El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lamentó este jueves que de todas las vacunas contra el covid-19, tres cuartos se han distribuido en sólo 10 países del mundo.
"Se han distribuido más de 3.500 millones de vacunas en todo el mundo, pero más del 75% de ellas han ido a parar a sólo diez países. La inequidad en las vacunas no solo es un fracaso moral, sino que también es autodestructiva desde el punto de vista epidemiológico y económico", advirtió el funcionario, según refiere el medio chileno El Desconcierto.
Contexto: Las vacunas, que son evidentemente cruciales para la superación de la crisis sanitaria, están siendo usadas mediante mecanismos de distribución que distan mucho a los requerimientos y particularidades que genera la crisis.
Esto se explica dado que los países no decidieron dar al traste con la privación que imponen las patentes, cuestión que ha impedido la fabricación masiva y simultánea de vacunas por los paises.
Seguidamente el mecanismo COVAX de la OMS fue desarticulado de facto y no ha logrado equilibrar la distribución de vacunas.
Adicionalmente, el alargue de la crisis en muchos países por su limitado acceso a vacunas, podría representar una amenaza a la vuelta de la esquina para los países que vacunaron primero y de manera masiva. Esto dado que hay proyecciones de que al ritmo actual habrá países que seguirán vacunando hasta finales del 2022, el virus y sus nuevas variantes podría estar aún circulando y para ese lapso muchos inmunizados en las primeras oleadas ya habrán perdido la inmunidad vacunal.
De acuerdo con el Director de la OMS, el virus "se acabará cuando el mundo decida acabar con él", ya que las soluciones "están en nuestras manos". Pero manifestó su pesar por la inequidad en el acceso a vacunas, lo cual sólo prolonga la crisis.
"Sigue existiendo un desequilibrio chocante en la distribución mundial de las vacunas. Esto ha creado una pandemia de dos vías: los que tienen se están abriendo, mientras que los que no tienen se están cerrando", lamentó Tedros, en referencia a las economías y a los países que están separados, ahora, por su status entre la flexibilización y los confinamientos.
Por qué es importante: De estos señalamientos se desprende con claridad que precisamente los países pobres y en vías de desarrollo, sufrirán el alargue de la pandemia y en consecuencia los daños económicos por la continuidad de las restricciones.
Es evidente que el ritmo de inequidad es perjudicial para la superación de la crisis, por generar condiciones favorables a un bucle sanitario. El pleno conocimiento de algunos países y sus farmacéuticas de esta situación, expone su accionar deliberado y claramente ceñido a intereses económicos.
El uso focalizado de las vacunas acaparadas por países ricos, con EEUU al frente y que ahora distribuyen por vía de "donación", figura en un momento crítico de la pandemia y alta escasez de vacunas, convirtiendo las vacunas en instrumentos de compra de lealtades y control geopolítico.
Reporte diario del Instituto Samuel Robinson del 24 de julio de 2021.