado de la Conferencia Episcopal Venezolana a que fueran a las urnas, en un abierto deslinde de la agenda abstencionista de Guaidó y EEUU.

Previamente Josep Borrell, Alto Representante de la UE y Vicepresidente de la Comisión Europea, había señalado mantener conversaciones con chavistas y opositores venezolanos con el fin de mediar en acuerdos que facilitaran las condiciones para la ejecución de unas elecciones justas y transparentes en el país, atendiendo a nuevas solicitudes de garantías electorales de los antichavistas.

A la luz de las noticias en desarrollo, es evidente el vínculo directo entre estos eventos, pues quedan expuestos como una señal inequívoca de aceleradas negociaciones.

Nueva comunicación de Caracas a Bruselas





En una misiva enviada desde la Cancillería venezolana, el titular de la cartera Jorge Arreaza se dirigió a Josep Borrell explicando algunas de las nuevas garantías electorales ofrecidas a los opositores venezolanos.

Entre ellas figuran el regreso de la tinta indeleble, el uso de puntos rojos y azules sólo hasta el último día de la campaña electoral, el equilibrio en el acceso a medios de comunicación a todos los actores políticos, el otorgamiento oportuno a las organizaciones políticas del catastro de plataforma electoral y, adicionalmente, los tradicionales procesos de auditoría ciudadana en todas las etapas del proceso electoral.

Estas medidas se suman a otras que habían sido previamente anunciadas, como el regreso a los centros electorales que habían sido reubicados por la violencia de 2017.

Sin embargo, figura en la misiva una nueva invitación a la presencia de la UE en las elecciones en la categoría de “observadores y acompañantes”.

Previamente Borrell había señalado en su comunicado que la presencia de la UE en Venezuela sólo tendría lugar mediante la forma de “observación” y difería de la invitación que se les hiciera previamente bajo la condición de “acompañantes”, agregando en ese momento que aún no existían condiciones para la presencia de la UE en el país.

Pero mucho ha evolucionado el tablero desde esa comunicación de Borrell. A la luz de los evidentes avances entre las partes en Venezuela, es probable que pueda surgir un acuerdo entre las autoridades venezolanas y la UE para la presencia de una misión de observación y/o acompañamiento de cara al 6 de diciembre.

Garantías electorales

Varias de las garantías que históricamente han demandado los opositores para participar en las elecciones están respaldadas sobre los endebles argumentos de “ventajismo” del chavismo en la previa electoral y también en el conteo de votos, que han sido justificación de sus derrotas electorales.

No obstante, y recientemente, las organizaciones de la derecha venezolana han solicitado más garantías desde diversas vocerías. Las medidas solicitadas están básicamente focalizadas en las condiciones fuera de los centros electorales, dejando de manera tácita, por no presentar objeciones, que el sistema tradicionalmente empleado en los actos de votación y conteo siempre han sido confiables.

Adicionalmente a las garantías nuevas ya negociadas con los diferentes poderes públicos, los opositores claman por una nueva apertura del registro electoral, una actualización de los votantes habilitados para votar en el extranjero, entre otras solicitudes, como la modificación de los lapsos electorales, incluyendo la fecha de las elecciones.

Ya iniciado el mes de septiembre, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha soltado prenda de nuevos cambios en el cronograma electoral ni ha anunciado nuevas medidas a aplicar, siendo evidente con ello que el árbitro espera por una definición de las reglas del juego a cargo de quienes estarán dispuestos a medirse en las urnas.

Distensiones y ruptura de los consensos

Las vertiginosas negociaciones que justo ahora tienen lugar, tienen una significativa relevancia por tratarse de actos acompasados. En ellos, el chavismo y una parte de la oposición venezolana dialogan con la mediación de factores externos a Venezuela, entre ellos la UE y, como recientemente fue develado, el gobierno de Turquía.

Queda expuesto con esto un claro deslinde de los europeos de la agenda estadounidense que prevé una continuidad del encallo político generado desde la fallida “estrategia Guaidó”. Una probable validación de las elecciones venezolanas por actores de la escena internacional podría sentar también un precedente claro de ruptura de los consensos alrededor del bloqueo contra Venezuela.

Este conjunto de posibilidades, explicadas por los elementos en desarrollo justo ahora, afirman la pertinencia y oportunidad de las distensiones y medidas que ha facilitado el chavismo, en una lucha multidireccional por el rescate de la institucionalidad, la estabilidad política y el fin de las medidas de asfixia contra el país.

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