Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, fue recibida en Chile por tercera vez este año, en esta oportunidad para asistir a un evento emblemático de la institución: la Conferencia Sudamericana de Defensa (Southdec).
En esta edición, la temática se centró en "aprovechar las nuevas tecnologías para la defensa común de la soberanía hemisférica", un enfoque predecible dado que Chile se sitúa en un punto neurálgico en el ámbito de los recursos estratégicos, con su vasto reservorio de litio y con un perfil geopolítico de avanzada en la concepción estadounidense que va en aumento.
La presencia de Richardson en el país austral, centro en el evento de seguridad, es un indicador de que el interés de Estados Unidos en el litio chileno no es meramente económico, sino también militar. Este mineral se ha vuelto indispensable en el desarrollo de tecnologías de defensa, desde sistemas de almacenamiento energético hasta armamento avanzado.
De hecho, Richardson lo dejó claro en 2023 en su intervención en el Atlantic Council: "¿Por qué esta región importa? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras... El triángulo del Litio, entre Argentina, Bolivia y Chile, contiene 60% del litio del mundo". Esto no es un comentario pasajero, se trata de un manifiesto estratégico.
Cabe rememorar que el presidente chileno Gabriel Boric intentó marcar un "innovador" punto de inflexión lanzando la "Estrategia Nacional del Litio", pero un año después la visita de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, al centro de operaciones de Albemarle en Chile dejó en evidencia que la nueva política con espíritu de resguardo y desarrollo soberano de ese recurso quedaría en un limbo.
En ese momento Yellen afirmó que el país suramericano garantiza la seguridad energética de Washington, y firmó acuerdos que amplían la participación estadounidense en la cadena de suministro.
La insistente presencia de Richardson y el respaldo de figuras claves como Yellen señalan que la estrategia "nacional" de Chile ha quedado relegada. Estados Unidos no está dispuesto a perder el control sobre un recurso vital para su industria militar, con Chile como sostén de 36% de las reservas mundiales de litio.
Venezuela en la mira de Richardson
Desde que Richardson es jefa de esa instancia militar, Venezuela se ha convertido en un punto recurrente en sus discursos en la Southdec, la conferencia anual de seguridad del Comando. En cada edición no desaprovecha la oportunidad para signar el país como una "amenaza", como lo hizo en Ecuador y en Colombia en años anteriores:
- Ecuador 2022: "Rusia también está tratando de manipular las poblaciones a través de campañas de desinformación y actividad cibernética maligna. Rusia continúa apoyando regímenes autoritarios en Venezuela, Cuba y Nicaragua".
- Colombia 2023: "La terrible situación en Venezuela proyecta una gran sombra sobre la región. El hecho es que estas amenazas transfronterizas exigen nuestra atención porque imponen una carga indebida a nuestros ciudadanos".
Durante la ceremonia inaugural de este año expresó: "La democracia y sus valores fundamentales siguen bajo ataque a escala mundial. Y no tenemos que mirar más allá de Venezuela, donde Nicolás Maduro continúa socavando la voluntad democrática del pueblo venezolano, habiendo causado ya la huida de 7,5 millones de personas, aumentando la migración irregular en América del Sur y Central".
Estas menciones y visitas no son solo simbólicas: son una clara indicación de la agenda de Estados Unidos en cuanto a mantener su influencia en el sur del continente, particularmente en momentos cuando potencias como China y Rusia han fortalecido su presencia en la región.
Sin embargo, el endurecimiento del tono se produce en un escenario donde mandatarios regionales, como Boric, han asumido un rol hostil contra Venezuela tras las elecciones presidenciales, señal abierta de subordinación de su política exterior a las prioridades estratégicas de Washington.
En definitiva, la gira de Richardson, acompañada por figuras de alto nivel como Yellen, no solo reafirma la ansiedad de Estados Unidos por el control sobre recursos claves como el litio sino que también deja al descubierto los enormes riesgos del continente para hacer valer sus soberanías.