Lun. 02 Diciembre 2024 Actualizado 3:21 pm

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El Foro Económico Mundial se celebra anualmente del 16 al 23 de enero en Davos, Suiza (Foto: Markus Schreiber / AP Photo)

Las nuevas tecnologías marcan la agenda del Foro de Davos 2023

El pasado lunes 16 de enero se dio inicio a la 53.ª Reunión Anual del Foro Económico Mundial, mejor conocido como Foro de Davos, cuya temática se centró en las nuevas tecnologías bajo la consigna de "Cooperación en un mundo fragmentado". A simple vista, la agenda pareciera ser altruista solo con asomar la "preocupación" por el cambio climático, pero realmente los grandes factores privados están tejiendo sus propuestas para el reacomodo de los mercados, teniendo como bandera a las nuevas tecnologías, incluyendo la Inteligencia Artificial (IA), en un contexto de latente amenaza de recesión mundial.

Así que la agenda climática ha sido abordada en Davos pautando distintos frentes basados en la explotación de recursos, exponiendo supuestas soluciones mágicas y vinculando gran parte de la agenda con la temática de la transición energética, usando como base la perspectiva de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, sus siglas en inglés) que refiere a la crisis energética actual como la "primera crisis energética verdaderamente global" que escaló por "la invasión rusa de Ucrania". Por ende, para los asistentes al foro la crisis energética ha causado una serie de consecuencias comerciales que ralentizan el desarrollo de nuevas tecnologías en esa y otras áreas.

Por otro lado, la ausencia de líderes mundiales se notó, quitando el peso geopolítico en esta edición. Líderes como los presidentes Xi Jinping y Vladímir Putin, incluso Joe Biden y Emmanuel Macron, no asistieron a esta edición. Y esto se destaca porque el presidente de China se ha dirigido varias veces a la ceremonia de apertura o en disertaciones especiales, tal como ocurrió el año pasado, pues la presencia de China en cualquier espacio internacional genera una importante fuerza impulsora para la recuperación o estabilidad de la economía mundial. No en balde apareció un optimismo generalizado en los mercados cuando China anunció la reapertura, luego del aumento de los casos de covid-19.

Además, bien se conoce que los líderes estatales no son los únicos que participan en este evento, sino las grandes corporaciones, transnacionales y empresas de renombre que buscan estos espacios para conectarse y definir vías que permitan sumergirse en la esfera decisoria mundial de acuerdo a sus intereses económicos y financieros, dejando en un segundo o tercer plano las preocupaciones sobre las problemáticas reales que afectan a la población mundial. En resumen, definir rutas de multiplicación del negocio y el dinero.

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Klaus Schwab al frente de la Reunión Anual de Davos 2023 (Foto: Laurent Gillieron / Keystone)

Microsoft: tecnología para el belicismo

En uno de los paneles del foro participó el fundador de Davos, Klaus Schwab, junto al director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, en el que conversaron sobre las nuevas tecnologías. Nadella hizo hincapié en el impulso que está adquiriendo la IA, considerando que "transformará por completo" todos los productos de Microsoft. Para él, se trata de una tecnología que estará presente en la vida diaria en un futuro próximo por sus amplias capacidades de vigilancia y hasta de producción de armamento.

Lo que llama la atención de su enfoque es que esta tecnología naciente va de la mano con la carrera mundial por el supremacismo militar, y porque en noviembre del año pasado Microsoft anunció el financiamiento de 100 millones de dólares en ayuda tecnológica para el gobierno de Ucrania, sumándose ese monto al compromiso financiero de Microsoft de más de 400 millones de dólares a Volodímir Zelenski, quien participaría a través de videoconferencia en los últimos días de Davos.

Basado en ese contexto, Nadella le comentó a Schwab que "las capacidades cibernéticas ayudaron a identificar las actividades rusas en la infraestructura ucraniana mucho antes de que ocurriera el ataque", asomando que supuestamente la tecnología sería aplicada para la defensa de la infraestructura en Ucrania.

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Satya Nadella, CEO de Microsoft (Foto: Business World)

Más allá de las proclamas del Departamento de Estado sobre el financiamiento militar al gobierno de Zelenski, el papel que juegan empresas como Microsoft en este meollo geopolítico entre Estados Unidos-OTAN y Rusia es que facturan en el negocio bélico porque proveen tecnología e innovación al gobierno ucraniano. Así lo dijo el año pasado el presidente de esa empresa, Brad Smith: "Ucrania y Rusia están librando un nuevo tipo de guerra, en la que las armas cibernéticas y otros tipos de tecnología digital juegan un papel fundamental".

Para no sacar de esta ecuación a Estados Unidos, Microsoft trabaja con el ejército estadounidense en materia de IA y reconocimiento de imágenes, amarrando así grandes y jugosos contratos de miles y millones de dólares, siendo Ucrania un cliente más.

Sobre aquello, en el último trimestre del año pasado, el Departamento de Estado orientó su agenda de viajes y reuniones bilaterales con países de la región Indo-Pacífico, siendo los semiconductores el tema prioritario, y además esto fue evidente cuando el pasado 3 de enero inició funciones un nuevo cargo dentro del Departamento: el Enviado Especial para Tecnologías Fundamentales y Emergentes (Special Envoy for Critical and Emerging Technology).

Las nuevas tecnologías con los semiconductores como base toman cada vez más relevancia en el espectro geopolítico debido a que sus propiedades eléctricas son fundamentales, tanto para potenciar la tecnología militar, ya que en general las plataformas de defensa de vanguardia dependen de los semiconductores para su funcionamiento, como para el desarrollo de chips de última generación, cruciales para el desarrollo de la IA.

Es notorio cómo la agenda de la tecnología se orientó hacia el negocio militar, que se ha vuelto más lucrativo por el conflicto ucraniano, y con la posibilidad de que se dirija otra guerra abierta en Asia bajo la égida estadounidense.

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La carrera de los semiconductores está siendo liderada por Estados Unidos y China (Foto: Archivo)

La "cooperación" en Davos

Tal como indica el eslogan de esta edición en Davos, la "cooperación" a la que se refieren consiste en fijar posturas en el negocio que genera la crisis ucraniana.

El presidente del Foro de Davos, Børge Brende, publicó un artículo en Foreign Affairs: "El amanecer de la geopolítica de los stakeholders", explicando la nueva propuesta en el mundo de los stakeholders. Se pregunta: ¿Cómo la "cooperación" puede ser duradera en esta situación de conflicto geopolítico? Brende indica que esa pregunta se ha vuelto fundamental porque actualmente el mundo está sumergido en una “policrisis”, es decir, en múltiples crisis vinculadas entre sí.

Brende comenta sin ninguna ingenuidad que mientras "los gobiernos se retiraban de la cooperación", el sector empresarial se "unía" para enfrentar los desafíos comunes. Aparte de enaltecer al sector empresarial como la solución a la "policrisis", Brende desconoce la característica "natural" del nicho empresarial: la competencia.

Ante esto, Brende, intentando dar respuesta a su pregunta, continúa impulsando la idea sobre los stakeholders, cuyo concepto ha ido mutando en las últimas ediciones de este Foro. En 2021, promovieron el multistakeholder para reemplazar a los Estado-nación de la mano de un grupo de ejecutivos de transnacionales o representantes de grandes compañías que decidieran cuál "solución" podría ser más efectiva para abordar los desafíos globales. Para la lógica multistakeholder, una empresa multinacional, una ONG u otra variante de la "sociedad civil" tendrían la misma legitimidad que el Estado a la hora de participar en el abordaje directo de una problemática de importancia pública.

En la mutación de este año, Brende describe que los "desafíos se están acumulando y creando lo que algunos analistas denominan una 'policrisis' global, una situación en la que múltiples crisis se combinan entre sí. Debido a que los impulsores de estas crisis no se limitan a una sola nación, abordarlas requiere que los líderes se unan para forjar soluciones a pesar de la realidad de un desacuerdo geopolítico más amplio".

En adelante, el presidente de Davos aprovecha para enaltecer la supuesta eficiencia de los actores privados al momento "unirse" para abordar los desafíos globales, que para él fue lo opuesto a lo que hicieron los gobiernos. Basado en esto, presenta la nueva mutación del concepto stakeholder geopolitics o "geopolítica de los stakeholders", que en términos generales consiste en ampliar el rango de acción de las transnacionales y grandes empresas mundiales en la toma de decisión con los Estados, prevaleciendo sus intereses para que la "cooperación" pueda perdurar a largo plazo. Traducción: en lugar de perseguir ganancias a corto plazo, buscan generar ganancias sostenibles en cualquier escenario, sea de paz o de conflicto.

Vale recordar que, para 2019, Marc Benioff, presidente de la empresa tecnológica Salesforce, comentaba: "Realmente creo que el capitalismo tal como lo conocemos está muerto (…) que vamos a ver un nuevo tipo de capitalismo y ese nuevo tipo de capitalismo que va a surgir no es el capitalismo de Milton Friedman, que se trata solo de ganar dinero".

En ese entonces no especificó en qué iba a consistir esa mutación, pero sin duda es lo que se expone en Davos en estos momentos, porque finalmente es el objetivo de ese Foro: coordinar esfuerzos que sirvan para el posicionamiento de los grandes actores privados en los mercados y abarcar esto en toda su extensión a la gobernanza global.

Por ello, en la actualidad, la crisis ucraniana de alguna manera es el chivo expiatorio de una gran carrera por conseguir el control de las materias primas, de las cadenas de suministro, de los corredores comerciales con el fin de dominar el espectro tecnológico que les garantice, en primer lugar, el poderío militar y de defensa. La agenda de Davos no cambia; el enfoque permanece orientado a buscar iniciativas que incentiven la supervivencia de las llamadas élites occidentales en las dinámicas geopolíticas y económicas de los Estados.

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