La investigación proponía utilizar los cuerpos de mujeres con muerte cerebral para "ayudar a las parejas sin hijos".
El artículo implicado se publicó el pasado 17 de enero en Epicrisis, el portal de noticias de la institución. Se trata de la traducción de un original publicado en el portal de bioética Bioedge, firmado por Michael Cook. Su fuente es el trabajo de Anna Smajdor.
La revista Theoretical Medicine and Bioethics desarrolla el concepto de "donación gestacional de cuerpo entero" para pacientes con muerte cerebral. Allí se "argumenta que estas mujeres podrían tener un buen uso como sustitutos gestacionales siempre que hayan hecho una directiva anticipada", rezaba el texto en Epicrisis, ahora retirado.
Uno de los argumentos utilizados por los investigadores es que el embarazo puede ser "una experiencia peligrosa que se puede transferir a aquellos que ya no pueden ser dañados".
Si bien es cierto que los pacientes con muerte cerebral pueden ser donantes de órganos, no se había planteado con bases científicas el uso del útero como un órgano más que cumpliese funciones biológicas durante la fase de muerte encefálica en mujeres.
El Colegio de Médicos de Colombia pidió disculpas e intentó aclarar de dónde viene la propuesta y aseguró que su "talante siempre será el progreso de la medicina al servicio de la humanidad con los más altos estándares bioéticos", sin embargo, la controversia alrededor de la propuesta está lejos de terminar.
Además, no existe una ley que regule el alquiler de vientre, un mercado que puede llegar a alcanzar los 4 mil dólares por bebé nacido bajo el régimen de gestación subrogada. Y no, no es un tema para una película de ciencia-ficción de la década de 1980. El transhumanismo entra en escena en la vida real en pleno siglo XXI.