Las exportaciones de petróleo venezolano se mantuvieron estables durante mayo de 2025, a pesar del incremento de la presión ejercida por Estados Unidos.
Según datos de rastreo de embarcaciones publicados por Reuters, durante ese mes zarparon desde puertos venezolanos unos 30 buques con un promedio de 779 mil barriles diarios (b/d) de crudo y productos refinados, además de 291 mil toneladas métricas de productos derivados y petroquímicos.
Aunque esta cifra representa una ligera contracción respecto a los 783 mil b/d registrados en abril, una reducción marginal de apenas 4 mil b/d, se enmarca dentro de un proceso de reconfiguración estratégica del comercio petrolero venezolano.
La caída de los despachos hacia Estados Unidos fue compensada por un marcado aumento de envíos vía Asia, particularmente hacia China, en un contexto de progresiva disminución de las ventas autorizadas por Washington.
El desacoplamiento progresivo del mercado estadounidense como parte de los destinos del petróleo venezolano ha sido respondido con una estrategia anticipatoria de diversificación de mercados. China ha emergido como el principal destino al recibir 584 mil b/d en mayo, frente a los 521 mil b/d de abril.
En contraste, Estados Unidos recibió apenas 140 mil b/d, un leve incremento frente a los 130 mil b/d del mes anterior, pero lejos de los volúmenes manejados durante la vigencia plena de la licencia de Chevron.
Paralelamente, se mantuvo el intercambio programado con actores europeos como la suiza Vitol y la francesa Maurel & Prom —con presencia como empresa mixta en Venezuela—, relación que evidencia la persistencia, incluso bajo restricciones, de formas de comercio autorizadas o "toleradas" dentro del marco sancionatorio.
A su vez, Venezuela aumentó de forma significativa sus importaciones de nafta pesada, un insumo clave para diluir el crudo extrapesado de la Faja Petrolífera del Orinoco "Hugo Chávez". Las importaciones pasaron de 94 mil b/d en abril a 159 mil b/d en mayo, lo cual indica un esfuerzo por asegurar el flujo exportador frente a eventuales cortes logísticos o contractuales con proveedores de Occidente.
Esta dinámica de comercio está acompañada por un fenómeno logístico que se ha venido consolidando en los últimos años: el surgimiento y expansión de la llamada "flota valiente", también conocida como "flota oscura" o "flota fantasma".
Son embarcaciones que desactivan sus sistemas de rastreo (AIS), operan bajo banderas de conveniencia o están registradas en jurisdicciones opacas para evadir las sanciones ilícitas impuestas por Estados Unidos y sus socios. De hecho, en 2023 había casi 7 500 petroleros en la flota mundial, de los cuales más de 1 600 habían participado en el transporte de petróleo sancionado.
Entre el 13 y el 25 de mayo de 2025 el número de tanqueros activos de este tipo creció de 1 172 a 1 223, según datos del portal especializado TankerTrackers.com. De estos buques, 576 están sancionados por EE.UU., 330 por la Unión Europea y 263 por el Reino Unido. A pesar de ello continúan realizando operaciones regulares en puertos de China, India y otros países del Sur Global que mantienen relaciones energéticas estratégicas con Venezuela, al margen de las presiones estadounidenses.
Este fenómeno es una manifestación más de la mutación del mercado petrolero global bajo sanciones. 61% del crudo mundial se transporta por vía marítima. Cuando ciertas rutas son restringidas por medidas coercitivas, el mercado reacciona adaptando sus mecanismos: se redibujan las cadenas logísticas, surgen nuevos corredores marítimos y se diversifican los actores.
- De acuerdo con datos suministrados por la vicepresidenta ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, 26% de la producción diaria de petróleo del mundo es objetivo de sanciones unilaterales, principalmente estadounidenses.
Países como Rusia han adquirido cientos de buques con bandera extranjera para asegurar sus exportaciones; Irán ha perfeccionado operaciones de transbordo en altamar; y Venezuela ha logrado que una creciente cantidad de tanqueros legalmente asegurados acepten los riesgos reputacionales o jurídicos con tal de mantener el comercio en marcha.
Esta reorganización ha incrementado los costos: mayores tarifas de flete, primas de seguro elevadas y riesgos legales asociados con el transporte y financiamiento de crudo sancionado. Sin embargo, ha favorecido también la aparición de nuevos intermediarios, corredores marítimos y aseguradoras, principalmente en toda Asia, que ocupan el espacio que antes dominaban Londres o Nueva York.
En definitiva, cuanto más se intenta restringir el acceso al mercado global a ciertos países productores, más se aceleran los procesos de creación de alternativas, con tendencia a configurarse como sistémicas.
Las sanciones ilegales no han logrado paralizar el comercio de hidrocarburos sino que han estimulado una reconfiguración del ecosistema energético internacional, consolidando una nueva red comercial que desafía abiertamente la arquitectura dolarcéntrica de control global y el monopolio occidental de seguros, puertos y rutas.