El exasesor de Seguridad Nacional durante la administración de Donald Trump, Robert O'Brien, afirmó que Estados Unidos destruiría las avanzadas instalaciones de fabricación de semiconductores en Taiwán si China lanzara una "invasión" exitosa de la isla.
"Estados Unidos y sus aliados nunca van a permitir que esas fábricas caigan en manos chinas", dijo O'Brien a Semafor.
O'Brien afirmó que, dado que Taiwán alberga la mayoría de las fábricas de microchips avanzados en el mundo, si China se hiciera con su control sería "como la nueva OPEP de los chips de silicio" y daría a Pekín un mayor control sobre la economía mundial. Dijo que no podía "imaginar" que las fábricas "permanecieran intactas" si China tomaba la isla.
El exfuncionario argumentó su posición amparándose en el dato histórico del bombardeo británico a la flota naval francesa frente a las costas de Argelia en 1940, el cual evitó que los barcos cayeran bajo el control de la Alemania nazi. Tal acción mató a casi 1 mil 300 marineros galos.
Si bien su opinión es descabellada, no es la primera en plantearse. Un documento de 2021 elaborado por la Escuela de Guerra del Ejército estadounidense sugería que Estados Unidos y Taiwán deberían destruir las instalaciones pertenecientes a la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, el fabricante de chips más importante del mundo así como el principal proveedor de China, en caso de ser tomada por la fuerza.