En la mañana del viernes 9, una conmoción natural se libró de manera explosiva en San Vicente y las Granadinas: la erupción del volcán La Soufrière, que desde 1979 no dejaba en vilo al pequeño país insular del Caribe.
Con un alto movimiento de la población sanvincetina debido a la actividad volcánica, han sido evacuadas unas 20 mil personas y han sido refugiadas al menos unas 4 mil, con perspectivas de que suba esa cantidad a 10 mil. La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró estado de emergencia humanitaria debido a la alta tensión social y económica que ha producido el suceso natural.
Durante su historia, San Vicente y las Granadinas se vio azotado dos veces por La Soufrière en el siglo XX: en 1902, cuando la erupción cobró la vida de unas 2 mil personas, con el costo económico de que muchas tierras de labranza fueron dañadas por la lava, siendo dicho país altamente dependiente de la exportación de productos agrícolas como el plátano. En abril de 1979, con otra erupción de La Soufrière nadie murió, sin embargo, sucedió lo que hoy pareciera repertirse: miles de personas tuvieron que ser evacuadas y hubo un amplio daño en la agricultura.
"Esta es una crisis que requerirá una respuesta en términos humanitarios pero también de rehabilitación que durará al menos seis meses y probablemente nueve", dijo Didier Trebucq, coordinador de la ONU para Barbados y el Caribe oriental, en una videoconferencia. Argumenta que la ceniza volcánica afecta no solo a San Vicente y las Granadinas sino también a sus vecinos insulares, teniendo impactos socioecónomicos a medio y largo plazo: Barbados, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Granada, San Cristóbal y Nieves, Martinica y Guadalupe "pueden verse afectadas en función de la dirección de los vientos y de dónde se deposite la ceniza del volcán", dijo Trebucq.
Lo más trágico del asunto es que ello impide que la economía agraria pueda apuntalarse de manera eficiente, y mucho menos lo lograría el sector turismo, importante para todos los países de las Antillas caribeñas.
Además, dentro de pocos meses comenzará la temporada de huracanes en toda la región caribeña. Son tiempos difíciles para los sanvicentinos y sus más cercanos vecinos.
Venezuela humanitaria
Con más de 20 toneladas de ayuda humanitaria atracó en San Vicente y las Granadinas el buque de la Armada Nacional Bolivariana AB Goajira (T-63) como parte del puente marítimo que coordina Venezuela en el Caribe.
En el buque llegó una delegación humanitaria compuesta por 68 mujeres y hombres con alimentos, agua potable y otros insumos, y 15 expertos de Protección Civil para labores de búsqueda y salvamento, emergencia pre hospitalaria, logística y comunicaciones.
Asimismo, el presidente del Banco del ALBA y vicecanciller venezolano Raúl Li Causi se encuentra en San Vicente junto al equipo del primer ministro Ralph Goncalves coordinando mayores aportes entre aliados ante la emergencia humanitaria.
El puente marítimo con el buque de la armada venezolana también cuenta con Santa Lucía y Dominica, de donde se abastecen continuamente tanques de agua y comida no perecedera para San Vicente y las Granadinas.
La mencionada delegación humanitaria ya ha cubierto buena parte de las Antillas caribeñas en misiones similares. Se trata de la brigada de la Fuerza de Tarea Humanitaria Simón Bolívar, unidad que resalta por encima de grupos similares de Estados Unidos y sus socios en el Hemisferio Occidental.
Se ha reconocido el importante papel que juegan los esfuerzos de la Fuerza de Tarea Humanitaria Simón Bolívar en materia de reducción de riesgos y respuesta a desastres naturales y reafirmando la importancia de la cooperación internacional, en particular a nivel regional, con el fin de fortalecer los esfuerzos de Venezuela y regionales existentes (tomando en cuenta los mecanismos de apoyo mutuo del ALBA-TCP, Unasur, Celac y Petrocaribe), al igual que los organismos dedicados tanto a la reducción de riesgos de desastres como a los procesos de recuperación en un marco de genuina ayuda humanitaria en contraste con las "ayudas" estadounidenses.
Desde su creación, la unidad ha proporcionado de forma activa y solidaria asistencia humanitaria a países de Centroamérica, América del Sur y el Caribe que se han visto afectados por situaciones de desastres naturales y que han solicitado la cooperación internacional.
Se reconoce a la Fuerza de Tarea Humanitaria Simón Bolívar a una unidad profesional, multidisciplinaria y multisectorial con capacidad de actuación en distintos escenarios nacionales e internacionales en el área de prevención y atención de desastres, iniciativa de la República Bolivariana de Venezuela, que ofrece asistencia en el Hemisferio Occidental apenas se requiera.
La historia de la Fuerza de Tarea Humanitaria Simón Bolívar contrasta con organismos occidentales como USAID, que más bien es usado por Washington como un actor propicio a los "cambios de régimen" y no a la asistencia humanitaria entre gobiernos y pueblos en mutua cooperación. Es una lección de solidaridad y ética soberana para toda la región.