Rusia puede emitir monedas estables respaldadas por oro para asentamientos internacionales, dijo Anatoly Aksakov, presidente del Comité de Mercado Financiero de la Duma Estatal, luego de su visita a Irán.
"Discutimos la emisión de monedas estables, activos financieros digitales, garantizados por ciertos valores. Por ejemplo, hablé de oro", dijo el funcionario. "La propuesta fue recibida con interés, lo que significa que nos estamos moviendo en la dirección correcta".
El verano pasado, el Banco de Actividad Económica Exterior de Rusia publicó un informe sobre las ventajas de un "rublo de oro", un rublo digital respaldado por oro más parecido a una stablecoin, cuyas transacciones son casi imposibles de bloquear.
En una reciente columna en The Cradle, el periodista y analista Pepe Escobar cita un trabajo del economista ruso Serguéi Glazyev en torno a lo que llama el Rublo Dorado 3.0. Citamos:
"Glazyev luego establece el camino hacia el Rublo Dorado 3.0. El primer patrón oro fue cabildeado por los Rothschild en el siglo XIX, que 'les dio la oportunidad de subordinar la Europa continental al sistema financiero británico a través de préstamos en oro'. El Rublo Dorado 1.0, escribe Glazyev, 'proporcionó el proceso de acumulación capitalista'.
"El Rublo Dorado 2.0, después de Bretton Woods, 'aseguró una rápida recuperación económica después de la guerra'. Pero luego el 'reformador Jruschov canceló la paridad del rublo con el oro, llevando a cabo una reforma monetaria en 1961 con la devaluación real del rublo en 2,5 veces, formando las condiciones para la posterior transformación del país [Rusia] en un apéndice de materia prima del sistema financiero occidental'.
"Lo que Glazyev propone ahora es que Rusia impulse la extracción de oro hasta un 3% del PIB: la base para el rápido crecimiento de todo el sector de productos básicos (30% del PIB ruso). Con el país convirtiéndose en un líder mundial en la producción de oro, obtiene 'un rublo fuerte, un presupuesto fuerte y una economía fuerte'".
Está claro que Rusia está buscando crear una nueva arquitectura financiera y monetaria que pudiera fortalecer su propia economía, y con el fin de contribuir a la superación de la dependencia monetaria del dólar como moneda transaccional y de refugio a nivel internacional.