Mié. 20 Noviembre 2024 Actualizado 6:14 pm

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Los 20 países integrantes del grupo y otros invitados debatieron en Río de Janeiro, en una Cumbre donde los países emergentes llegaron con una agenda coordinada (Foto: France24)
Una caracterización del evento y sus resultados

¿Qué nos deja la Cumbre del G20 en Brasil?

El G20 se ha reunido en Brasil. Nuevamente los países miembros, junto a los representantes de la Unión Europea, la Unión Africana y otros Estados invitados, debatieron sobre los temas habituales en torno a economía, el estado actual de las relaciones internacionales y la cuestión ambiental.

A primera vista parece que las divergencias y las posturas matizadas caracterizaron el evento.

El G20, bloque que reúne las principales 20 economías del mundo según su PIB nominal, existe desde 1999 y se centró en sus inicios en la construcción de una política de bancos centrales regida por Washington, que fortaleció los pilares de la unipolaridad emergente a pocos años del fin de la Guerra Fría.

Para entonces era impensable que en apenas 25 años Estados Unidos tendría un liderazgo limitado, o en entredicho, en este bloque.

Esta gobernanza ha ido cambiando en la medida en que las nuevas economías emergentes han tomado espacio en la escena mundial y han llevado sus intereses a discusión en el marco del Grupo.

Ello podría explicar las dificultades en el seno del G20 para formular un pronunciamiento común sobre acuerdos abarcantes y efectivos, tal como se aprecia en la declaración del evento anual.

SOBRE LAS DECLARACIONES CONJUNTAS DEL BLOQUE

Sobre los conflictos bélicos: Los jefes de Estado y de Gobierno expresaron su "profunda preocupación por la catastrófica situación humanitaria en la Franja de Gaza y la escalada en Líbano", objeto de constantes bombardeos e invasiones por parte del ejército israelí desde octubre de 2023.

También destacaron "el sufrimiento humano y las repercusiones negativas de la guerra" y afirmaron "el derecho palestino a la autodeterminación" y su compromiso "inquebrantable con la visión de la solución de dos Estados". 

El pronunciamiento se hizo sin señalamientos directos a los crímenes ejecutados por Israel. Tampoco hubo mención a los países que mantienen políticas de suministro de armas a favor del ente sionista, presentes en el evento, como Estados Unidos, principal patrocinador militar del genocidio en Gaza.

Sobre Ucrania y la Operación Militar Especial de Rusia resaltaron "el sufrimiento humano y las repercusiones negativas añadidas de la guerra en relación con la seguridad alimentaria y energética mundial, las cadenas de suministro, la estabilidad macrofinanciera, la inflación y el crecimiento".

En ningún momento se menciona a Rusia de forma explícita en el punto dedicado a este contexto. 

Es sumamente llamativo que el bloque admita la caotización de las cadenas de suministro de energías y alimentos a expensas de las sanciones ilegales contra Rusia. Evidentemente el G20, con presencia de potencias occidentales, difícilmente rechazará el uso de dichos recursos coercitivos, pero la admisión es relevante.

El presidente ruso Vladímir Putin no acudió a la cita, basado en que sobre sí pesan medidas de judicialización orquestadas por EE.UU. y Europa. No obstante, su canciller Serguéi Lavrov sí asistió y manifestó que los resultados de la Cumbre fueron "positivos".

Indicó que Rusia y sus contrapartes de los países emergentes insistieron en que el texto de la declaración final del G20 "se centrara en todos los conflictos", cuestión que se logró.

Si se compara con la declaración del G20 de 2022, la diferencia en las tonalidades podría considerarse abismal pues entonces la exclusión a Rusia y su satanización en el fragor de sanciones hizo que en el evento se impusiera el relato único redactado en Washington.

Lucha contra la pobreza: El presidente brasileño inauguró la cumbre del Grupo de las 20 principales economías con el lanzamiento de una alianza global para combatir la pobreza y el hambre.

La instancia que Lula lanzó "coordina los esfuerzos mundiales para erradicar el hambre y la pobreza, cuenta con el respaldo de la Unión Africana y de la Unión Europea, organizaciones internacionales, bancos de desarrollo y organizaciones filantrópicas como la Fundación Rockefeller y la Fundación Bill y Melinda Gates", refiere el medio France24.

Lula ha dicho que 81 países respaldan su propuesta y logró contar con el apoyo de los Estados emergentes para incluir este tema en la declaración final del evento.

El mandatario ha apuntado hacia la construcción de un liderazgo de Brasil ante los países en vías de desarrollo, aspirando mejores posiciones en la escena global, tal como la ansiada esperanza de la nación carioca de asumir un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aunque para tal fin Lula haya lanzado una "cruzada contra el hambre" y haya estrechado las manos de gobiernos y poderes financieros hambreadores. Lo que podría considerarse una paradoja de la realpolitik.

Nuevamente, el cambio climático: El G20 realizó su abordaje con respecto al cambio climático, el tema con mayor consenso entre los países asistentes. Una vez más los países industrializados —cuyo historial contaminante es el de mayores proporciones— ratificaron compromisos en la materia.

El G20 no logra un nuevo acuerdo, más bien delega en la próxima COP29 el asunto, aunque ratificaron los compromisos de París de 2015.

La presencia de Xi Jinping y de la República Popular China es relevante en función de este asunto ya que el país asiático es el líder global en la producción de energías eólicas y solares como fuentes primarias de energía, además de que domina las tecnologías industriales del litio, mineral que se perfila como fuente secundaria más relevante.

LOS TEMAS TRAS BASTIDORES Y BILATERALES

Nuevamente fracasa el TLC de Mercosur y la Unión Europea: Brasil y Argentina no consiguieron sus objetivos en lograr acuerdos para ratificar el Tratado de Libre Comercio (TLC) del Mercado Común del Sur (Mercosur) con la Unión Europea. Esto se esperaba como principal logro suramericano en este evento.

La Unión Europea y Mercosur cerraron su acuerdo comercial en 2019 tras dos décadas de negociaciones, en lo que podría considerarse una de las discusiones más accidentadas y prolongadas en la historia contemporánea.

Pero la firma del mismo está bloqueada por el rechazo de algunos países europeos, con Francia a la cabeza, que ha llevado a la Unión Europea a introducir exigencias adicionales de sostenibilidad, que las partes aun están negociando.

El gobierno francés está lidiando con manifestaciones contra el mismo por parte de su sector agrario, por lo que el presidente Emmanuel Macron dijo que París no puede firmar el documento "tal y como está" e instó a renegociarlo, lo cual es una muy mala noticia para las industrias del agronegocio de Brasil.

España es uno de los principales promotores en Europa del acuerdo con el Mercosur que, según sus detractores, sería muy perjudicial en particular para el sector agrario europeo.

Sin embargo, la discusión queda en el aire una vez que el presidente reelecto de Estados Unidos, Donald Trump, indicara la posibilidad de pechar con aranceles los productos europeos. En ese escenario la situación cambiaría favorablemente para el Mercosur, y todos los argumentos sobre "sostenibilidad ambiental" quedarían atrás ante la necesidad de Europa de buscar nuevos mercados.

Reino Unido obtendría beneficios de China al no formar parte de la Unión Europea: La primera reunión entre un primer ministro británico y el presidente chino Xi Jinping desde 2018 se dio en Río de Janeiro, al margen de la cumbre del Grupo de los 20, según la agencia oficial de noticias Xinhua.

La misma fuente informó que el presidente chino le dijo al primer ministro británico, Keir Starmer, que los dos países disfrutan de un vasto espacio para la cooperación.

Reino Unido podría sacar provecho de no formar parte de la Unión Europea ya que este bloque ha decidido cerrar filas en la guerra comercial contra el país asiático. Al imponer aranceles a productos de esa procedencia, los europeos incurren en el riesgo de que China aplique contramedidas y limite para los fabricantes europeos su mercado de más de 1 400 millones de consumidores.

El nivel de posibilidades y congruencia de intereses entre China y Reino Unido es alto, si se consideran las ventajas comparativas comerciales que ambos países tienen.

Estados Unidos pone a Venezuela en el tapete: El asunto "Venezuela" no se discutió en el encuentro entre mandatarios. Sin embargo, la cuestión venezolana si fue debatida en reuniones entre grupos y por otras vocerías, como la del presidente colombiano Gustavo Petro.

El secretario de Estado Antony Blinken se reunió con ministros de Asuntos Exteriores y altos funcionarios de Canadá, Chile, Francia, Italia, México, Paraguay, España, Reino Unido y Uruguay al margen de la Cumbre de Líderes del G20 celebrada en Río de Janeiro.

Según un comunicado de su oficina, el funcionario "participó con sus socios en un intenso debate sobre el fomento de la paz, la seguridad y la prosperidad para los pueblos del hemisferio occidental".

"El Secretario también subrayó el apoyo de Estados Unidos al pueblo venezolano y destacó la importancia de una presión internacional sostenida sobre Maduro y sus representantes para que reconozcan los resultados de las elecciones y permitan un retorno pacífico a la democracia", refiere el documento.

Horas después, el Departamento de Estado también destacó a Edmundo González Urrutia como "presidente electo de Venezuela", dejando atrás la narrativa de meses anteriores. Si bien Washington ha desestimado la reelección del presidente Nicolás Maduro, se había abstenido de dar este paso.

Petro hizo una mención a Venezuela al ser abordado en una rueda de prensa. Se le preguntó si en la declaración final del evento en una bilateral con Brasil se incluiría un punto sobre el país caribeño y sus elecciones, y Petro respondió que "aquí no hablamos de Venezuela".

Petro indicó que "no es realista" esperar cambios a la actual situación en dicho país y opinó que "un frente común sobre Venezuela ya no va a existir".

UN G20 MÁS PARECIDO A BRICS QUE AL G20

Una de las características transversales que tuvo este evento fue la ausencia de Estados Unidos como un modulador absoluto de las agendas y las decisiones.

El encuentro tuvo conclusiones en las que influyó mucho la postura de países emergentes, al punto de que en algunos asuntos el escenario pareció una prolongación de la Cumbre de los Brics en Kazán en virtud de que mostraron posiciones similares para influir en el debate y en su documento final.

Todo ello discurría mientras el presidente saliente Joe Biden sembraba árboles en el Amazonas y decretaba el "Día Internacional de la Conservación".

Estados Unidos no logró imponer su visión sobre temas claves, las declaraciones conjuntas fueron matizadas y la falta de consenso en ciertas materias fue evidente. De hecho, algunos de los acuerdos ratifican la línea de conclusiones de la pasada cumbre de los Brics.

Por ejemplo, que los líderes del G20 apoyaron en Río de Janeiro una ampliación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para mejorar la representación de los diferentes continentes, incluida Latinoamérica. La declaración defendió una "composición ampliada del Consejo de Seguridad que mejore la representación de regiones y grupos subrepresentados y no representados, como África, Asia-Pacífico y América Latina y el Caribe".

Aunque no se aclaró el tipo de recomposición que demanda el organismo, el G20 se comprometió a apoyar una "reforma transformadora" que vuelva el Consejo de Seguridad "más representativo, inclusivo, eficiente, eficaz, democrático y responsable”, y que permita una "mejor distribución de responsabilidades".

No es la primera vez que en estos foros se habla de la necesidad de reformar el ente más determinante en el Sistema de Naciones Unidas. Hasta ahora no han ocurrido notables pasos concretos para materializar esta aspiración en la que tanto los Brics, y ahora el G20, parecen coincidir, aunque seguramente para fines distintos.

La cumbre finalizó sin alguna decisión disruptiva o relevante. Todos los elementos de confluencia llovieron sobre mojado en los mismos ejes de discursos y decisiones usuales de este tipo de cumbres, como la guerra, el hambre y el cambio climático.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<