La mayoría de las misiones de observación que vendrán a las elecciones regionales y municipales del próximo 21 de noviembre han estado antes en Venezuela.
Acorde a los convenios firmados por estas instancias con el Consejo Nacional Electoral (CNE), todas las veedurías, observaciones y acompañamientos no implican mecanismos para determinar y/o cuestionar resultados electorales, ni son instancias vinculantes al proceso venezolano.
Las delegaciones extranjeras consisten en mecanismos para generar recomendaciones claras y operativas que logren incidir en los procesos y, por ende, hacer efectiva la dimensión representativa de los procesos políticos nacionales a lo largo del tiempo, pero ello difiere claramente de que puedan inferir, "validar" o "invalidar" una elección.
Breve historial de observación y de acompañamiento en elecciones venezolanas
Las elecciones venezolanas contaron durante la primera década de este siglo con observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), el llamado Grupo de Países Amigos (grupo ad-hoc creado por el secretario general de aquel entonces, el expresidente colombiano César Gaviria), el expresidente norteamericano Jimmy Carter y la directora ejecutiva de su fundación, Jennifer McCoy, junto a representantes de diferentes ONG de alcance global.
También hubo observadores nacionales que se distribuyeron de manera aleatoria por todo el territorio para monitorear los comicios y certificar el cumplimiento de las garantías mínimas.
Desde 2010, cuando el CNE venezolano optó por que los actores internacionales que estuvieran presentes en los procesos electorales fueran misiones de acompañamiento, se ha mantenido la presencia de expertos e instituciones realizando tareas de monitoreo a los procesos electorales.
Básicamente, no hay registros en los últimos 20 años de que alguna misión extranjera cuestionara los resultados en las elecciones del país. Aunque en muchos casos ha habido "observaciones" sobre fortalezas y debilidades de los procesos electorales.
En 2010, Venezuela emitió una normativa sobre observación y acompañamiento internacional, privilegiando el criterio de acompañamiento, a través de la Resolución N° 1005526-0123 mediante la cual se dictó el Reglamento en Materia de Observación Nacional Electoral y Acompañamiento Internacional Electoral estableciendo condiciones como:
- Distinción de observación nacional y acompañamiento electoral internacional (Art. 471 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales o LOPRE).
- Atribuciones limitadas (Art. 484, LOPRE).
- Capacidad de revocar credenciales (Art. 487, LOPRE).
Las elecciones presidenciales de 2013 contaron con 3 mil 435 observadores nacionales y 240 acompañantes internacionales: 170 de estos eran parlamentarios, delegados de organizaciones internacionales, representantes de organizaciones gremiales, periodistas y académicos, con distintos niveles de conocimiento de la ley electoral venezolana y los estándares electorales aceptados internacionalmente. Cuatro organizaciones internacionales enviaron misiones de acompañamiento internacional: la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) y el Centro Carter.
Ese último dato es muy relevante. Las elecciones de 2013, señaladas de "fraude" por la oposición venezolana y que fueron hito de señalamientos internacionales, a causa de una diferencia mínima que favoreció al chavismo, contó con presencia de delegaciones extranjeras y ninguna de ellas se extralimitó a cuestionar los resultados.
¿Qué garantiza una misión electoral?
Como ha dicho la jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOEUE), Isabel Santos, "una misión no legitima ni deslegitima a un régimen o un gobierno".
En efecto, sus declaraciones guardan una clara distancia con las que hiciera recientemente el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, cuando afirmó que la observación "legitimaría" las elecciones.
¿Por qué entonces hay tanta expectativa por la MOEUE? Este 2021 se ha pregonado que "ahora sí" hay garantías electorales por la presencia de ciertos actores internacionales observando las elecciones.
Sin embargo, debe entenderse ello como una estrategia de partidos opositores para captar votos, luego de que estos mismos actores propiciaran un acumulado de abstención y deslegitimación del CNE que ha inmovilizado a muchos votantes opositores.
Las misiones electorales y ¿discrecionalidad política?
Las misiones de observación de la UE y de otros actores pueden facilitar procesos electorales pero también han recibido críticas en países como México durante las elecciones presidenciales de 2006 en las que el ente electoral declaró ganador a Felipe Calderón y la misión no acompañó a la oposición durante el conflicto post-electoral.
En Congo (2012) el comisario de Desarrollo de la Comisión, el belga Louis Michel, fue acusado de apoyar al candidato Joseph Kabila, y tanto en Bielorrusia como en Ucrania, Bruselas fue acusada de ponerse del lado de la oposición.
Es ampliamente conocido el controversial rol que jugó la OEA durante las elecciones en Bolivia en 2019. También es preocupante el poco espacio y tiempo de análisis dedicado a las implicaciones que puede tener el desconocimiento de la delgada línea entre el acompañamiento, la observación y la injerencia extranjera.
Venezuela y la presencia de la ONU en 2021
En marzo de 2018, previo a las elecciones presidenciales de mayo en las que venció el presidente Nicolás Maduro, representantes del gobierno venezolano y de un sector de la oposición solicitaron a la ONU "una misión exploratoria que entregue al mundo garantías sobre la transparencia de nuestro proceso electoral", así lo escribió el mandatario en su cuenta de la red social Twitter.
En Venezuela buscamos la Paz, y para eso queremos más democracia. Por eso pedimos a la ONU, en reunión conjunta con la oposición, una misión exploratoria que entregue al mundo garantías sobre la transparencia de nuestro proceso electoral.
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) March 14, 2018
El profesor Samuel Moncada, embajador venezolano ante la ONU, señaló que en la reunión con funcionarios del organismo multilateral le informaron que "hay muchas presiones en contra de la participación de la ONU. De todas partes estamos recibiendo presiones para que no vayamos". Las presiones señaladas tuvieron su efecto y no se llevó a cabo la participación, aun cuando hay siete tipos de observación electoral establecidas en las directrices de la ONU y solo tres de esas necesitan la aprobación de la Asamblea General o del Consejo de Seguridad; las otras cuatro son potestad del Secretario General, Antonio Guterres.
En esta ocasión Guterres envió un "panel de expertos electorales" para seguir de cerca los comicios, así lo informó el pasado 14 de octubre un portavoz del Secretario General en un comunicado.
Al arribar a Venezuela, esta delegación de seis miembros informó que solo cinco veces en la historia de la ONU el Secretario General ha desplegado misiones de este tipo.
La importancia de este dato yace en que varios actores políticos en Venezuela ponen sus esperanzas en la MOEUE, otorgándole una importancia y "vedetismo" político que no tiene. En realidad, por su significado, el panel de expertos electorales de la ONU podría considerarse de mayor relevancia, aunque para el CNE ninguna delegación es vinculante a las próximas elecciones.
La misión de la ONU buscaría "proporcionar al Secretario General un informe independiente e interno", pero técnicamente es diferente de las "misiones de observación electoral" que requieren de un mandato específico del Consejo de Seguridad o de la Asamblea General.
Las misiones de expertos "no emiten declaraciones públicas evaluando la conducción general de un proceso electoral ni sus resultados", aclaró un comunicado de ONU Venezuela.
La importancia de ese dato es que de apegarse a su normativa, esta misión electoral tampoco tendrá posibilidades y facultades para cuestionar cualquier resultado electoral, tal como podrían esperar algunos actores políticos dentro y fuera de Venezuela.