Hace unos días se reportó el hallazgo de 30 biolaboratorios militares en Ucrania, y la periodista búlgara, Dilyana Gaytandzhieva publicó los documentos filtrados que muestran la participación directa por parte del Departamento de Defensa de los Estados Unidos en el financiamiento de los biolaboratorios ucranianos.
The Pentagon program in the Ukrainian biolabs is "sensitive information". The government of #Ukraine is prohibited from public disclosure of this sensitive information and Ukraine is obliged to transfer to the US Department of Defense dangerous pathogens for biological research pic.twitter.com/4HhZxyi9v0
— Dilyana Gaytandzhieva (@dgaytandzhieva) March 9, 2022
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, afirmó el martes 15 de marzo que, además de los 30 laboratorios biológicos en Ucrania, Estados Unidos ha creado cientos de esos laboratorios en otros países, resaltando que "muchos se establecieron en varios países de la antigua Unión Soviética precisamente a lo largo del perímetro de las fronteras de Rusia, así como en las fronteras de China y en las fronteras de los otros países ubicados allí".
Rusia denunció con fuerza y pruebas en diferentes plataformas el desarrollo de programas de armas biológicas y exigió una respuesta del gobierno estadounidense ante las evidencias.
Al inicio de esta semana, la subsecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, compareció ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, y con un hálito de esperanza, el senador Marco Rubio esperaba que desacreditaran las afirmaciones de las armas biológicas y químicas que se estaban desarrollando en la red de laboratorios en Ucrania.
Pero Nuland confirmó lo esperado:
"Ucrania tiene instalaciones de investigación biológica… ahora estamos bastante preocupados de que las tropas rusas, las fuerzas rusas, puedan estar tratando de controlar. Así que estamos trabajando con los ucranianos sobre cómo pueden evitar que cualquiera de esos materiales de investigación caiga en manos de las fuerzas rusas en caso de que se acerquen".
Duante la audiencia, Rubio interrumpe y hace la típica maniobra de control de daños: "¿Habría alguna duda de que Rusia estaría detrás de un ataque?", a lo que Nuland respondió: "No tengo ninguna duda, senador, y es una técnica clásica rusa culpar a la otra persona por lo que están planeando hacer ellos mismos".
La confirmación de Nuland en torno a la existencia de una red de biolaboratorios vuelve a confirmar la credibilidad de la investgación realizada por la periodista búlgara. Gaytandzhieva publicó documentos de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA, sus siglas en inglés), adscrita al Pentágono, que confirman el financiamiento a investigaciones biológicas en Ucrania, bajo la tutela de la empresa estadounidense Black & Veatch Special Projects Corp. La agencia estadounidense asignó 80 millones de dólares en 2020.
Pero ésta no fue la única empresa. La compañía estadounidense de ingeniería, CH2M Hill, se adjudicó un contrato de 22,8 millones de dólares para el equipamiento de dos nuevos biolaboratorios en Ucrania.
Además, el acceso a los biolaboratorios estaba prohibido a las supervisiones de expertos independientes, con la excusa de que los patógenos que estaban manipulando eran peligrosos, y así lo muestra esta carta filtrada del Ministerio de Salud de Ucrania cuando el acceso a los científicos de la revista Problems of innovation and investment development fue denegado.
Países europeos también participaban en los biolaboratorios
Igor Kirillov, Jefe de las Fuerzas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, explicó esta semana los resultados del análisis de documentos encontrados en biolaboratorios militares ucranianos:
- Estados Unidos financió biolaboratorios en Kiev, Odessa, Lvov y Kharkov, adjudicando 32 millones de dólares, con el fin de "estudiar" los patógenos de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la leptospirosis y los hantavirus. Su uso puede disfrazarse de brotes naturales de enfermedades.
- Se han identificado seis familias de virus (incluidos los coronavirus) y tres tipos de bacterias patógenas (agentes causantes de peste, brucelosis y leptospirosis) que tienen características aptas para contagiar a personas desde animales. Incluso, se realizaron investigaciones sobre la transmisión de enfermedades a través de murciélagos.
- Existe una serie de documentos que confirman la transferencia de muestras biológicas tomadas en Ucrania al territorio de terceros países, incluidos Alemania, Gran Bretaña y Georgia.
- La transmisión de la influenza aviar altamente patógena por aves silvestres se estudió en el Instituto de Medicina Veterinaria de Kharkiv.
- Se confirmó el traslado de 5 mil muestras de suero sanguíneo tomadas de residentes ucranianos al centro Richard Lugar respaldado por el Pentágono en Tbilisi, Georgia.
- Se transfirieron otros 773 ensayos al Reino Unido, mientras que se firmó un acuerdo para transferir "cantidades ilimitadas" de suministros infecciosos al Instituto Friedrich Loeffler, el principal centro de enfermedades animales de Alemania.
Los hallazgos de estos biolaboratorios no pueden pasar por debajo de la mesa. Ucrania como uno de los Estados satélite de Estados Unidos sirvió de espacio para que las armas biológicas empezaran a tomar terreno en las nuevas formas de la guerra contra Rusia (y el mundo, viéndolo en perspectiva).
Resulta al menos sospechoso de que los biolaboratorios ucranianos-estadounidenses estén ubicados a lo largo del perímetro de la frontera rusa, teniendo en cuenta que también se denunció que esas instalaciones usaron muestras de personas de las diferentes etnias que hacen vida en la Federación Rusa y en otros países de Eurasia.