A 10 años de cumplirse el golpe de Estado contra Mohamed Morsi, ejecutado por el jefe del ejército, el general Abdel Fattah Sisi, salen documentos a la luz que revelan cómo la agencia de noticias Reuters, fungiendo como arma mediática del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido, sirvió de canal para que se financiara un medio egipcio que clamaba por el derrocamiento del primer líder elegido democráticamente en 5 mil años de historia egipcia.

Desde entonces se ha revertido cualquier avance democrático en el país. Los partidos políticos y los medios críticos han sido prohibidos y muchos han sido hostigados, desaparecidos, torturados y encarcelados. Egipto registra la tasa más alta de presos políticos en el mundo, unos 60 mil. 

Documentos filtrados revisados por The Grayzone revelan que Reuters trabajó en estrecha colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores británico para impulsar los fatídicos eventos del 3 de julio de 2013. La génesis se remonta a las protestas contra Mubarak en 2011 que terminaron en el fin de ese gobierno y la posibilidad, como resultado, de acabar con los gobiernos militares. 

Ante la opción de que se instalara un gobierno independiente y distinto al autoritarismo servil a Occidente creció el temor del gobierno británico, antiguo colonizador y su mayor inversor en la actualidad. Es allí cuando la Fundación Thomson Reuters (TRF) estableció Aswat Masriya, un medio de comunicación aparentemente independiente para cubrir los asuntos egipcios.

De acuerdo a la pesquisa de The Grayzone, Londres había inyectado 2 millones de euros en la iniciativa. "Las oficinas de Reuters en El Cairo proporcionaron nómina, recursos humanos y apoyo de seguridad a Aswat Masriya, y el medio tuvo su sede allí durante su existencia", señala. 

La historia y el desenlace de lo ocurrido ya se conocen. Lo destacable de lo que se confirma con estos documentos filtrados es el método empleado para tumbar un gobierno: capacitación de periodistas que generan productos en varios idiomas, financiar proyectos locales de comunicación y las ONG, entre demás estrategias que se reciclaron en otros países.