Mié. 01 Mayo 2024 Actualizado 11:19 am

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Entre 2001 y 2021 EE.UU. aumentó sus "sanciones" en 933% (Foto: Chen Xia / Global Times)

Sobre la opacidad de la coerción económica

La catedrática Jessica Whyte publicó en junio pasado un artículo en Yale Journal of International Law, tribuna de la Universidad de Yale, titulado "La opacidad de la coerción económica", donde examina los desafíos asociados con el hostigamiento económico en el ámbito internacional y cómo los actores estatales pueden utilizarla para lograr sus objetivos políticos.

Argumenta que la coerción económica es una herramienta cada vez más utilizada en las relaciones internacionales y que su opacidad y dificultad de medición representa una prueba compleja para la construcción de una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional. Ese método de acción se refiere al uso de recursos económicos y financieros para influir en la política, la toma de decisiones y el comportamiento de otros Estados o factores internacionales. Aunque no es algo nuevo en las relaciones internacionales, su creciente uso y sofisticación ha llevado a un aumento en su opacidad.

Uno de los principales desafíos que presenta es su falta de transparencia. A diferencia de las acciones militares o diplomáticas, las tácticas de coerción económica se llevan a cabo en la oscuridad y son difíciles de rastrear.

Además, ella a menudo se efectúa a través de mecanismos financieros y económicos complejos, como "sanciones" financieras, embargos comerciales y manipulación de los mercados globales.

La autora también destaca que su opacidad puede generar una reacción en cadena de eventos y respuestas impredecibles. Cuando los países no pueden identificar claramente las tácticas utilizadas en su contra, pueden verse tentados a tomar medidas defensivas desproporcionadas o iniciar una escalada de tensiones que pueden tener consecuencias no deseadas.

Para abordar estos retos, la autora argumenta que es necesaria una mayor transparencia y cooperación internacional, y pone en el centro de las responsabilidades a Estados Unidos, que entre 2001 y 2021 aumentó sus "sanciones" en 933%. Whyte afirma que es fundamental promover la divulgación de información sobre las tácticas de hostigamiento económico utilizadas, así como fomentar la colaboración entre los países afectados para identificar y responder de manera conjunta a estos desafíos.

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