Mié. 05 Marzo 2025 Actualizado 9:30 pm

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Trump y Zelenski protagonizan un fuerte choque en el Despacho Oval de la Casa Blanca (Foto: Saul Loeb / AFP)

Gritos en la Casa Blanca: ¿una falla o un buen truco de Donald Trump?

Los escenarios que se pueden desencadenar después del escándalo en el Salón Oval entre Donald Trump y Vladímir Zelenski

Todo es vertiginoso en el teatro de operaciones que montó el nuevo gobierno estadounidense. En apenas 39 días al mando, Donald Trump pasó de una exitosa charla telefónica para la paz en Ucrania con su par ruso Vladímir Putin —el enemigo número uno (o dos) de Washington— a desencadenar un escandalete en el Salón Oval que, si no fue adrede, le hará perder parte del avance acumulado; pero si fue a adrede, le permitirá cambiar de un plumazo el escenario ucraniano en su beneficio. 

El plan era sencillo. El mandatario Vladímir Zelenski fue invitado el viernes a la Casa Blanca para firmar un acuerdo leonino —previamente conversado entre Trump y Putin— para que, una vez establecida la paz, parte de las enormes riquezas en recursos naturales fueran a manos de Estados Unidos. 

"Ucrania ofrece a sus socios estratégicos un acuerdo especial para la protección conjunta de los recursos críticos del país, así como la inversión conjunta y el uso de este potencial económico. Son recursos naturales y metales críticos que incluyen uranio, titanio, litio, grafito y otros estratégicamente valiosos, que suponen una ventaja significativa en la competencia global", consigna el documento que iba a firmar Zelenski. 

Según los datos oficiales de 2024 del Instituto Geológico de EE.UU. (USGS), China posee cerca del 70% de tierras raras en el mundo y un alto porcentaje de los minerales críticos fundamentales para las industrias tecnológicas, aeroespaciales y armamentistas. Es claro que el objetivo de Trump es no solo que su país posea esas riquezas ucranianas sino, sobre todo, evitar que China las obtenga. No obstante, es sabido que la parte más rica de Ucrania está localizada en la zona ahora ocupada por Rusia. 

Trump y Zelenski se reunieron, pero el documento nunca se firmó porque en la rueda de prensa previa, en el Salón Oval, ellos dos y el vicepresidente estadounidense James David Vance se enroscaron en una pelea televisada —y seguida por millones de personas en el mundo— que terminó con la salida intempestiva del ucraniano por la puerta de atrás de la Casa Blanca.

Con modales muy altaneros Vance fue el primero en echar leña al fuego. Zelenski pedía garantías y el vice se picó: "Creo que es una falta de respeto venir al Despacho Oval a atacar la administración que está tratando de evitar la destrucción de tu país, frente a los medios estadounidenses. Ahora mismo ustedes están forzando a los reclutas a ir al frente de batalla porque no tienen soldados. Deberías estar agradeciendo al presidente Trump por intentar poner fin a este conflicto".

Palabras afiladas

Zelenski transpiraba, pero no dejó de contestar. Quiso probablemente bajar la tensión, pero la empeoró: "Durante la guerra todos tienen problemas, incluso ustedes. Pero tienen un bonito océano y no lo sienten todavía. Pero lo sentirán en el futuro".

Esto provocó la ira de Trump, cuya cara se puso más colorada que nunca. El magnate no soportó que Zelenski les dijera que ellos también podrían tener problemas en el futuro y estalló: "Tú no sabes eso. No nos digas lo que vamos a sentir. Estamos tratando de solucionar un problema. Tú no estás en condiciones de determinar cómo nos vamos a sentir. Vamos a sentirnos muy bien y muy fuertes".

Como Zelenski no se callaba, Trump lo empezó a matonear subiendo cada vez más la voz. "Ahora mismo no estás en una posición muy buena. No tienes buenas cartas. Con nosotros, empiezas a tener cartas".

No estoy jugando cartas. Soy muy serio, señor presidente contestó Zelenski.

— Estás jugando cartas. Estás jugando con las vidas de millones de personas. Estás apostando a la Tercera Guerra Mundial. Y lo que estás haciendo es muy irrespetuoso con este país que te ha respaldado mucho más de lo que muchos dijeron que deberían haberlo hecho.

Como en las películas de Hollywood, Vance actuaba de policía malo y Trump del que le "daba una oportunidad". El vice siguió inflamando la pelea. "¿Pediste alguna vez perdón?", dijo, insinuando que Zelenski tenía que ponerse de rodillas. Cuando el ucraniano intentó responder, Trump le cerró la boca. "No. Ya has hablado mucho. Tu país está en grandes problemas. No estás ganando. Tienes una muy buena oportunidad de salir bien gracias a nosotros". 

En un rincón del Salón Oval la embajadora ucraniana en Washington se agarraba la cabeza. Vance seguía azuzando: "Solo di gracias". Y Trump le dio la estocada final. "Va a ser muy difícil hacer negocios así. No tieness cartas. Estás hundido. Tu gente está muriendo. Te estás quedando sin soldados. Con nosotros tienes cartas, pero sin nosotros no tienes ninguna".

Esta forma de hostigamiento no es nueva. Lo impactante es que se haga de manera pública y televisada. Hace 10 años se practicó con quien era el primer ministro griego, Alexis Tsipras, para forzar a Grecia a aceptar las reformas impuestas por Bruselas. En aquel entonces era a puerta cerrada. Recuerdo dos notas de prensa: Ian Traynor de The Guardian escribió que Tsipras "fue sometido a un submarino mental" (waterboarding:  forma de tortura en que se ahoga a la víctima) y el diario alemán Die Spiegel tituló: "Las propuestas del Eurogrupo o el catálogo de la crueldad".

Los escenarios posibles

Luego de su último grito Trump ordenó a su canciller, Marco Rubio, y al secretario de Seguridad Nacional, Mike Waltz, que le indicaran a la comitiva ucraniana que Zelenski tenía que irse. Según CNN los ucranianos pidieron continuar con las conversaciones, pero se les dijo que no. Incluso la cena preparada para Trump y Zelenski, según la prensa, fue destinada al personal del Despacho Oval.

Más tarde Trump publicó su diagnóstico en la plataforma Thruth Social: "No está en condiciones de negociar. Es asombroso lo que sale a través de la emoción. He determinado que el presidente Zelenski no está listo para la paz. Ha faltado el respeto a EE.UU. en su preciado Despacho Oval. Puede volver cuando esté preparado para la paz".

Entretanto en Nueva York, en una de las pantallas gigantes de la Quinta Avenida, la inteligencia artificial de X (Grok) proyectaba "una imagen que pudiera predecir el futuro del mandatario ucraniano". Las fotos mostraban un Zelenski en uniforme color naranja, que recordaba mucho a los presos iraquíes en Guantánamo.

¿Estuvo todo diseñado? Según el diario británico Financial Times, el mismo viernes ya se rumoreaba, entre los republicanos, que la dimisión de Zelenski era cuestión de días y que un nuevo presidente, alineado con Washington, ocuparía pronto el gobierno de Kiev. Este contexto beneficia a EE.UU. y muschísimo más al Kremlin.

Pero otro escenario posible es que el Partido Demócrata estadounidense y los países proguerra de la Unión Europa vean en este choque una oportunidad para reacomodarse y ganar influencia. Los europeos se mostraron ofendidos por no ser llamados a la mesa de las negociaciones y, tras los episodios del Salón Oval, cerraron filas para multiplicar su apoyo a Zelenski. "Nunca estarás solo, querido presidente Zelenski, dijo la belicosa presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen. "Tu dignidad honra la valentía del pueblo ucraniano. Sé fuerte, sé valiente, no tengas miedo. Seguiremos trabajando con ustedes por una paz justa y duradera".

También los congresistas demócratas salieron a respaldar al ucraniano y a criticar a Trump. "El gobierno actual avergüenza a EE.UU.", dijo Hakeem Jeffries, líder de la minoría demócrata de la Cámara Baja.

Desde antes de asumir el 20 de enero, reentablar relaciones con Rusia y una posible paz en Ucrania eran las cartas de triunfo de Donald Trump. ¿Este incidente con Zelenski desbarata y retrasa sus planes o abre un juego estratégico que aun está en ciernes? Los próximos pasos que dé el republicano nos aproximarán a la respuesta.


Este artículo fue publicado originalmente en El Destape de Argentina el 1° de marzo de 2025. 

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