La Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), llevada a cabo entre el 11 y 12 de julio en Vilna, capital de Lituania, tuvo como tema central a China como un desafío sistémico al "orden internacional basado en normas", por lo que sus miembros acordaron cooperar para protegerse del "comportamiento coercitivo" del país asiático.
En respuesta a la actuación de la organización, la vocera de la Cancillería china se refirió a un hecho histórico en el que es la OTAN la que precisamente representa un peligro. El funcionario diplomático Hua Chunying recordó el bombardeo de la embajada de China por parte del cuerpo atlantista en Yugoslavia en mayo de 1999.
Asimismo, denunció la "máquina de guerra" de la Alianza Atlántica que puede llevar a "la confrontación entre bloques o a una nueva Guerra Fría".
Habría que preguntarse cuáles hechos criminales se le pueden endosar a China para que sea considerada una amenaza por el bloque liderado por Estados Unidos. En cambio, la OTAN tiene un historial de crímenes de guerra que han quedado impunes.
El 7 de mayo de 1999 la embajada china en Belgrado fue bombardeada durante un ataque aéreo organizado por la OTAN. Las cinco bombas que cayeron mataron a tres periodistas chinos, hirieron a más de 20 diplomáticos y dañaron gravemente las instalaciones.
"Aunque han pasado 24 años, no puedo olvidar todas y cada una de las escenas de aquella trágica noche. Hoy nos reunimos aquí para ver el recientemente completado Centro Cultural Chino, pero cada vez que vengo lo que ven mis ojos sigue siendo el bombardeo de la embajada china aquella noche. La brutal e instantánea pérdida de las vidas de los colegas, algo que nunca seré capaz, ni me atreveré, a olvidar en toda mi vida", expresó Chen Bo, embajadora china en Serbia durante un acto conmemorativo este año.